El auge inmobiliario cerca del hábitat de los cocodrilos aumenta las interacciones entre los reptiles y los humanos.


Tras los frecuentes rumores de una sobrepoblación de cocodrilos en Costa Rica, la Universidad Nacional (UNA) y el Colegio de Médicos Veterinarios descartaron el supuesto.

Población recuperada

A través de un comunicado a la prensa, la UNA recordó que en el país, la Ley de Conservación de Vida Silvestre declaró a los cocodrilos como especie en peligro de extinción en la década de 1990 y por ende su caza se prohibió.

En Costa Rica existen dos tipos de cocodrilos: el Caimán Crocodilus y el Crocodylus acutus o cocodrilo americano. El caimán puede llegar a medir hasta 3 metros, pero lo más común es hallarlos de entre 80 cm a 1,50 metros. En el caso de los cocodrilos, su tamaño puede llegar hasta de 6 m, pero es muy difícil encontrarlos porque los matan, explicó Iván Sandoval Hernández, académico de la Escuela de Ciencias Biológicas (ECB-UNA).

De acuerdo con el investigador, los cocodrilos desempeñan un papel crucial en sus ecosistemas, al actuar como depredadores topes que ayudan a regular las poblaciones de otras especies. Es decir, su conservación es vital también para la salud de los ecosistemas en los que habitan.

La recuperación paulatina de las poblaciones de cocodrilos, el auge inmobiliario cerca de ríos y costas y una mayor disponibilidad de alimento para la especie, generan conflictos de convivencia que se ven exacerbados por la desinformación y las noticias sensacionalistas.

En Costa Rica no hay sobrepoblación. Los estudios que se han desarrollado desde la Escuela de Ciencias Biológicas y en coordinación con el Sistema Nacional de Áreas de Conservación nos dan tamaños poblacionales que no rondan los datos de la sobrepoblación. Para que así fuera deberían darse indicadores ecológicos como animales en baja condición física, bajo peso y no es lo que estamos viendo”, explica Sandoval.

Natalia Montero, miembro directivo del Consejo Nacional de Médicos Veterinarios de Fauna Silvestre (CONMVEFAS), órgano perteneciente al Colegio de Médicos Veterinarios de Costa Rica, explicó que el aumento demográfico humano cerca de zonas costeras o de otros cuerpos de agua en donde habitan los cocodrilos, implica un aumento de las interacciones y/o avistamientos de estos reptiles.

Para Sandoval, el criterio de que hay una sobrepoblación de cocodrilos es meramente de percepción humana, ya que no hay datos técnicos o científicos sobre el tamaño de las poblaciones. Por lo que, propuestas como una "temporada de cacería" implicaría saber cuántos hay, en qué sitios están y hacia dónde deberíamos dirigir los esfuerzos de cacería.

Este delito tiene una penalización desde el cobro de 10 a 30 salarios mínimos hasta cárcel de 1 a 4 años, según lo estipula la Ley de Vida Silvestre No. 7317. 

La cacería es prohibida en el país, quien lo hace se expone a multas o pena de cárcel, y solo el Sistema Nacional de Áreas de Conservación puede aprobar un plan de manejo que involucre esta práctica”.

Asimismo, el investigador detalló que la carne de cocodrilo se puede comer si se produce en un zoocriadero, donde se conozca su trazabilidad.

Se sabe que el cocodrilo puede vivir en los ríos más contaminados, prueba de ello es que están en el Tárcoles. Además, este animal tiene la capacidad de bioacumular tóxicos, y estos llegan al tejido graso y su carne eso es lo que estaría comiendo la gente”.

Agregó que, aunque los cocodrilos están en una mejor situación que en décadas pasadas, su conservación sigue siendo un tema crítico que requiere atención y educación para asegurar su coexistencia con las comunidades humanas.

Montero recordó que en setiembre y octubre se da el pico de su época reproductiva (la cual puede extenderse incluso hasta diciembre), razón por la cual los machos luchan por su territorio y expulsan temporalmente a los machos más jóvenes y posibles rivales que compiten por aparearse con una hembra.

Una vez que la temporada de cortejo termine, es muy probable que esos especímenes regresen a su lugar de origen”.

Desde el Colegio de Veterinarios recordaron que estos animales habitan en ríos, manglares y esteros, pero también es común verlos en el mar ya que forma parte de sus zonas de caza debido a la disponibilidad de presas (peces). En Costa Rica pueden observarse en ambas vertientes: Pacifico y Caribe.

Para atender el contexto actual, el especialista de la UNA detalló que es importante tomar las siguientes acciones:

  • Educación y sensibilización: implementar programas de educación para informar a la comunidad sobre la biología de los cocodrilos, su comportamiento y su importancia ecológica, esto puede ayudar a reducir el miedo y la desinformación.
  • Monitoreo de poblaciones: realizar estudios y monitoreos regulares para evaluar la densidad y distribución de las poblaciones de cocodrilos. Esto incluye la recopilación de datos sobre la cantidad de cocodrilos en diferentes áreas y su tamaño.
  • Identificación de áreas de riesgo: mapear e identificar áreas donde los cocodrilos son más propensos a entrar en contacto con humanos, como playas y ríos. Esto permitirá implementar medidas de seguridad específicas en esas zonas.
  • Intervenciones controladas: en caso de que se identifiquen cocodrilos que representen un riesgo para la seguridad pública, se pueden llevar a cabo intervenciones controladas, como la captura y reubicación de estos animales en áreas menos pobladas.
  • Colaboración con autoridades locales: trabajar en conjunto con las autoridades locales y organizaciones de conservación para desarrollar e implementar políticas que aborden tanto la conservación de los cocodrilos como la seguridad de las comunidades.
  • Desarrollo de protocolos de emergencia: crear protocolos claros para situaciones de emergencia relacionadas con cocodrilos, incluyendo cómo actuar en caso de encuentros cercanos o ataques, y capacitar a los servicios de emergencia y a la comunidad en estos protocolos.
  • Investigación y desarrollo: fomentar la investigación sobre la ecología de los cocodrilos y su interacción con los humanos para mejorar continuamente las estrategias de manejo y conservación.
  • Promoción de hábitats saludables: trabajar en la restauración y conservación de hábitats naturales que beneficien tanto a los cocodrilos como a otras especies, asegurando un ecosistema equilibrado.

Medidas para evitar incidentes entre humanos y cocodrilos

Mientras que, para evitar accidentes entre humanos y cocodrilos, el colegio de veterinarios recomienda:

  • Evite ingresar a ríos, manglares, esteros o incluso al mar, donde se sabe que hay cocodrilos en especial durante la época reproductiva (setiembre, octubre, noviembre)
  • No favorezca la contratación de tours donde alimenten a cocodrilos como parte del espectáculo.
  • No los alimente o tire desechos alimenticios en las zonas donde habitan. Ello los acostumbra a esperar comida en esa zona y a asociar al ser humano con comida.
  • Preserve los sitios naturales donde se encuentra la especie, de manera que tengan la disponibilidad de alimento natural adecuado.

También se recomienda a propietarios de terrenos cercanos a hábitats de cocodrilos:

  • No llevar a sus animales (mascotas) a esa zona; evite que se acerquen a la orilla o que ingresen al agua.
  • No dejar a su animal sin supervisión. Si se acerca a una zona de riesgo, llámelo o retírelo del lugar.
  • Colocar algún tipo de barrera física que evite el contacto entre las especies.
  • En caso del ganado de pastoreo, cercar los accesos al río.
  • En fincas cercanas a ríos, coloque bebederos para sus animales para que no sientan necesidad de beber agua de ríos.
  • En su comunidad organice, con las autoridades respectivas, un plan de mitigación con propuestas integrales para la coexistencia.