Similar a un oasis en el desierto, Costa Rica se mantiene como el país #1 de América en  la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa. El mérito es considerable tomando en cuenta la realidad de la región, donde la labor de las personas periodistas se realiza en un entorno cada vez más "deteriorado y tóxico".

El análisis, realizado por Reporteros sin Fronteras (RSF), califica a Costa Rica como "la excepción del continente y el alumno aventajado de América Latina". A nivel mundial, eso sí, el país bajó tres puestos con respecto al 2021 y se ubica en la casilla #8 (perdió más de 5 puntos).

El top 5 del continente lo completan: 

  1. Costa Rica (#8 del mundo).
  2. Jamaica (#12 del mundo).
  3. Canadá (#19 del mundo).
  4. Trinidad y Tobago (# 26 del mundo).
  5. Argentina (#29 del mundo).

El informe mundial detalla que la desconfianza hacia la prensa gana terreno, alimentada por una retórica contra los medios y una generalización de los discursos estigmatizantes por parte de la clase política, especialmente en Brasil  (113), Cuba (173), Venezuela (159), Nicaragua (160) y El Salvador (112).

También enfatiza en el caso mexicano, que ocupa el puesto 127, y con al menos siete periodistas asesinados en 2021, se mantiene como el país más mortífero del mundo para la prensa y se sitúa en la posición 179 sobre 180 del indicador de seguridad para los periodistas.

A nivel global

La Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa que evalúa las condiciones en las que se ejerce el periodismo en 180 países y territorios del mundo. RSF detalla que la vigésima edición pone de manifiesto los efectos desastrosos del caos informativo, creado por un espacio digital globalizado y sin regular.

El trío en cabeza de los países nórdicos, Noruega (1), Dinamarca (2) y Suecia (3), son un modelo en el que la libertad de expresión se realiza en todo su esplendor.

En los regímenes democráticos, la polarización mediática refuerza y alimenta las fracturas internas de las sociedades, como sucede en Estados Unidos (42), a pesar de la elección de Joe Biden. El auge de las tensiones sociales y políticas se ve avivado por las redes sociales y por nuevos medios de opinión, en países como Francia (26).

En algunas “democracias iliberales”, la represión a la prensa independiente es un factor de polarización intensa. En Polonia (66), por ejemplo, las autoridades han afianzado el control del sector audiovisual público, así como su estrategia de “repolonización” de los medios privados.

Un número récord de países en situación “muy grave”. Doce países en total conforman la lista roja de nuestra Clasificación, entre los que figuran Bielorrusia (153) y Rusia (155). Entre los países más represivos para la prensa, Birmania (176), donde el golpe de Estado de febrero de 2021 ha hecho retroceder brutalmente diez años la situación de los periodistas, se codea con Corea del Norte (180), Eritrea (179), Irán (178), Turkmenistán (177) y China (175).