La pesca de arrastre es reconocida a nivel mundial como el método de pesca industrializada menos selectivo que se practica. Esta actividad es responsable de la destrucción de fondos marinos y de las concentraciones poblacionales de organismos que viven en las profundidades de los océanos y constituye una constante amenaza a una de las principales fuentes de ingresos y alimentos para las costas que son las regiones más vulnerabilizadas a nivel internacional, las costas.

Los índices de explotación marina llegaron a puntos preocupantes y a ritmos que encaminaban a la humanidad hacia el inminente agotamiento del recurso pesquero. Fue por esta razón que regular y prohibir actividades de sobreexplotación se convirtió en una necesidad de atención urgente.

Así como lo señaló la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) en su momento, para que una actividad sea sostenible, se deben analizar tres variables: los elementos sociales, económicos y ambientales. La ausencia de estudios técnicos sólidos y consolidados a nivel nacional para demostrar la sostenibilidad de la pesca de camarón con red de arrastre es un elemento fundamental.

Demostrar la sostenibilidad de una actividad que produce la liberación de cerca de 1.000 millones de toneladas de carbono al año requiere de estudios que contemplen como mínimo los impactos sociales y económicos en las diferentes actividades productivas circundantes y del ecosistema en general, abarcando desde la pesca artesanal hasta la imagen país en relación al turismo. Además, es necesario el establecimiento de vedas, determinar épocas reproductivas y ejecutar un estudio de biomasa para determinar la capacidad de pesca de forma que no se excluyan otras variables ambientales. Una investigación de esta índole debe ser de carácter multidisciplinario y requiere plazos extensos para su realización.

Desde esta visión se debe integrar a Incopesca, MINAE y al sector académico en la aplicación de los estudios correspondientes.  Para el año 2020, cuando se encontraba en discusión el veto presidencial al expediente 21.478 se estimaba que el curso de este estudio rondaba los 3000 millones de colones, lo cual dejaría en una posición muy comprometedora al Instituto. Además, cabe destacar que el Estado costarricense no cuenta con embarcaciones para realizar la investigación por lo cual sería necesario una licitación pública para garantizar el recurso material y humano.

En lo que corresponde al tema de empleabilidad, la Universidad Nacional de Costa Rica estimó (en el 2015) que la pesca de arrastre genera cerca de 590 empleos directos, mientras que esta actividad significa un peligro real para la estabilidad de otros oficios y diversos sectores vinculados como la pesca artesanal a la cual, según la Organización del Sector Pesquero y Acuícola del Istmo Centroamerica, se dedican aproximadamente 14 800 personas.

En el año 2019 Costa Rica obtuvo la aprobación del Comité de Pesca de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), esto sujeto al cumplimiento de una serie de recomendaciones orientadas a lograr una política pesquera nacional que se base en la evidencia científica e incorpore un enfoque integrador. OCDE resaltó en el informe que es necesario para el país gestionar mejor los recursos y enmendar la sobreexplotación de algunas especies de forma que se instó al Estado a la adopción de un enfoque holístico para el desarrollo costero y la promoción activa de formas de desarrollo socioeconómico alternativo.

La pesca de arrastre contradice el compromiso que tiene el Gobierno de la República con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, especialmente las metas de fin de la pobreza y protección de la vida marina. Además, es de suma importancia destacar que la Organización Mundial del Comercio ha realizado esfuerzos para eliminar las subvenciones a la pesca que contribuyan a la sobrecapacidad y sobrepesca.

Costa Rica ha dado un paso adelante hacia el desarrollo sostenible y la protección a los océanos. Restablecer la pesca de arrastre implica un retroceso en todos los sentidos.

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