• La incidencia de intentos de suicidio entre personas de 15 y 19 años aumentó de 60,9 por cada 100.000 habitantes en el 2014, a 111,1 en el 2018.
  • A inicios del 2019 solo se había ejecutado un 27,97% del Plan de Acción de la Política Nacional de Salud Mental 2012- 2021 (PA-PNSM).
  • Asociaciones como Mar y Cielo ofrecen un lugar seguro para personas que han sido afectadas por este tema, pero no cubren una necesidad nacional.

Desde el 2003, el suicidio fue declarado como un problema de salud pública por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según datos de esta entidad, a nivel mundial, el suicidio es la segunda causa de muerte de personas entre los 15 y 29 años. Esta cifra es superada únicamente por los accidentes de tránsito.

La realidad costarricense no está exenta de la afectación por este tema. En el país, la población más afectada por esta situación son las personas de edades entre 15 y 19 años. En su mayoría, hablamos de jóvenes que se encuentran cursando el colegio o la universidad.

Según datos de la Dirección Vigilancia de la Salud del Ministerio de Salud, la incidencia de intentos de suicidio entre la población recién mencionada ha incrementado de manera significativa en los últimos 4 años. Específicamente, pasó de 60,9 por cada 100.000 habitantes en el 2014 a 111,1 en el 2018.

Por ello es tan importante la labor como la que realizan organizaciones como Mar y Cielo, de la que les hablaremos en esta nota.

Medidas tomadas en Costa Rica

En Costa Rica se decidió tomar cartas en el asunto hasta el 2012, cuando se puso en marcha el Plan de Acción de la Política Nacional de Salud Mental 2012- 2021 (PA-PNSM) en un intento por atacar las causas y reducir este problema. Sin embargo, a inicios del 2019 solo había avanzado un 27,97% de la ejecución del plan. 

De los 42 aspectos evaluados por el ente contralor, el 4,44% se encuentran implementados, el 53,33% está en ejecución y el 42,22% están solamente escritos en un papel. Cabe destacar que a este proyecto se le asignaron 433 millones de colones para ejecutar políticas en pro de la salud mental en el país. 

En el 2013, según el Ministerio de Salud, a partir del Decreto 37306-S, Costa Rica vigila desde este año los intentos de suicido, utilizando la estrategia de notificación obligatoria de los servicios de salud públicos y privados. Más recientemente, en el 2018, en el Ministerio de Educación se implementó un protocolo de atención a la población estudiantil.

Este protocolo de atención brinda información conceptual sobre la temática y las acciones puntuales para la actuación de los centros educativos al identificar población en riesgo.

Un año después nos encontramos con la colocación de mallas de acero galvanizado de casi 3 metros de altura en el Puente del Virilla, cerca del Estadio Ricardo Saprissa en Tibás, para evitar que más personas sigan acabando con su vida en este lugar.

Además, el MEP capacitó a aproximadamente 1700 orientadores sobre el abordaje y prevención del suicidio en centros educativos. La capacitación abordó temas como la detección de señales de alerta, análisis de mitos y prejuicios, identificación de factores de riesgo y protectores y el protocolo de atención dictado por el MEP el año anterior.

También se incorporaron los temas de salud mental tanto en el currículum educativo del MEP como en las diferentes instituciones públicas, con el fin apoyar y contener a las personas que atraviesen un proceso de este tipo. 

Pero también llegó el COVID

Ahora tomemos en cuenta las siguientes cifras. Según el Área de Estadística en Salud de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), en el 2017 los hospitales públicos de nuestro país atendieron un total de 16.383 consultas por servicios de psiquiatría. Además, datos del 2019 de esta misma institución revelaron que 3 de cada 10 costarricenses consume algún tipo de antidepresivo. En otras palabras: 1 millón 400 mil personas, lo que aproximadamente compone el 28% de la población nacional.

Ahora, estos datos fueron recolectados previo al inicio de la pandemia por COVID-19, por lo que es importante recordar lo que señaló a este medio el jefe de Urgencias y Admisión del Hospital Nacional Psiquiátrico, Luis López Mora:

A raíz de la COVID-19 hemos visto personas que se han visto afectadas por las condiciones propias que se han ido generando con la enfermedad y son gente que va a necesitar contención emocional y apoyo terapéutico. Antes las personas tenían procesos de educación o tenían sus grupos sociales que los mantenían con un grado de estabilidad emocional, ya no tienen esos espacios pues se han ido cerrando y ahora las personas se quedan en hacinamiento en la casa, sintiendo que sus proyectos de vida se van posponiendo y eso los hace ir hacia crisis momentáneas donde se ponen más ansiosos o más tristes.”

Desde nuestra trinchera

Al final del día, mucha de la responsabilidad para atender este tema recae en las medidas que tomemos en los distintos espacios en los que nos desenvolvemos, desde la intimidad del hogar hasta lugares más sociales como el trabajo y la escuela. 

Según material informativo publicado el año pasado por la OMS y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en ocasión del Día Mundial de la Prevención del Suicidio, algunos factores de riesgo son las barreras para acceder a la atención médica, medios inapropiados que informan sobre suicidio y el estigma asociado con el comportamiento de búsqueda de ayuda.

De la mano con esto, desde la organización de la Fundación Mar y Cielo,  la subdirectora Sofía Aragón Mata destacó que:

Hay demasiada desinformación sobre qué significa que una persona se quiera suicidar. Una persona que se quiere suicidar la gente lo que piensa es que es una persona que se quiere morir y no. La realidad es que una persona que tiene pensamientos suicidas lo que quieres es dejar de vivir como está viviendo, dejar de vivir con el dolor que tiene en este momento.”

Por eso uno de los pasos más difíciles pero más importantes es acudir a ayuda profesional, en caso de que se cuenten con las posibilidades económicas para optar por esta opción: 

El tema de atención a salud mental se sigue tomando en cuenta como algo que es que cuando estoy en crisis lo busco, versus algo en lo que activamente estemos tratando de encontrar cómo puedo estar más saludable a nivel mental, de diferentes maneras de la vida”, explicó Aragón.

Iniciativa Mar y Cielo

La Asociación Mar y Cielo fue fundada por María Fernanda Carvajal Arce, su directora, en el 2018 como un grupo de Facebook en el que se empezó ofreciendo la formación de grupos de apoyo.

Inicialmente fue dirigido a personas que estaban en duelo por un suicidio, llamados supervivientes. Más adelante se creó otro grupo para sobrevivientes, es decir personas con ideaciones suicidas o que se autolesionan y que en este espacio encuentran un mecanismo para salir de esa situación.

La dinámica de estos grupos consiste en conversar sobre el tema y generar una relación de ayuda entre los y las mismas participantes. No obstante, no se involucra algún tipo de intervención psicológica, ni se pretende sustituirla.

María Fernanda describe estos grupos como: un espacio demasiado seguro de hablar un tema que es muy difícil de hablar aún con gente que nos quiere mucho.”

En los grupos participan personas desde los 18 hasta los 35 años. Sin embargo, la Asociación especificó un dato no desconocido pero sí alarmante:

La gente que está buscando ayuda y la gente que está buscando estos espacios para sanar y para estar mejor usualmente son mujeres y sin embargo en los grupos de duelo lo que estamos usualmente atendiendo son familias que perdieron un hombre”.

Actualmente hay alrededor de 34 personas activas en el grupo de sobrevivientes y 20 personas en el de supervivientes.

Las sesiones de cada grupo son bimensuales y tienen una duración de 2 horas. Además, y a raíz de la pandemia, el proceso se ha virtualizado, lo cual ha ampliado la posibilidad de que más personas asistan independientemente de su ubicación geográfica.

En esta línea es necesario señalar que el año pasado la Asociación ganó el premio “Aportes al Mejoramiento de la Calidad de Vida”. Este reconocimiento es otorgado por la Defensoría de los Habitantes, las Universidades Públicas y el Consejo Nacional de Rectores.

Este año, el equipo de trabajo ha aumentado con la integración de profesionales en las áreas de psicología y trabajo social, con lo que esperan ampliar la cobertura de las necesidades de las personas participantes.

Finalmente, y como recomendación para quienes son cercanos a alguna persona con ideaciones suicidas o que se autolesione, tanto la directora como la subdirectora de Mar y Cielo concordaron en 3 acciones claves:

  1. Preguntar: No caer en suposiciones y preguntar directamente a la persona si se siente bien, si todo está en orden o si ha pensado en terminar con su vida.
  2. Escuchar: Muchas veces, estas personas no buscan un consejo o un sermón, solamente empatía y el entendimiento de sus emociones.
  3. Sugerir la búsqueda de ayuda profesional: Tomar en cuenta que no todas las terapias le sirven de igual forma a todas las personas. A veces se requiere pasar por una serie de profesionales antes de encontrar con quién uno se siente verdaderamente cómodo.

Más recursos

Otras instituciones, organizaciones y servicios accesibles para las personas que requieren información y apoyo en salud mental, aquí se las enumeramos: