Como he dicho antes: una de las banderas que intento defender, es la reducción de horas de la jornada laboral. Específicamente, pasar de 48 horas por semana a 40 horas y 3 semanas de vacaciones por cada 49 trabajadas. Sin embargo, no es ese el tema que me ocupa hoy. Lo menciono para mantenerlo sobre la mesa porque no quiero que esa bandera se pierda entre tanta cosa que nos tenemos entre manos. Así sea únicamente una persona quien esté escribiendo o buscando conversar de esto, pues tocará.

La otra bandera que intento defender es la importancia de los partidos políticos en nuestro sistema democrático y como estos tienen que evolucionar para aguantar la prueba del tiempo. ¿Que la gente ahora vota por el candidato como tal? Sí, es triste. Sin embargo, eso no está bien porque lo que hace es quitarle, a los partidos políticos, la responsabilidad que tienen con la sociedad y con la democracia. Hagamos un breve repaso del estado de las cosas.

Recuerdo a David Barrientos en DaWeek, refiriéndose a la juventud del PLN como el niño al cual los adultos le desconectan el control del PlayStation mientras le hacen creer que está jugando. Y bueno, no veo cómo no darle la razón. Juventud del PLN ¿dónde están? Por otro lado, un buen sentir deja el que exministras de la administración Arias Sánchez salieran a dar la cara por su partido e ideas. Quisiera enfatizar y ampliar para otras esferas lo siguiente:

“Cualquier contratación debe implicar un mejor análisis de la visión del mundo de los aspirantes”.

Alcaldía de San José: al nuevo alcalde electo, le felicito y le deseo lo mejor para su gestión y para nuestra capital. Él era militante del FA y luego pues, cada uno por su lado. Ciertamente, desconozco los detalles de la ruptura. A lo que voy es que por muchos años José Merino llevó esa bandera del FA. Merino se fue. Vinieron nuevos retoños de ese árbol político, hasta el punto de que hoy tenemos una fracción legislativa compuesta por gente joven con energía, visión e ideas. Esa imagen que proyectaba el FA pudo haber sido reforzada de haber conversado mejor, mucho tiempo atrás, la candidatura por la alcaldía de San José. Quizás, solo quizás y hubiesen ganado más músculo.

A diferencia de su presidente, albergo la esperanza de que el PAC pueda volver al escenario político. La verdad recibí con tristeza sus declaraciones. Y no porque forme parte del PAC (aclaro: no lo soy). Si no, porque ha recorrido un largo camino y sería una pérdida muy grande para el país; aunque muchos lo nieguen o no lo quieran ver. Vuelvo y repito, el PAC está pagando el precio por haber tomado decisiones duras durante su gobierno más reciente. Pero el precio se paga y luego vamos que esto sigue. Duele pensar que recorrieron 20 y tantos años para dos gobiernos y luego “chao, que si te ví no me acuerdo”.

PUSC, que difícil entenderte. La iniciativa 23.609 busca debilitar la ley que limita la reelección a las alcadías y sinceramente, no tiene ni pies ni cabeza. La verdad, se ve muy mal. Luego, no salgan sorprendidos como Álvarez Desanti cuando la gente les vuelva a decir “no”. La iniciativa 23.229 "Ley para unificar las elecciones nacionales y municipales" tampoco tiene ni pies ni cabeza. Sus 7 páginas de exposición de motivos no dan cuenta de ninguna razón verdadera para lo que quieren hacer. Bien podría ser digna de la venta de humo del gobierno actual. Las 7 páginas se traducen, a criterio personal, en: “Somos incapaces de proponer gobiernos locales que motiven a la gente a votar por nosotros. Eso, obviamente nos cuesta plata y necesitamos plata para mantenernos. Así que, metamos todo en un mismo saco y río revuelto para ganancia de pescadores”. Esto no es diferente al llamado a una coalición propuesto por Álvarez Desanti. Tristemente, en esta ocasión los otros partidos dicen: “Esa es la fácil, vamos con eso”.

Detengámonos en las dos iniciativas del PUSC. Es cierto que tener elecciones cada dos años (locales y nacionales) es fatigante. Sin embargo, quisiera resaltar dos cosas. Primero, el haber separado elecciones nacionales y locales buscaba dar la relevancia respectiva a las locales. Algo que, a mi parecer, es fundamental para construir país. Y segundo, comparto la posición de la diputada Luz Mary Alpízar en que todavía es muy prematuro para hacer un análisis de resultados concretos. Por otro lado, eso no quita que se puedan analizar tendencias y hacer ajustes finos.

¿Qué tal si, efectuamos las elecciones municipales cada 6 años? Eso sí, quienes estén en una alcaldía podrían tener una única posibilidad de reelección y debe ser en el periodo siguiente; de forma que máximo serían 12 años de forma continua. Se trata de quitarnos esa campaña política constante de la mesa y también, de dar tiempo razonable a los líderes y equipos municipales para que puedan organizar, ejecutar y exponer los resultados de sus ideas. ¿O me equivoco? Ah, y no, no debe existir posibilidad de que exalcaldes ocupen otros puestos municipales. Ya llegaron al puesto máximo del gobierno local. Sería como que un expresidente del país sea nombrado como ministro de alguna cartera en otro gobierno. Eso les quitaría toda la autoridad y categoría dada por el puesto máximo.

Partidos políticos: ayúdense, pero ayúdense bien, por favor. No subestimen a la ciudadanía. Costa Rica los necesita. Por acá se les intenta echar la mano, pero a veces la complican mucho.

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