El debate sobre la inmigración y la economía estadounidense suele centrarse en si tener más trabajadores en el extranjero podría perjudicar los salarios o las oportunidades laborales de los estadounidenses. Sin embargo, en un nuevo artículo, la profesora de Wharton, Britta Glennon, sostiene que la inmigración de personas altamente calificadas debería verse desde una perspectiva mucho más positiva.

Al analizar una serie de estudios sobre la inmigración y la economía estadounidense, la autora descubre que los inmigrantes no están quitando empleos a los trabajadores calificados nacidos en Estados Unidos ni compitiendo con ellos. De hecho, la evidencia empírica sugiere que cuando los empleadores enfrentan restricciones de inmigración responden con otras estrategias en lugar de contratar trabajadores nacidos en Estados Unidos, como cambiar el alcance de la empresa, trasladar trabajos al extranjero y la automatización. Además, debido a que los inmigrantes calificados a menudo inician negocios, también crean empleos. Específicamente, un estudio citado en el artículo de Glennon indica que los inmigrantes tienen aproximadamente un 80% más de probabilidades de establecer negocios en comparación con los ciudadanos nacidos en Estados Unidos.

Las variaciones entre países en la política de inmigrantes calificados pueden clasificarse en términos generales en dos enfoques: algunos países receptores implementan políticas basadas en la oferta, como los sistemas de puntos observados en Canadá, Nueva Zelanda y Australia, mientras que otros adoptan políticas impulsadas por la demanda, como las admisiones basadas en la demanda de empleadores en los Estados Unidos y en algunos países europeos. Los sistemas basados ​​en puntos, la forma más común de políticas impulsadas por la oferta, son inherentemente de naturaleza verticalista. En tales sistemas, el gobierno determina un conjunto de características deseables para los inmigrantes, asigna puntos a estas características y establece un número umbral de puntos totales a las personas. Los posibles inmigrantes que superan el umbral se les concede la admisión o se les da prioridad para la residencia permanente. Características deseables que son recompensados ​​en un sistema de puntos frecuentemente incluyen dominio del idioma, educación, edad y experiencia laboral.

Por el contrario, las políticas impulsadas por la demanda de mano de obra calificada de inmigrantes se caracterizan por el requisito de una oferta de trabajo para la admisión. Los gobiernos regulan el conjunto de capital humano que las empresas pueden seleccionar, mediante criterios como el nivel mínimo de educación, los salarios mínimos pagados y los requisitos de que los empleadores busquen un trabajador local antes de contratar a un inmigrante calificado. Es la empresa quien selecciona y patrocina al inmigrante. Dado que la empresa (no el inmigrante) presenta la solicitud de visa (e.g., H-1B), el derecho del inmigrante a vivir y trabajar en el país anfitrión suele estar vinculado a un empleador específico. Bajo los sistemas basados ​​en ofertas de empleo, los trabajadores inmigrantes generalmente reciben primero visas temporales, pero pueden solicitar la residencia permanente después de unos años.

Un grupo relativamente pequeño de industrias representa la mayoría de las visas H-1B emitidas el 2022. La mayoría de las empresas que utilizan este programa están en la misma industria: Servicios profesionales, científicos y técnicos (45,6%), con la industria manufacturera (11,2%) en segundo lugar a mucha distancia. De hecho, en 2022, solo cinco empresas (Amazon, Tata Consultancy, Google, Microsoft, Infosys) representaron el 10% de todas las aprobaciones H-1B. Todas estas empresas son multinacionales con operaciones de servicios alrededor del mundo. Incluyendo algunas de sus filiales en Costa Rica: 7 de los primeros 10 empleadores con mayor número de visas de trabajo H-1B aprobadas en el 2022.

Los inmigrantes calificados podrían mejorar la innovación y productividad a nivel empresarial por diversas razones. Primero, si hay escasez de trabajadores calificados, entonces un mayor acceso a inmigrantes calificados permite a las empresas aumentar su acervo de capital humano en la empresa al nivel óptimo, estimulando así la innovación y la productividad, particularmente entre aquellas empresas que enfrentaban escasez de mano de obra calificada. Segundo, algunas investigaciones postulan que los inmigrantes calificados son únicos, con diferentes talentos, y esta diferencia conduce a una mejor innovación empresarial. Como resultado, es probable que los inmigrantes aporten un conjunto diferente de conocimientos que sus homólogos locales.

La disponibilidad de inmigrantes calificados cambia tanto el comportamiento de las empresas y el patrón de resultados de ellas. Dan forma a las decisiones comerciales y de inversión extranjera de las empresas, e influyen positivamente en el éxito de la empresa en el extranjero. Los inmigrantes calificados también determinan dónde y cómo las empresas innovan. En una economía global, las empresas ubicadas en países con políticas restrictivas de inmigración calificada tienen una desventaja competitiva.

Esperemos que con esta evidencia nuestra política de inmigración de talento extranjero a Costa Rica se modernice y permita aumentar nuestro acervo de talento humano calificado especialmente en las áreas STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics, en su acrónimo en inglés) de países como India y China, entre muchos otros. Ya el país cuenta hoy día con operaciones de las empresas multinacionales que atraen globalmente ese talento alrededor del mundo. No perdamos esta oportunidad de innovar para el futuro.

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