Esta es la hora más difícil de nuestro partido, coincide con un momento crítico del estado general de las cosas en la nación, además, con la incertidumbre sobre cómo enfrentará el próximo gobierno los desafíos que debemos vencer.

No debemos temerle a la opinión honesta y bien intencionada, ni a definir con franqueza lo sucedido: perdimos, y ha sido una pérdida dolorosa. En gran medida dolorosa porque al frente tuvimos un candidato al que admiramos, que luchó sin descanso, que es expresidente nuestro e hijo del fundador del partido. Los partidos políticos están para ganar elecciones.

Liberación Nacional conserva fortalezas, el espíritu combativo de la familia liberacionista y la fracción electa son dos ejemplos. Pese a esto y la confianza del electorado que se refleja en 19 diputados y diputadas elegidos, no es apropiado decir que salimos fortalecidos, esa conclusión anticipada nos impide asumir con profundidad y claridad el análisis de los hechos. No engloba el sentir general. Para establecer hoy en un acuerdo que el manejo de las finanzas fue exitoso —como lo propone don José María Figueres—, necesitamos antes un informe detallado de la tesorería para analizar con profundidad los datos. No dudo del buen manejo financiero que la campaña realizó, pero lo serio es ver los números antes de tomar una decisión.

Las dudas superan las certezas. Es manifiesta la tensión interna sobre las concepciones ideológicas que deben prevalecer —más allá de las propuestas del candidato de turno—, y los cambios que deberían implementarse en la estructura organizativa de nuestro partido. Cómo ejemplo de esto tenemos el permanente desacuerdo sobre aspectos elementales de la reforma del Estado costarricense que no se termina de materializar. Una reforma integral y completa requiere del cierre y fusión de instituciones que ya no cumplen con la función para la cual fueron creadas, principalmente aquellas que drenan recursos valiosos. Cada vez que emerge una discusión al respecto brotan las divergencias internas. Se tienden a confundir los principios fundamentales de Liberación Nacional con los instrumentos jurídicos que sirven a la concreción de esos principios e ideales. Los principios que dieron vida a la causa liberacionista permanecen, no han cambiado, pero las herramientas con que se cincela el Estado y la sociedad deben responder a nuevas realidades.

Aceptémoslo, en la dinámica interna del partido han primado los intereses por la siguiente elección por sobre el debate de ideas, la defensa de programas y la formación de líderes. A Liberación Nacional siempre se le exigirá más, más y mejores propuestas, más y mejores candidatos. Nuestro expresidente Oscar Arias lo ha advertido: vivimos una profunda crisis en la producción y en la renovación de liderazgos.

Lo central para el partido hoy es estimular que sangre nueva impulse los cambios que necesita el país y el partido. En septiembre de 2016, don Óscar Arias dio el ejemplo cuando se apartó de la posibilidad de ser nuevamente candidato a la Presidencia de la República. Las encuestas lo colocaban como el político con más apoyo popular, a pesar de esto y del pedido expreso de miles de costarricenses de diferentes partidos se hizo a un lado diciendo: Jóvenes de Costa Rica: ¡Ocupen su lugar en la historia! Reitero, permitamos que el partido se renueve con nuevos liderazgos.

Existe la necesidad de establecer un régimen disciplinario que ayude a ordenar la militancia y el activismo del partido. Propongo crear una instancia que discipline, un órgano diferente a nuestro comité de ética. No hay que confundir la disciplina partidaria con el juicio ético. En ocasiones ambos se conectan, pero no son lo mismo. Este órgano contribuiría a erradicar la práctica de algunos de ir y venir según la conveniencia personal, me refiero concretamente a la conducta reprochable de quienes se van del partido por cálculo electoral, lo atacan desde afuera y luego vuelven sin ninguna pena.

Aprovecho para hacer un señalamiento que recoge el sentir de muchos liberacionistas y costarricenses. Hay compañeros de larga y destacada trayectoria, compañeros que han brindado provechosos aportes al partido y al país. Les insto a que mediten sobre su papel en la actual coyuntura. Ojalá hagan conciencia de que deben dar un paso atrás y permitir que nuevos liderazgos surjan. Insistir en seguir aspirando a la candidatura por la presidencia dentro de Liberación solo traerá divisiones internas, tensiones innecesarias y obstaculizarán el proceso de refrescamiento y renovación por el que tanto se ha insistido.

Debemos repensar el papel del Directorio Político Nacional en el periodo de campaña nacional. Este no puede seguir siendo decorativo. En concreto, este órgano activo, vigilante, ayudará a evitar y contener los ataques feroces contra la obra y legado liberacionista. La recién acabada campaña fue dura contra nuestros expresidentes, en especial contra don Oscar Arias y doña Laura Chinchilla. También lo fue contra costarricenses que han ofrecido al país trabajo, sacrificios e ideas desde gobiernos liberacionistas. Los ataques sin respuestas nos hicieron daño, afectaron la integridad y el ánimo de partidarios, electorado y a exjerarcas valiosos.

Liberación Nacional aún en oposición siempre ha estado al frente de la solución de los problemas nacionales. No renunciamos a nuestra responsabilidad histórica y este momento, no debe ser la excepción, mucho menos cuando millones de costarricenses se encuentran en pobreza extrema, sin empleo, en la informalidad, sin poder estudiar.

Palabras pronunciadas en reunión del directorio político nacional del PLN el 18 de abril del 2022.

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