En el marco de los 75 aniversario del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), celebrado este 11 de diciembre de 2021, nuestro lema es “celebrar el pasado, invirtiendo en el presente para reimaginar el futuro con y para las niñas, niños y adolescentes en Costa Rica”.

UNICEF agradece la alianza histórica por los derechos de la niñez y adolescencia en el país, felicita los logros de Costa Rica en relación con el cuidado, protección y desarrollo integral de cada infancia y refuerza su colaboración para enfrentar los grandes desafíos contemporáneos de un mundo en movimiento y con grandes cambios.

UNICEF fue creado en 1946 como el Fondo Internacional de Emergencia para la Infancia de las Naciones Unidas, por la Asamblea General de la ONU, para proporcionar suministros y asistencia a los niños y niñas después de la Segunda Guerra Mundial, en un mundo devastado y destruido que dejó millares de niños y niñas huérfanos.

UNICEF llegó a Costa Rica en el año 1950, con operaciones desde de su sede, en Nueva York, trabajando temas de nutrición y salud. Con los éxitos de la respuesta humanitaria brindada, UNICEF se convirtió en una agencia permanente del sistema de las Naciones Unidas del país en 1953. En 1975 abre su oficina en San José, extendiendo su cooperación a las áreas de educación y protección hacia todas las formas de violencia, incluida la violencia sexual y el trabajo infantil, entre otras.

Breve repaso de nuestra cooperación

En el año de 1950 la tasa de mortalidad infantil era tan alta que 90 niñas y niños morían por cada mil antes de cumplir un año, en 2020 solo 8,81 fallecen; un indicador que pone al país entre los mejores del mundo. UNICEF inició su cooperación con Costa Rica, para consolidar los programas de vacunación, salud y nutrición, destacando la importancia del acceso universal, gratuito y obligatorio de la niñez y adolescencia a los programas de inmunización.

En 1967, apoyamos una campaña masiva de la vacuna contra el sarampión que alcanzó 209833 dosis y en 1973 fuimos testigos del último caso de poliomielitis en el país. En 1994, el país recibió de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) la certificación de la erradicación de la poliomielitis, que se ha mantenido hasta la fecha. Hoy, UNICEF se ha sumado al esfuerzo del país para el acceso a vacunas contra la COVID-19 para naciones en desarrollo.

En cuanto a la normativa, UNICEF ha brindado a lo largo de estos años apoyo técnico en la formulación, promoción, difusión y ejecución de leyes que favorezcan los derechos de la niñez y adolescencia, así como ha propiciado la coordinación e integración de políticas públicas que lleven a un marco político estratégico que permita su materialización sostenible. Esto especialmente se refleja en Política Nacional para la Niñez y la Adolescencia Costa Rica 2009-2021, la Política de la Persona Joven, con trabajo conjunto del PANI y el Consejo de la Niñez, Adolescencia y la sociedad civil.

Hemos acompañado el camino hacia la rectoría del PANI en materia de infancia, adolescencia y familia. El PANI ha pasado por un proceso de transformación desde 1930 para llegar a ser la institución rectora de hoy, a partir de 1996. UNICEF ha acompañado la culminación de su rectoría, fortaleciendo sus capacidades para la implementación de un enfoque consecuente con el Código de la Niñez y Adolescencia. Felicitamos a todos los y las funcionarias del PANI por el trabajo diario y continuo.

Entre 1994 y 1998, fuimos parte del logro que permitió la inclusión del módulo especial de trabajo infanto-juvenil en la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM), cuyos hallazgos evidenciaron que desde 1973 a 1998, el país aún no contaba con las condiciones para confirmar el cumplimiento de los artículos sobre seguridad y moralidad del empleo o trabajo establecidas por el Convenio No.138 sobre la edad mínima, ratificado por Costa Rica desde 1973. 

Esto llevó a la prohibición del trabajo de menores de 15 años, a partir de la entrada en vigor del Código de la Niñez y Adolescencia en 1998 y a la inclusión del Módulo de Trabajo Infantil y Trabajo Adolescente en la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) del 2002, 2011 y 2016.

Para cumplir con la Convención de Derechos de la Niñez y el Código de la Niñez y Adolescencia, UNICEF facilitó el apoyo técnico de reconocidos expertos y expertas internacionales en derecho penal y justicia juvenil para la promoción e integración del actual modelo costarricense de responsabilidad penal adolescente, el cual se define en la Ley de Justicia Penal Juvenil aprobada en Costa Rica en el año 1996.  

Dicho hito representó un cambio radical de enfoque, al permitir superar al modelo que consideraba a menores de edad de la misma forma que a adultos, tipificando una reducción de las edades para la aplicación de sanciones penales. Asimismo, apoyamos el desarrollo del actual modelo penal tutelar, modificando lineamientos discriminatorios que promovían que se juzgara con base en “la cultura según la cual a cada patología social debía corresponder una arquitectura especializada de encierro”.   

UNICEF ha apoyado esfuerzos de investigación y datos, que han permitido visibilizar situaciones de exclusión y vulnerabilidad en niños, niñas y adolescentes. El Proyecto Estado de Derechos de la Niñez y Adolescencia (EDNA), trabajo de la Universidad de Costa Rica y UNICEF, ha publicado nueve informes desde 2000 hasta el 2020 que orientan al país para que tome decisiones que protejan a la infancia. 

La educación ha sido de nuestras principales causas en Costa Rica. UNICEF ha apoyado y acompañado al Ministerio de Educación Pública en reducción de la exclusión educativa; la transformación de escuelas y colegios en espacios de vivencia de los derechos de la niñez y adolescencia; así como en el mejoramiento del acceso y calidad de la educación pública. Hoy 96% de la población infantil está en la escuela en Cosa Rica. Educación es la base y el camino para cualquier desarrollo.

Hemos estado en muchos momentos que no alcanzan para detallar. Pero nos enorgullece haber cooperado cuando en 1970 surgió el Plan Nacional de Desarrollo Educativo (PNDE) que reafirmó el perfil de la educación como un proceso integrado, en el desarrollo de la actual Política Educativa “La persona: centro del proceso educativo y sujeto transformador de la sociedad” y en la inclusión de preescolar como parte del ciclo educativo obligatorio en el 2018.

La llegada de la COVID-19 al país, ha puesto enormes retos para la niñez y adolescencia. UNICEF compró suministros de higiene para la reapertura segura de 27% de los centros educativos con más necesidades y apoyó el MEP en el mapeo de las escuelas que están conectadas a internet y el desarrollo de la plataforma ´Aprendo Pura Vida´ que permite el aprendizaje ´online o off line’ y será lanzada en inicio de 2022.  

La brecha digital es una condición estructural de exclusión educativa que impactará de forma masiva, convirtiendo esta problemática en una urgencia social, económica y política. Seguimos trabajando fuertemente con las instituciones nacionales y las otras agencias de las Naciones Unidas para una inclusión digital justa y célere. 

Hemos abogado por la niñez en mayor condición de vulnerabilidad. UNICEF apoyó directamente iniciativas en favor de la niñez y adolescencia indígena, como la realización de la Mesa Nacional Indígena en 1978, con la consulta de niños, niñas y adolescentes indígenas, cuyas conclusiones guardaron importante coincidencia y similitud con las del I Foro Nacional de Salud de los Pueblos Indígenas, en 2002, que reunió expertos en el tema, que llevó a la formulación de propuestas específicas para la problemática de salud de la población infantil y adolescente indígena. 

La publicación de Niñez y Adolescencia Indígena en Costa Rica: Su derecho a la Salud y a la Educación (2006) de UNICEF representó un primer estudio sobre el tema que reúne tanto datos estadísticos como conocimientos y experiencias de expertos nacionales y comunales.

Para la niñez afrodescendiente, UNICEF y el IDESPO se aliaron para la realización y publicación del estudio de opinión titulado Percepciones de los costarricenses sobre la población afrodescendiente (2010), a partir de un sondeo telefónico y un grupo focal, a fin de generar políticas públicas que aseguren el cumplimiento de los derechos de esta población, particularmente de los niños, niñas y adolescentes, para lograr cambios reales en favor de las víctimas de racismo.

Durante nuestra estancia en el país, hemos aportado para la protección de los derechos de la niñez migrante y en desplazamiento. Con la crisis migratoria actual, apoyamos al país para que las comunidades de acogida puedan recibir mejor a las niñas, niños y adolescentes que son expulsados de sus países, creando 16 espacios seguros por el territorio nacional y regularizando la situación migratoria de más de 6000 de la niñez migrante que está más expuesta a peligros y aún así se mantienen estudiando en el sistema público.

También velamos por la niñez con discapacidad, para reducir las barreras que impone la sociedad y puedan tener una vida más digna. Entre nuestras múltiples acciones, colaboramos con la CNE para capacitar a niñas, niños, adolescentes y jóvenes con discapacidad y a sus familias para gestionar el riesgo en situaciones de emergencia y puedan salvar sus vidas.

Celebremos el pasado, invirtamos en el presente para reimaginar el futuro con y para las niñas, niños y adolescentes en Costa Rica. Mientras el Estado costarricense ha puesto su niñez y adolescencia como prioridad, mirando la universalización de la educación pública, la salud, nutrición, acceso a agua y saneamiento y protección integral bajo un cuadro legal complemente alineado con la Convención de los Derechos de la Niñez y otras normativas internacionales, hay desafíos enormes impuestos por un contexto internacional y nacional de crisis económica y sanitaria.  

El contexto actual pide acciones urgentes y eficaces para no perder los logros del pasado, no dejar ningún niño o niñas atrás. Es sumamente importante y urgente invertir en los cuatro grandes desafíos de hoy:

  1. Educación con calidad e inclusiva desde la primera infancia, con acceso universal a internet y nuevas tecnologías. 
  2. Expansión y fortalecimiento de las Políticas de Protección Social para erradicar la pobreza infantil y proteger los más vulnerables, beneficiando directamente los 32% de niños y niñas que viven bajo la línea pobreza.
  3. Asegurar oportunidades a los adolescentes y jóvenes para que completen su educación y desarrollen competencias para la empleabilidad.
  4. Acciones de mitigación del cambio climático, que afecta desproporcionadamente a las niñas, niños, adolescentes y jóvenes, a quienes los impactos del medio ambiente actualmente representan amenazas a las décadas de progreso alcanzadas en la capacidad de sobrevivir, crecer y prosperar.

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