Las vacunas en los niños son como el cinturón de seguridad en los vehículos: usted cuando se sube a un carro, ya sea que usted conduzca o que vaya de pasajero en el mismo, usted se pone el cinturón. Eso no le va a impedir sufrir un accidente de tránsito ya sea por su responsabilidad o por la de otra persona, pero ese cinturón sí le va a reducir el riesgo de un golpe serio. El cinturón, al igual que las vacunas, lo que previenen es una complicación mayor, no necesariamente la enfermedad".

Con este mensaje, la infectóloga, pediatra y exiministra de Salud, María Luisa Ávila Agüero, resaltó semanas atrás la importancia de la vacunación contra la COVID-19 en toda la población, pero principalmente en los menores de edad.

El mensaje lo emitió la especialista durante una conversación sostenida en los webinars que está realizando la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) para concientizar a la población sobre la importancia de la inmunización contra la enfermedad que lleva ya casi dos años teniéndonos encerrados pero, además, cae de perlas en vista de las situaciones que el país ha experimentado en días recientes y del mar de desinformación que abunda al respecto en redes sociales.

Por ello la especialista dedicó el espacio a aclarar dudas de la ciudadanía, empezando por lo más básico: cómo es que funcionan estos inmunizadores contra la enfermedad:

La vacuna de Pfizer lo que utiliza es una pequeña secuencia genética del virus, específicamente el espiga, que es la llave que utiliza el virus para meterse en la cerradura de mi célula y causar enfermedades. La vacuna usa una pequeña parte de eso, la envuelve en una capita de grasa, le pone algunas sales para estabilizarla y eso es lo que se inyecta. Una vez que se inyecta, las células del músculo degradan esa capita de grasa, liberan el ARN mensajero y empiezan a producir anticuerpos. Por eso es que a veces la persona tiene una inflamación en la axila, ya que es ahí donde se producen esas células de defensa que se dividen en varias: algunas actúan inmediatamente y otras son de memoria, lo que quiere decir que cuando yo me vuelva a exponer al virus, estas actuarán y vendrán en mi defensa para neutralizarlo y que mi enfermedad o no se dé o se dé de una manera muy leve".

El objetivo con este tipo de mensajes es que cuando a usted le digan que Pfizer le está infectando el virus sepa que es más o menos cierto pero que se hace de una manera controladísima para que el cuerpo no solo no enferme, si no que genere una respuesta inmune mucho mayor y evitemos enfermar gravemente, como sucedía al inicio de la pandemia cuando estábamos todos encerrados y sin vacuna.

La especialista señaló que el país siempre ha tenido una política sanitaria que prefiere la prevención a salir corriendo cuando ya estamos enfermos graves: por eso es que de niños nos llevaban a ponernos una enorme cantidad de vacunas y por eso es que la Caja tiene programas en los que, en conjunto con el Ministerio de Educación (MEP), vacuna a menores en las propias escuelas, pues el objetivo es claro: "más vale prevenir que lamentar", según la doctora.

Costa Rica tiene un sistema de salud que siempre se ha basado en la prevención porque es muchísimo mejor prevenir la enfermedad que padecerla y que por supuesto, tratarla. Esto no es solamente en el tema de vacunas si no también en estilos de vida saludables, en alimentación sana, en hacer ejercicio, en cuidar nuestra salud mental pero sí, las vacunas son parte importante de la prevención de esa enfermedad, al ser quizá una de las estrategias más sólidas, más comprobadas y más de aplicación universal que hay".

Ahora bien ¿que hay 10 mil millones de miedos e información difundida de diversísimas formas corriendo por ahí y ocasionando pavor en la población? Por supuesto pero eso no es nuevo: mientras estaba buscando los insumos para esta noticia, recordé que en Delfino.cr ya habíamos conversado con la doctora Ávila por un tema similar, justo cuando la Caja empezó a vacunar a niñas de 10 años contra el virus del papiloma humano.

Los argumentos en aquel tiempo que parece lejano pero que lo cierto es que fue hace menos de tres años, señalaban que las menores de edad iban a empezar a tener relaciones sexuales más rápido, que quién sabe qué le estaban inyectando a las niñas, que los padres podían decidir qué querían que les inyectaran y qué no... y las autoridades tuvieron que salir a recordar muchos temas legales que han vuelto a ser de interés en la actualidad.

El primero de ellos el protocolo específico que tiene el Estado para obligar a los padres a vacunar a sus hijos. Porque sí, la vacunación es obligatoria en el país y si los padres se niegan a garantizarle ese derecho a sus menores debido a sus creencias personales, se arriesgan incluso a acciones legales que podrían hasta llevarlos a la cárcel como consecuencia.

Dato D+: Lea más detalles en la nota Anti-vacunas en Costa Rica ¿qué hace el Estado si los encuentra?

Sin embargo, el objetivo de la Caja no es obligar a los padres a vacunar si no explicarle a estos por qué la inmunización es necesaria.

Es importante recalcarle a las personas que la vacuna de Pfizer que se ha colocado en el país, es la que ha pasado los ensayos clínicos controlados que se han realizado en menores y que precisamente el país toma la decisión de colocar esta porque ya cumplió con esos requisitos", enfatizó la doctora Ávila al hablar al respecto con la Caja.

Por eso, y así como el objetivo ha sido educar sobre su importancia, también lo ha sido el derribar mitos respecto a su aplicación, empezando por supuesto, por el miedo a los efectos secundarios.

Según la especialista, todos los medicamentos tienen efectos adversos y por eso es necesario informarse bien y con fuentes científicas confiables, para evitar tomar decisiones que no solo no nos protejan si no que también nos perjudiquen en otros escenarios:

Con las vacunas pasa lo mismo: en el adulto, las vacunas contra la COVID-19 han producido algunos eventos que pueden ser causales por la vacuna o coincidentes con su aplicación. Con respecto a los niños, uno de los efectos que se han mencionado en la población de 12 a 18 años ha sido la miocarditis que es una inflamación del músculo cardiaco, y también la pericarditis que es una inflamación de la membrana que recubre el corazón. Sin embargo, esto está asociado en adolescentes hombres con altos niveles de testosterona, pero si usted compara los casos de miocarditis producidos por el virus SARS-CoV respecto a los que pueden ser atribuidos a la vacuna, hay más producidos por el virus. En menores de 12 años, los ensayos clínicos controlados no encontraron ningún caso de miocarditis en los varoncitos, pues en esas edades su testosterona todavía es baja".

En Estados Unidos, un reciente estudio de la FDA encontró que esto no era un efecto adverso frecuente y lo que más se encontró fue dolor en el brazo, fiebre, algún brote cutáneo que surgió en el momento de la aplicación y que son los mismos efectos que se pueden observar con otros medicamentos pero muchísimo más con la infección aguda por el virus", agregó Ávila.

Lo mismo sucede, señaló la doctora, con el tema de la importancia de completar esquemas de vacunación en estos grupos poblacionales:

La gente dice que 'es que las vacunas de antes con una dosis era suficiente' y realmente eso no es cierto: los padres que tienen hijos en edad colegial y escolar recordarán que aunque tengan la vacuna del sarampión con dos dosis, el Ministerio cada X cantidad de tiempo, a través de la Caja, hace campañas de puesta al día para volver a vacunar a estos niños contra el sarampión. Contra polio necesitamos al menos cinco dosis para estar protegidos y con otras enfermedades como la tosferina, ahora estamos vacunando a la mujer embarazada, a los padres y abuelos del menor para proteger al niño. Uno de los mitos más grandes que hay es que todas las vacunas con son una sola dosis son suficientes".

La especialista finalizó su intervención recordando que la no vacunación puede significar un riesgo alto tanto en adultos como en menores, pues en el Hospital de Niños, donde Ávila es pediatra, han enfrentado cuadros de más de 60 menores de edad que han enfermado gravemente al presentar males como el síndrome de respuesta inflamatoria multisistémica, que se suele ver a las 4 semanas de infección aguda, y que ya han llevado a varios niños a unidades de cuidados intensivos e, incluso, han cobrado la vida de una menor internada.

A su vez, los niños no vacunados, sobre todo si son pacientes asmáticos, son más propensos a descompensarse o a padecer de long-COVID, que es el término que se usa cuando la enfermedad ya pasó su peor parte pero las secuelas no acaban al tiempo normal.

A estos efectos, además, es necesario agregar el impacto indirecto de la enfermedad como el aislamiento prolongado, el riesgo de infectar a los familiares, de sufrir depresión o de impactar en menores que tengan otra enfermedad grave.

En este momento la Caja se encuentra vacunando a niños mayores de 10 años y poco a poco irá liberando el rango de edad para llegar a los 5 años tope que tiene aprobado Pfizer. A su vez, es necesario recordar que la dosis que se aplica a estos menores es 3 veces menor que la que se nos aplicó a nosotros los adultos.

Por ello las autoridades son enfáticas en la vacuna como la mejor prevención para proteger a nuestros niños y por ello la pediatra Ávila señaló que:

Una persona vacunada puede enfermarse pero si se enferma tiene menos riesgo de hospitalizarse y si se hospitaliza tiene menos riesgo de terminar en cuidados intensivos y por ende, menos riesgo de morir. Una persona vacunada podría tener un contacto estrecho con otra persona y contagiarla pero le va a transmitir una carga viral muchísimo menor que hará que esa persona se enferme levemente o del todo no se enferme. Por eso la importancia de la vacuna es la función preventiva en complicación y muerte".

Para conocer los centros de vacunación habilitados por la Caja en todo el país, los interesados pueden ingresar aquí.