La capa de ozono se regenera gracias a la eliminación progresiva de sustancias químicas que afectan el ozono.

Durante la 103ª reunión anual de la Sociedad Meteorológica de los Estados Unidos, un grupo de expertos ha informado que la capa de ozono está en camino de recuperarse en los próximos cuatro decenios.

Según lo comunicado por las Naciones Unidas, el Protocolo de Montreal firmado en 1987 que incentiva la eliminación progresiva a escala mundial de las sustancias químicas que agotan la capa de ozono, está teniendo el efecto deseado.

En el informe de evaluación cuadrienal del Grupo de Evaluación Científica del Protocolo de Montreal, los investigadores confirmaron que la eliminación del casi 99% de las sustancias ha logrado proteger la capa de ozono y ha contribuido a que se recupere de forma notable en la estratosfera superior y a que, por ende, se disminuya la exposición de las personas a la radiación ultravioleta (UV) nociva del sol.

El ozono es un gas que está presente en la atmósfera. Un 90% del ozono de la Tierra se encuentra en la estratosfera, la segunda de las cinco capas que conforman la atmósfera. La parte de la estratosfera con la mayor cantidad de ozono es lo que se ha llamado capa de ozono. Un delgado escudo de gas que se expande alrededor del planeta. La capa es un filtro de los rayos UV y contribuye así a preservar la vida en la Tierra.

Cuánto más se daña, los rayos ultravioleta pueden llegar a dañar el ADN de las personas y causar quemaduras solares, lo que aumenta el riesgo a largo plazo de padecer enfermedades como el cáncer de piel. También tendría consecuencias en el suelo, la producción de alimentos y las especies arbóreas; en la cadena alimenticia de la vida submarina y consecuentemente en la pesca, por sólo mencionar algunos efectos.

La capa de ozono comenzó a agotarse en la década de 1970, al menos en esos años fue donde los científicos descubrieron que algunas sustancias químicas, al ser liberadas, contribuían a la degradación. Ese es el origen de la referencia a que se estaba generando un hueco en la capa de ozono. Ese agujero, implicaría una reducción de la capacidad protectora de la capa.

Si se mantienen las políticas actuales, los expertos esperan que la capa recupere los valores de 1980 aproximadamente en 2066 en la Antártida, en 2045 en el Ártico y en 2040 en el resto del mundo. La Secretaria Ejecutiva de la Secretaría del Ozono del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Meg Seki, mencionó:

Según el último informe cuadrienal, la capa de ozono se está recuperando, lo que es una fantástica noticia. Nunca se destacará lo suficiente hasta qué punto el Protocolo de Montreal ha contribuido a la mitigación del cambio climático. En los últimos 35 años, el Protocolo se ha convertido en un verdadero defensor del medio ambiente”.

Repercusión en el cambio climático

La Enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal, acuerdo adicional alcanzado en 2016, exige la reducción progresiva de la producción y la utilización de algunos hidrofluorocarbonos (HFC). La Organización Meteorológica Mundial (OMM) explicó que los HFC no agotan directamente el ozono, pero son potentes gases de efecto invernadero.

Según el Grupo de Evaluación Científica del Protocolo, esta enmienda debería contribuir a evitar entre 0,3 y 0,5 °C de calentamiento global de aquí a 2100 (no se incluye la contribución de las emisiones de HFC-23).

Las medidas adoptadas en relación con el ozono sientan un precedente para la acción climática. El éxito obtenido gracias a la eliminación progresiva de las sustancias químicas que destruyen la capa de ozono nos muestra lo que puede y debe hacerse ―con carácter de urgencia― para abandonar los combustibles fósiles, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar, por lo tanto, el aumento de las temperaturas”, dijo el Secretario General de la OMM, profesor Petteri Taalas.

La evaluación más reciente se basa en amplios estudios, investigaciones y datos recopilados por un gran grupo internacional de expertos, muchos de ellos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el PNUMA, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) y la Comisión Europea.