En una carta dirigida a la comunidad internacional, diferentes jefes de Estado de América Latina y el Caribe hicieron un “llamado vehemente” para que el acceso a las vacunas contra el COVID-19 en el mundo sea equitativo.
En el documento se llama a los países que cuentan con exceso de dosis o que ya han vacunado a su población de riesgo, "a poner en marcha medidas para que estos excedentes sean distribuidos equitativamente y de manera inmediata".
La solicitud ha sido liderada por el mandatario costarricense, Carlos Alvarado Quesada, junto con Alberto Fernández, presidente de Argentina; Andrew Michael Holness, Primer Ministro de Jamaica; Luis Alberto Arce Catacora, presidente de Bolivia; Guillermo Lasso Mendoza, presidente de Ecuador, Luis Alberto Lacalle Pou, presidente de Uruguay y Manuel López Obrador, presidente de México.
Para los mandatarios, una mejor distribución de las vacunas servirá para que el mundo entero esté mejor. Enfatizaron que el acceso universal oportuno y equitativo a las vacunas es la única opción sostenible para acabar con la crisis sanitaria, es de interés común y un imperativo ético, sanitario y económico.
Nadie estará a salvo hasta que todos estemos a salvo. Enfrentar y recuperarnos de la pandemia solo será posible cuando las vacunas lleguen a las poblaciones de riesgo en todo el mundo.
El acaparamiento de vacunas es uno de los temas que denunciaron los líderes en su carta, puntualizando que de los 1300 millones de dosis de las vacunas contra el COVID-19 que han sido administradas globalmente, más de la mitad fueron utilizadas en 5 países que concentran el 50% del PIB global.
Incluso, algunos países han administrado más dosis que el conjunto de África y América del Sur. “En total, los países de renta baja han recibido solo un 0.3% de las dosis mundiales”, aseguraron.
Nada nuevo
En el documento se especifica que la desigualdad en el acceso a productos y tecnologías sanitarias no es un fenómeno nuevo y ejemplifican con el caso del VIH en los 90's.
Debemos aprender de las lecciones que nos dejó el VIH en la década del 90 y superar los retos que generan las negociaciones bilaterales, la falta de un poder de negociación unificado frente a los procesos de adquisición, las restricciones a las exportaciones y los derechos de propiedad intelectual que limitan de manera crítica la llegada de las vacunas a todos los países”.
Y añadieron:
Las nuevas y más peligrosas variantes del virus de la COVID-19 evidencian que la vacunación aislada por país es una estrategia poco efectiva para acabar con la etapa aguda de la pandemia”.
Por último, los jefes de Estado que suscribieron la carta afirmaron a la comunidad internacional que están en un contexto en que pueden hacer historia.
La historia reivindicará a quienes dieron un paso al frente y apoyaron a toda la humanidad en esta grave coyuntura”.