El 9 de agosto un bombardeo israelí alcanzó un área adyacente a una mezquita, donde muchos gazatíes se reunían para sus plegarias. Fue un día particularmente destructivo: cerca de cien muertos y docenas de heridos. La televisión de Al Jazeera, la única que opera en Gaza, mostró al mundo entero cómo eran recogidos en cobijas los restos humanos. El reportero dijo que, dentro de las improvisadas bolsas, se encontraban restos de varias víctimas; era imposible distinguir unos de otros. Francesca Albanese, relatora especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los derechos en los territorios palestinos, acusó nuevamente a Israel de "genocidio" a los palestinos. La cuenta de víctimas mortales ha alcanzado los 40 mil, y eso son solo los muertos registrados en los hospitales.

No se cuentan los cuerpos que yacen bajo los escombros ni tampoco aquellos cuyos familiares enterraron en el sitio en el que murieron. Según la BBC, Barbara Leaf, subsecretaria de Estado para Asuntos de Medio Oriente, admitió ante el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, que es probable que el número de muertos sea mayor a lo reportado hasta ahora. "Francamente, creemos que son muy altas [las cifras de víctimas] y podrían ser incluso más altas de lo que se cita", reconoció.

La incursión de Hamás en el sur de Israel en octubre pasado, que dejó 1200 víctimas israelíes, y cuyo objetivo era el secuestro de rehenes para intercambiarlos por prisioneros palestinos en cárceles israelíes, donde hay alrededor de 9500, muchos sin juicio desde hace años, ha servido de excusa al gobierno de extrema derecha de Israel para arrasar Gaza, con el objetivo de obligar a la totalidad de los 2,4 millones de palestinos a abandonar la franja. Todas las universidades, casi todas las escuelas, las plantas de potabilización de agua y de tratamiento de aguas negras y todos los hospitales excepto uno, han sido destruidos por los incesantes bombardeos.

En un reporte colocado en el portal Internet de la UCR ‘Voz experta a propósito de la tercera ordenanza de corte internacional de justicia” se lee “En el último informe de situación al 24 de mayo, Naciones Unidas indicaba un saldo mayor a 35 800 víctimas mortales en Gaza. Si bien esta cifra es inaceptable desde todos los puntos de vista, en un reciente artículo publicado por un connotado especialista francés en bombardeos aéreos (véase "Offensive contre Gaza, un bilan catastrophique pour Netanyahou, quelles conséquences pour Israël?" publicado el 26 de mayo), se lee que, en realidad, el rango de fallecidos en Gaza desde el 7 de octubre oscilaría entre 60 000 y 70 000 víctimas mortales”. Y eso era antes del 24 de mayo. Hoy, deben ser muchos más.

Costa Rica es un pequeño país que renunció a mantener fuerzas armadas, y que depende del derecho internacional en caso de agresiones que vulneren su soberanía. Ya en 2010 Costa Rica recurrió a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), cuando Nicaragua ocupó una pequeña porción de territorio en el Noreste de la línea fronteriza. El Ministerio de Relaciones Exteriores emitió un comunicado el pasado 24 de abril donde, entre otras cosas, dice Costa Rica reafirma su convicción de que esta crisis debe resolverse mediante el diálogo, con miras a lograr la solución permanente del conflicto, para lo cual es necesario tener como horizonte la solución de dos Estados que permita a Israel y Palestina vivir en paz y seguridad, y a sus ciudadanos con tranquilidad y dignidad, y con las líneas fronterizas acordadas por las Naciones Unidas en la resolución 242 del año 1967.

Por cuanto las tres resoluciones emitidas por la CIJ, en el marco de la denuncia presentada por la República de Suráfrica para detener la masacre en Gaza, han sido ignoradas por Israel, Costa Rica, en virtud de su permanente compromiso con la paz y la resolución pacífica de conflictos, que constituye la esencia de la nacionalidad costarricense, debe retirar su embajador ante Israel.

La República de Suráfrica ha dado un hermoso ejemplo de solidaridad con Palestina, recurriendo al derecho internacional en defensa del pueblo palestino. Costa Rica puede también dar un ejemplo al mundo de su respeto por los derechos humanos: ofrecer a Gaza la construcción de una escuela prefabricada, una vez que las bombas dejen de llover sobre Gaza. La Escuela Costa Rica en Gaza.

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