Las empresas contratan personal por dos razones: para reemplazar aquellos que se fueron y para mejorar su posición competitiva en un mercado en expansión. Los empleados que se van buscan mejores oportunidades de crecimiento personal y se mueven a empresas que ofrecen mejor entrenamiento, mejores salarios y mayor productividad. Esta dinámica de creación y destrucción de empleos se le conoce como reasignación de empleos a través del tiempo.

En términos muy sencillos, la tasa de reasignación de empleos se calcula como el cociente entre la creación neta de empleos en un periodo de tiempo y el promedio del nivel de empleo al inicio y al término de ese periodo de tiempo. El siguiente ejemplo nos servirá para entender la definición. Asumamos que una empresa tenía 80 empleos en enero de 2023 y 100 empleos en agosto del mismo año. En ese periodo de tiempo esa misma empresa contrató a 30 personas y despidió a 10. El neto fue una creación de 100 - 80 = 20 empleos nuevos por lo tanto la tasa de reasignación de empleos fue de 20 / ((80 + 100) /2) = 22%. Se puede calcular también la tasa de rotación de quienes se fueron 10 / ((80 +100) /2) = 11% y la tasa de rotación de los nuevos contratados 30 / ((80 + 100) / 2) = 33%. Sin embargo, estos dos últimos indicadores por si solos no capturan toda la dinámica del mercado laboral.

Adicionalmente, se ha comenzado a utilizar el concepto de la tasa de flujo de empleados para obtener una mayor noción sobre la dinámica del mercado laboral. Usando el ejemplo anterior, esta empresa habría reasignado a 40 empleados (30 + 10) y habría creado solo 20 nuevos empleos. Por lo tanto, la tasa de flujo de empleados es el doble que la de empleos, 40 / ((80 +100) /2) = 44%.

La siguiente tabla muestra estadísticas descriptivas para empresas extranjeras en dos sectores: el sector de servicios financieros y contables y el sector de manufactura de media y alta tecnología. Ambos sectores crecieron en más 15% promedio anual el número de empleados contratados entre 2020 y 2022. Los empleados del primer sector pueden trabajar el 100% del tiempo de manera deslocalizada (e.g., teletrabajo). Quizás es por lo que en el primer año de la pandemia (2020) su tasa de reasignación de empleos fue más alta que la del primer año de postpandemia (2022). Para estas empresas no hubo diferencias durante la pandemia y luego de la pandemia. Los datos evidencian que siempre estuvieron tratando de suplir la demanda que estaba en etapa de expansión en el mercado final: las contrataciones superaron con creces la salida de empleados en cada año.

El segundo sector requiere presencialidad de sus empleados en las plantas de manufactura. Dadas las restricciones de movilidad impuestas en el 2020 para evitar el incremento de los contagios del COVID-19, la tasa de reasignación de empleos fue la menor de los tres años. Este hecho es consistente con Lazear y Spletzer (2012) que muestran que las tasas de reasignación de empleos tienden a ser menores cuando hay contracción en una economía, como lo que ocurrió en la crisis financiera internacional del 2008-2009.

La adopción de estas nuevas métricas laborales nos permite comparar el dinamismo del mercado laboral entre países. El artículo de Burgess et al. (2000) realiza un análisis para un estado de Este de los EE.UU. con 1,5 millones de personas en la fuerza laboral ocupada. Sus datos capturan en parte el inicio de la crisis internacional de las empresas puntocom. La primera conclusión es que la tasa de flujo de empleados es mayor que la tasa de reasignación de empleos en los dos sectores y en ambos países. Una manera de leer estos datos es decir que por cada nuevo empleo creado en el sector servicios se genera un flujo de 4,3 personas en Costa Rica y de 3,4 en EE.UU. A simple vista el sector de manufactura de media y alta tecnología reasigna un 50% más personas en Costa Rica que en EE.UU. La comparación puede resultar poco justa para algunos, pero es claro que estos dos sectores mueven la economía y el empleo en Costa Rica.

Antes a estas empresas extranjeras y a los expertos solo les interesaba medir la tasa de rotación laboral de salida por renuncias y despidos. Sin embargo, ya sabemos que no importa que los mejores empleados se vayan. Ya sabemos que la tasa del flujo de empleados y la tasa de la reasignación de empleos entregan una visión más completa de porqué Costa Rica debe intentar cerrar el gap entre oferta y demanda de las empresas que finalmente dinamizan la economía y mejoran productividad laboral del país.

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