El 9 de mayo es un día de celebración en Rusia. Este año marcaría el 77 aniversario del triunfo de la Unión Soviética sobre la Alemania nazi, conocido como el día de la victoria. Los rusos siempre han considerado su triunfo en la segunda guerra mundial como un acontecimiento trascendental en su historia y por ello su estatus de culto.

Esta fecha por consiguiente será una oportunidad estratégica para que Vladimir Putin presente ante los rusos los avances y el éxito de la llamada operación especial militar en Ucrania. Inclusive diferentes analistas y servicios de inteligencia occidentales no descartan la posibilidad de que Putin declare en ese día la victoria y por consiguiente la liberación del Donbás.

Rusia ha intensificado sus ataques en el este de Ucrania desde que semanas atrás anunciara un cambio de estrategia que concentraría sus ataques en el este de Ucrania. La dispersión de sus fuerzas militares y su mala coordinación han ocasionado posiblemente el cambio de estrategia. Ahora Rusia pretende concentrar sus tropas al este y el preludio de dichas ofensivas es la gran incógnita. Las próximas semanas decidirán el devenir de la guerra y hasta posiblemente un final temporal de los combates.

Ucrania por su parte sigue aumentando su dependencia a las ayudas de sus aliados. La ayuda económica y la asistencia militar se han convertido el sostén del gobierno de Zelenski, que día a día ve cómo la infraestructura del país está siendo destruida y sus exportaciones interceptadas por el bloqueo marítimo ruso. A su vez, Ucrania es plenamente consciente que no tiene la capacidad ni los recursos para extender el conflicto por tiempo indefinido. Rusia por su parte tiene una mayor capacidad y recursos para extender el conflicto durante un tiempo prolongado e inclusive podría reiniciar la guerra una vez alcanzado algún tipo de acuerdo a un alto al fuego.

Ahora bien, la guerra en Ucrania puede cambiar radicalmente si el Kremlin sigue adelante con sus intenciones de realizar referendos en las zonas del este que están bajo su control, tal como los que hizo en 2014 para legitimar la ocupación de Crimea. Por ello la caída de Mariúpol es fundamental para los intereses rusos. No solo por el hecho de que crearía corredor entre Crimea y la región del Donbás, sino también por el hecho de ocupar una ciudad estratégica que tendría un gran significado para la propaganda rusa en cuanto a la ¨desnazificación¨ de Ucrania, dado a que el batallón de Azov, grupo paramilitar de extrema derecha,  se encuentra en gran medida combatiendo a las tropas rusas y sus mercenarios en Mariúpol.

La guerra continúa y con ello el sufrimiento y muerte de miles de ucranianos que llevan más de dos meses refugiados en sótanos sin calefacción y electricidad. En las últimas semanas hemos conocido la huella que ha dejado el ejército ruso en los diferentes pueblos alrededor de Kiev que han sido desocupados por los rusos. Bucha, Borodianka y Hostomel quedarán en la historia por las atrocidades que los rusos han cometido contra sus residentes.

Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio.