Abril 2021 representa el comienzo del segundo trimestre de la campaña global de vacunación contra el COVID-19. En este contexto, América Latina forma un “micromundo” de la realidad presente a escala planetaria, donde el proceso de vacunación, en su acceso y en su desarrollo, se encuentra transversalizado por desigualdades entre países. La pandemia y su proceso de vacunación se despliegan en una de las regiones más desiguales del mundo, y suma un factor más que obstaculiza un bienestar social y produce injusticias sociales.

La distribución de vacunas está sujeta a las dinámicas de mercado de oferta y demanda, pero, también, se ven influenciadas por el peso geopolítico que cada país tiene en el tablero mundial. En su conjunto, esto permite la producción de desigualdades espaciales que son reflejo de un desarrollo desigual que marca la globalización, donde en este tema, como en otros, las fronteras de la circulación son poco porosas.

A continuación, se van a presentar datos concretos registrados entre el 10 y el 17 de abril del 2021 y sintetizados en el sitio Our World in Data, desarrollado por la Universidad de Oxford.

Chile y Uruguay: los rangos altos

Chile es el país de América Latina que destaca por haber administrado más dosis de la vacuna por cada 100 habitantes, específicamente 67,66 dosis. Este dato se asemeja a la realidad de países como Reino Unido (62,03), Bután (62,01) o Estados Unidos (61,56 dosis). A pesar de ello, la situación de Chile es inferior si se consideran otros países donde este dato es mayor, por ejemplo, en Israel (119,15 dosis) o Emiratos Árabes Unidos (97,08 dosis).

La segunda posición, en cuanto a una mayor cantidad de dosis administradas por cada 100 habitantes, es Uruguay con 38,72 dosis. Este dato es mayor a lo registrado en países como Canadá (25,9 dosis), España (26,37 dosis), Alemania (25,46 dosis) o Francia (24,55 dosis); y es similar al valor medio registrado en América del Norte (39,40 dosis). Asimismo, estos datos reflejan que es en el Cono Sur, donde se localizan los dos países que presentan mejores estadísticas en este tema en América Latina.

Los rangos medios y su contraste inferior

En un rango que va entre 10 a 16 dosis administradas por cada 100 habitantes, se encuentran los siguientes países: Brasil (15,44 dosis), Argentina (13,78 dosis), República Dominicana (13,92 dosis), Panamá (12,92 dosis), Costa Rica (11,52 dosis) y México (10,84 dosis). La mitad de estos países se localizan en Mesoamérica. Asimismo, su situación es similar a lo registrado en países como Croacia (15,04 dosis), Kuwait (14,16 dosis), Hong Kong (14,10 dosis) o China (13,07 dosis). A su vez, dichos registros están cercanos a la media mundial (11,42 dosis).

Por otra parte, los datos más bajos registrados en América Latina, se ubican en países como Nicaragua (0,93 dosis), Venezuela y Guatemala (cada uno con 0,88 dosis), Trinidad y Tobago (0,84 dosis) y Honduras (0,58 dosis). Tres de estos cinco países se localizan en Centroamérica, y, a la vez, todos los países citados forman parte del Gran Caribe. Dichos datos se asemejan al promedio de dosis administradas por cada 100 habitantes en África (1,11 dosis).

Disponibilidad futura de vacunas y variación de precios

A esta realidad se suma el hecho de que Chile tiene acuerdos con fabricantes de vacunas para aplicar a un 219% de su población total, Perú para un 183%, Brasil para un 141% o México para 129%. Por otro lado, países como Guatemala tiene acuerdos para vacunar a un 45%, El Salvador para un 31%, Venezuela para un 18% u Honduras para un 7% de su población total. Esto muestra una clara distribución desigual de la vacunación que está dependiendo de variables económicas de cada país (disponibilidad de recursos para la compra) y de sus relaciones internacionales. A raíz de esto, miramos la construcción de un tablero geopolítico, donde se mira la influencia rusa, china o de occidente, en la distribución de vacunas.

Por otra parte, los precios de las vacunas están lejos de ser homogéneos en las distintas regiones del planeta, incorporándose una variable más que dificulta el acceso a las mismas. En este contexto, cada país realiza acuerdos con las empresas farmacéuticas donde se firman cláusulas de confidencialidad sobre los precios específicos acordados. A pesar de ello, a modo de ejemplo, UNICEF ha proyectado que el precio por unidad de vacuna en América Latina se encuentra entre los 2,7 y 44 dólares por dosis.

Asimismo, cabe anotar que, en las cláusulas firmadas por cada país con estas empresas, se puede estar eximiendo de responsabilidad a las farmacéuticas ante la aparición de efectos secundarios. Lo anterior lleva a posicionar que, serán los países y sus sistemas de salud, en muchos casos deficientes y poco universales, los que deberán asumir estos problemas, lo cual puede debilitar aún más estos sistemas y vulnerabilizar más a cierta población.

La iniciativa COVAX, por su parte, tiene como objetivo lograr un acceso más equitativo a las vacunas en el mundo, y proyecta que, para finales del año 2021, se van a vacunar unos 100 millones de personas. Este dato representa alrededor de un 16% de la población total de la región, un esfuerzo que se queda corto, y reafirma la supremacía del mercado en este proceso.

Futuros turbios

América Latina se caracteriza por contrastes basados en desigualdades que marcan inequidades espaciales que puede delinear salidas distintas a la crisis. Por ejemplo, Chile, México o Brasil tienen potencial para poder vacunar a más de una vez a su población, mientras que países como Guatemala, El Salvador y Honduras, en estos momentos, proyectan a tener potencial de vacunación de menos del 50% de su población.

Bajo este contexto, se enmarcan muchas interrogantes que dibujan futuros turbios para la región, por ejemplo ¿Qué consecuencias va a tener este proceso de vacunación en la crisis sanitaria y en la mutación del virus? ¿Qué diferencias en vacunación se van a marcar a lo interno de cada país? ¿Qué va a suceder con toda aquella población que no tiene acceso a los sistemas de salud? ¿Cuáles personas se van a constituir en sujetos prescindibles para este sistema? ¿Qué consecuencias va a desencadenar a escala global-regional las negociaciones y la geopolítica de las vacunas?

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