Por primera vez en 8 años Costa Rica no está en el Top 10 del ránking

Costa Rica sufrió una importante caída en la Clasificación Mundial 2023 de Libertad de Prensa elaborada por la organización internacional Reporteros Sin Fronteras (RSF), que deja al continente americano sin ningún país dentro de la clasificación de "buena libertad de prensa", para lo que se requiere una puntuación superior a 85, en una escala en la que 0 representa la peor nota y 100 la mejor.

Según el informe publicado la noche de este martes, Costa Rica tuvo una puntuación de 80,2 perdiendo 5.9 puntos en comparación con el año anterior, lo que significó una caída de 15 puestos hasta el lugar 23 del ránking y dejando de ser "el último bastión de la región" con una situación "buena" debido a lo que RSF ha denominado "un retroceso muy marcado de su puntuación política (-15,68 puntos)" y situándose ahora detrás de Canadá que escaló 4 lugares hasta el puesto 15 mundial.

El año pasado Costa Rica había sido considerada por Reporteros sin Fronteras como "el estudiante estrella de la región" pues si bien el país había caído tres puestos respecto al ránking del 2021, se ubicó en el puesto #8 del mundo (y #1 de América) en libertad de prensa, superando a Jamaica, Canadá, Trinidad y Tobago, y Argentina.

Con la posición #23 a nivel mundial Costa Rica obtiene su peor ubicación en el ránking de RSF desde el año 2010, cuando el país obtuvo el puesto #29. Esta es además la primera vez en ocho años que Costa Rica no ocupa un lugar en el Top 10 de países con mayor libertad de prensa según la medición.

En la ficha técnica sobre Costa Rica, RSF explicó que "la libertad de prensa y la libertad de expresión son dos principios muy respetados en Costa Rica, lo que la convierte en una excepción en América Latina". Sin embargo, se señaló expresamente que "ciertos medios sufrieron ataques verbales en el último año, y el Ejecutivo restringió el acceso a la información pública".

El ránking de Reporteros Sin Fronteras se construye a partir de evaluaciones en cinco áreas: contexto político, marco legal, contexto económico, contexto sociocultural y seguridad.

Costa Rica tuvo su mayor caída en el componente de "contexto político", el cual se construye a partir de 33 preguntas y subpreguntas que tienen como objetivo evaluar el grado de apoyo y respeto a la autonomía de los medios frente a las presiones políticas ejercidas por el Estado o por otros actores políticos de la sociedad; el nivel de aceptación de la diversidad de enfoques de un periodismo acorde a las normas profesionales, entre los que puede haber enfoques significados políticamente y otros independientes; y el grado de apoyo a los medios en su función de exigir cuentas a los políticos y al gobierno, en aras del interés general.

La calificación de Costa Rica en el indicador político pasó de 81.62 en el 2022 a un 65.94 en el 2023, una caída de 15.68 puntos.

En el rubro de "seguridad", RSF consignó que "a pesar de los intentos del Ejecutivo por estigmatizar a la prensa crítica", los periodistas no sufren amenazas contra su integridad física, ni vigilancia o encarcelaciones en Costa Rica.

El periodismo está protegido por la legislación del país, y la Sala Constitucional ha garantizado la protección de la confidencialidad de las fuentes y defendido la importancia de una prensa libre en una democracia.

En este indicador Costa Rica pasó de una calificación de 94.78 en el 2022 a una de 90.56 en el 2023, para una caída de 4.22 puntos.

En el contexto sociocultural, RSF destacó que Costa Rica es una democracia plena que destaca por su pluralismo y el respeto a los procesos electorales, las libertades civiles y la participación política; que la televisión sigue siendo su principal fuente de información, seguida de las conversaciones con familiares y amigos, las redes sociales, la radio y los periódicos; y que el país es un refugio para ciudadanos de otras nacionalidades perseguidos y, desde hace algunos años, de periodistas nicaragüenses.

La calificación de este indicador pasó de 92.50 en el 2022 a 87.97 en el 2023, para una caída de 4.53 puntos.

En el contexto económico se reseñó que gracias a la reforma fiscal aprobada en 2018 y al acuerdo de Servicio Ampliado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), Costa Rica tiene buenos resultados financieros y estabilidad económica; que el gobierno mantiene su política de contención del gasto público, especialmente en las partidas publicitarias, lo que repercute en la situación financiera de varios medios; y que la situación económica de Costa Rica ha mejorado tras el impacto de la pandemia de COVID-19.

En este indicador la nota pasó de 72.96 el año pasado a 70.59 este año, para una caída de 2.37 puntos.

Finalmente, en el contexto legal o legislativo, RSF resaltó que la Constitución Política establece que ningún individuo puede ser molestado o perseguido por expresar sus opiniones, y que todos tienen el derecho de comunicar y publicar su opinión sin censura previa. Por otro lado, el país es firmante de la Convención Americana sobre Derechos Humanos que establece en su artículo 13 el derecho individual a la libertad de pensamiento y expresión, y que la libertad de expresión no puede ser restringida por ningún medio. También se destacó que el acceso a Internet es libre y sin ningún tipo de restricción y que tampoco existe una regulación sobre las noticias falsas.

Pese a ello la calificación del país en este indicador pasó de 87.72 a 85.93, para una caída de 1.79 puntos.

Situación mundial

La edición 2023 de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa que evalúa las condiciones en las que se ejerce el periodismo en 180 países y territorios se publica el 3 de mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa.

RSF concluyó que este año la situación es "muy grave" en 31 países; "difícil", en 42 y "problemática", en 55, mientras que es "buena" o "bastante buena" en 52 países. En otras palabras, las condiciones para el ejercicio del periodismo son adversas en 7 de cada 10 países y satisfactorias sólo en 3 de cada 10.

Noruega se mantiene en primera posición por séptimo año consecutivo y por primera vez un país no nórdico se sitúa en segundo lugar: Irlanda (+4 posiciones), por delante de Dinamarca (-1 puesto). Países Bajos subió 22 puestos y  ha vuelto a la posición que ocupaba en 2021, antes del asesinato del periodista Peter R. de Vries.

En contraparte los tres países peor calificados son Vietnam en el puesto 178 tras haber recrudecido su persecución a los reporteros y periodistas independientes; China (-4 puestos) por ser la mayor cárcel de periodistas del mundo y uno de los principales exportadores de contenidos propagandísticos; y, como repite año con año, Corea del Norte en el último puesto (180) del ránking.

Christophe Deloire, secretario general de RSF destacó que la clasificación de este año muestra una gran volatilidad, con subidas y bajadas importantes y con cambios inéditos, como por ejemplo la subida de 18 puestos de Brasil y la bajada de 31 de Senegal.

Esta inestabilidad es producto de un recrudecimiento de la agresividad del poder en muchos países y de la creciente animadversión hacia los periodistas en las redes sociales y en el mundo no virtual. La volatilidad también obedece al auge de la industria del engaño, que da forma y distribuye la desinformación, al tiempo que proporciona herramientas para fabricarla.

Para este año la situación de la libertad de prensa ha pasado de "problemática" a "muy grave" en tres nuevos países: Tayikistán (153º; -1 puesto), India (161º; -11 puestos) y Turquía (165º; -16 puestos).

Los mayores descensos de la edición 2023 se concentran especialmente en África: Senegal (104º), considerado un modelo regional hasta hace poco, perdió 31 puestos principalmente por el procesamiento de los periodistas Pape Alé Niang y Pape Ndiaye, así como por el fuerte deterioro de las condiciones de seguridad para los periodistas. En el Oriente Medio, Túnez (121º) -presidido por Kaïs Saïed, "cada vez más autoritario e intolerante con las críticas a la prensa"- retrocedió 27 puestos.

En América Latina, Perú (110º), donde los periodistas pagan un alto precio por la persistente inestabilidad política y son reprimidos, atacados y desacreditados por su proximidad a las élites políticas, cayó 33 puestos. Mientras que Haití cayó al puesto 99 al desplomarse 29 casillas esencialmente por el continuo deterioro de la seguridad.