A paso lento caminan muchas personas adultas mayores a principio de mes hacia los bancos a retirar su pensión, parques y comercios se vuelven de repente espacios concurridos cada fin y principio de mes, una buena parte de la población en nuestro país cada día es más longeva, pero no necesariamente más saludable. Las personas adultas mayores son un grupo etario que está envejeciendo con enfermedades crónicas y muchos de ellos, ellas, se encuentran en condición de pobreza.
Según la Catedra de Envejecimiento Activo de la Universidad de Costa Rica, aproximadamente 378 mil personas adultas mayores viven con alguna carencia en lo económico. El régimen no contributivo por monto básico lo que paga es una pensión de aproximadamente 82 mil colones al mes y el régimen de pensión de invalidez, vejez y muerte una pensión en lo más básico de 130 mil colones, juntas hacen 212 mil colones mensuales, poco menos de un salario mínimo, parece ser que la vivencia de la vejez en Costa Rica esta destinada a la marea alta y a nadie le importa.
También están las personas adultas mayores que se levantan a trabajar por la mañana, los que siguen en las calles vendiendo jugo de caña, vendiendo medias, ropas, frutas, chucherías, quienes están en una oficina, en gerencias y demás. Preste atención a esta población en su comunidad, en su cantón, indague cómo viven las personas adultas mayores a su alrededor y encontrará una realidad que probablemente no le guste mucho, o le genere miedo al saber que esa puede ser su realidad años más tarde, por ello es importante y necesario problematizar, visibilizar y proponer acciones concretas antes que nos siga llevando la marea alta.
Según el Sistema Costarricense de Información Jurídica (Sinalebi) la Ley Integral de la Persona Adulta Mayor (Ley 7935), establece que en nuestro país una persona es considerada adulta mayor al momento de cumplir los 65 años. Ahora, científicamente se ha estudiado a la tercera edad y para poder definirla a partir de esos años, usualmente las personas pasan por cambios biológicos, cognitivo-emocionales y sociales que determinan su condición de vejez.
Desde lo biológico en la vejez se da una disminución de masa muscular, hay más resequedad en la piel, disminución del peso, las hormonas cambian, disminuye la ingesta de alimentos, hay descalcificación, se da una disminución del bombeo de la sangre entre otros.
A nivel cognitivo también las funciones ejecutivas básicas disminuyen (la atención, la memoria acorto plazo, la planificación, el lenguaje, la vista, ect). Por otro lado, en lo social prevalecerán los vínculos filiales, la comunidad o contexto donde se ha vivido cobrarán mayor relevancia, la familia debería volverse un factor protector, la jubilación marca un hecho relevante, así como los constructos sociales y las creencias que influyen en la percepción de lo que se considera vejez.
Además de estos cambios, a nivel de socialización aparecen los estereotipos y creencias que se socializan en buena parte de la población, ejemplos concretos se asocia la etapa de la vejez con poca productividad, con tiempo libre, el final de la vida, con vulnerabilidad y dependencia, con violencia patrimonial, con muerte del deseo sexual, se asignan roles como cuidadores de la casa, cuidadores de nietos, nietas, entre otros.
Además, muy pocas personas conocen el concepto de envejecimiento activo, es más muchas personas adultas mayores no le conocen, especialmente la gente de los sectores populares más precarizados y poco escolarizados. ¿Conocen la mayoría de las personas adultas mayores el concepto de envejecimiento activo? ¿Más que conocerlo lo aplican en sus vidas, o han quedado atrapadas en los discursos estereotipados de la vejez?
Ahora bien, demos una definición de envejecimiento activo, según la Organización Mundial de la Salud, el envejecimiento activo es la optimización del desarrollo integral de estos en lo físico, social y mental, con la finalidad de aumentar el bienestar en estas poblaciones, ampliándose la esperanza de vida y su calidad de vida, si se cumpliera en nuestro país este criterio, no hubieran más de 378 mil personas adultas mayores viviendo en pobreza y nadando con salvavidas en la CCSS, IMAS, FODESAF, CONAPAM, ahogados por la marginalidad y la exclusión del aparato estatal, sí, no hablo de las personas adultas mayores que pueden pagar para vivir en residencias como Verdeza, hablo de aquellos que nadie menciona.
¿Cómo está envejeciendo la población adulta mayor en nuestro país? Esta es una pregunta válida y necesaria que debe empezarse a llenar de contenido, cuando usted se toma el tiempo y lee los informes públicos de las institucione y organizaciones relacionadas con el tema, se da cuenta que algo no anda bien con esta población. Cuando se revisa la legislación jurídica la encuentras bella integradora en el discurso, vas a la práctica y vez la necesidad abismal, que están haciendo las diputaciones, el Poder Ejecutivo, vuelvo al punto, perder el tiempo en los despachos y el cafetín.
Las Dirección Ejecutiva del Conapam ha demostrado su ineficiencia histórica, los gobiernos de turno han demostrado que la vejez no es una prioridad, el Poder Legislativo podría decirse que está obsoleto y acéfalo, resuelve casi nada por decir que muy poco. Todo mundo habla del referéndum, pero nadie dice que se tiene que llegar al extremo, debido a que la Asamblea Legislativa ha perdido la capacidad de legislar, de ponerse de acuerdo, tantos intereses mezquinos le han llevado al abismo en el que se encuentra. Le pagamos más de 228 millones mensuales en salarios a muchos buenos para nada, mismos que legislan para sus propios intereses elitistas, mientras en la calle la desnutrición y los bichos reinan en la panza de los más pobres.
¿Y ahora quién podrá defendernos? la Defensoría de los Habitantes responde a cuestiones de márquetin político no necesariamente a las necesidades sentidas del pueblo, misma que no habla seriamente de la lesión de los derechos humanos de esta población y de la población. Los fanfarrones cuando se visibiliza la inoperancia de sus gestiones a lo interno de las instituciones públicas se protegen en el discurso de que se está atacando al Estado de derecho, no se ataca al mismo se ataca la inoperancia de ustedes dentro del mismo.
Tristemente nadie habla del colapso del Estado y sus instituciones, tomados por los mismos de siempre, que han demostrado ser acéfalos y estar al servicio de los intereses de unas cuantas familias en este país (Marta Acosta, Roció Aguilar, Rodrigo Arias… la lista es grande ya ustedes le conocen). Para recuperar la decencia como pueblo, como Estado, este pueblo debe parir a una clase política obrera, que sepa intuir y leer las necesidades sentidas de la gente, necesitamos con urgencia en Costa Rica, una clase política obrera que no se venda, que no responda a los intereses de la burguesía criolla.
Finalmente, en marea alta, el saqueo y el robo político, las enfermedades crónicas, la desnutrición, la pobreza, la exclusión, las violencias, las depresiones, las ansiedades, las demencias, entre otras son las que llevan la delantera. El narcotráfico local e internacional son los que resuelven las necesidades de Puntarenas y Limón o de Costa Rica en general, quién sostuvo la economía limonense en pandemia, si fue el narco y eso el Estado lo sabe y lo seguirán callando, en marea alta todos vamos naufragando.
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