Con 161 votos a favor, ocho abstenciones y ningún voto en contra, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptó una resolución que reconoce el acceso a un medio ambiente limpio, sano y sostenible como un derecho humano universal.

El texto, que se presentó originalmente por Costa Rica, Maldivas, Marruecos, Eslovenia y Suiza el pasado mes de junio, ahora copatrocinado por más de 100 países, enfatizó en que el derecho a un medio ambiente sano está relacionado con el derecho internacional existente y que su promoción requiere la plena aplicación de los acuerdos medioambientales multilaterales.

También reconoce aspectos como que el impacto del cambio climático, la gestión y el uso insostenibles de los recursos naturales, la contaminación del aire, la tierra y el agua, la gestión inadecuada de los productos químicos y los residuos, y la consiguiente pérdida de biodiversidad interfieren en el disfrute de este derecho. Adicionalmente, que los daños ambientales tienen implicaciones negativas, tanto directas como indirectas, para el disfrute efectivo de todos los derechos humanos.

*Los ocho Estados que no votaron a favor ni en contra son: China, Rusia, Bielorusia, Camboya, Irán, Kirguistán, Siria y Etiopía.

La resolución, basada en un texto similar adoptado el año pasado por el Consejo de Derechos Humanos, pide a los Estados, las organizaciones internacionales y las empresas que intensifiquen sus esfuerzos para garantizar un medio ambiente sano para todos.

Tras conocerse la noticia, el Secretario General de la ONU, António Guterres, se congratuló de la adopción de esta "resolución histórica" y dijo que este hito demuestra que los Estados miembros pueden unirse en la lucha colectiva contra la triple crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación. Guterres subrayó, sin embargo, que la adopción de la resolución "es sólo el principio" e instó a las naciones a hacer de este derecho recién reconocido "una realidad para todos, en todas partes".

La resolución ayudará a reducir las injusticias medioambientales, a cerrar las brechas de protección y a empoderar a las personas, especialmente a las que se encuentran en situaciones vulnerables, como los defensores de los derechos humanos medioambientales, los niños, los jóvenes, las mujeres y los pueblos indígenas", dijo en un comunicado.

Por su parte, el canciller de la República, Arnoldo André, comentó:

Es un gran trabajo de nuestra misión diplomática en Nueva York y un éxito diplomático de  Costa Rica haber logrado que la Asamblea General  de la ONU reconozca este derecho al ambiente sano y sostenible como un derecho humano". 

En otra declaración, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, celebró la decisión de la Asamblea y se hizo eco del llamamiento del Secretario General para que se tomen medidas urgentes para aplicarla.

Bachelet explicó que la acción medioambiental basada en las obligaciones de los derechos humanos proporciona unos límites vitales para las políticas económicas y los modelos empresariales. La resolución "hace hincapié en el apuntalamiento de las obligaciones legales de actuar (en favor del medio ambiente), en lugar de permitir que sea simplemente una política discrecional. También es más eficaz, legítima y sostenible", añadió.

Nicolas Boeglin, profesor de Derecho Internacional Público en la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica, explicó a Delfino.CR la trascendencia del voto:

Esta abrumadora mayoría obtenida en esta histórica votación de este 28 de julio del 2022, así como la ausencia de votos en contra nos confirma lo que muchos defendemos desde hace muchos decenios: no hay manera de sostener que el derecho a un ambiente sano no es un derecho humano. Es tan humano como cualquier otro derecho y tan inherente a la calidad de ser humano como los demás derechos humanos. Lamentablemente, tenemos aún a juristas de lo que podríamos denominar la "vieja escuela" que persisten en enseñar cosas totalmente antojadizas y anticuadas en algunas escuelas de derecho. Su razonamiento reaparece a veces en tribunales constitucionales de América Latina, con opiniones o votos salvados e incluso sentencias que son vergonzosas poniendo en entredicho el derecho a un ambiente como un verdadero derecho humano. A ver si esta histórica resolución de este 28 de julio del 2022, y la ausencia de voto en contra por parte de uno de los 193 Estados Miembros de Naciones Unidas los termina de convencer. Si es del caso, un curso intensivo gratuito a algunas magistraturas podría ser la solución”.

Una victoria de cinco décadas de duración

La ONU recordó que en 1972, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente celebrada en Estocolmo, que terminó con su propia declaración histórica, fue la primera en situar las cuestiones medioambientales en el primer plano de las preocupaciones internacionales. Ese espacio marcó el inicio de un diálogo entre los países industrializados y los países en vías de desarrollo sobre la relación entre el crecimiento económico, la contaminación del aire, el agua y los océanos, y el bienestar de las personas en todo el mundo.

Los Estados miembros de la ONU declararon entonces que las personas tienen un derecho fundamental a "un medio ambiente de una calidad que permita una vida digna y de bienestar", y pidieron acciones concretas y el reconocimiento de este derecho.

El pasado mes de octubre de 2021, tras décadas de trabajo de naciones en primera línea del cambio climático, como el archipiélago de las Maldivas, así como de más de 1000 organizaciones de la sociedad civil, el Consejo de Derechos Humanos reconoció finalmente este derecho y pidió a la Asamblea General de la ONU que hiciera lo mismo.

El reconocimiento del derecho a un medio ambiente sano por parte la Asamblea General y de otros foros de la ONU, aunque no es jurídicamente vinculante, lo que significa que los países no tienen la obligación legal de cumplirlo, será un catalizador para la actuación en favor de un medio ambiente sano y limpio y capacitará a los ciudadanos de a pie para exigir responsabilidades a sus gobiernos.

"La decisión de hoy eleva el derecho al lugar que le corresponde: el reconocimiento universal", explicó la responsable del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente de la ONU, Inger Andersen.