Natalie Sánchez Ulate es una de las científicas costarricenses que está dejando el nombre de nuestro país en alto en todo el globo.

Esta bióloga costarricense, nacida en San José, ha dedicado su vida a estudiar y conservar las aves desde que encontró su amor por la naturaleza al ser una niña.

Hoy, en medio del trabajo de su tesis de doctorado en Canadá, Sánchez se encuentra trabajando con la ONG Guanacaste Dry Forest Conservation Fund y con Costa Rica Birds Observatorie, con el fin de detallar la ruta que toman las aves migrantes que viajan de nuestro país a los Estados Unidos cada año.

Este proyecto fue documentado por National Geographic en el documental Feathers in Flight: The Bird Genoscape Project publicado por la revista científica estadounidense la semana anterior y por ello, y para profundizar también sobre su carrera profesional y sobre su amor por la naturaleza, es que la bióloga conversó con Delfino.cr esta semana.

"Coleccionar pajarillos"

Siempre me gustó la naturaleza, a pesar de vivir en la ciudad. Siempre me gustaron las florcitas y los bichitos. Tengo un tío que es biólogo, entonces llevaba muchos bichos a la casa y ese recuerdo siempre me quedo ahí, ver un montón de frasquitos con etiquetas y me llamaba mucho la atención”. 

Ese fue el impulso inicial que llevó a Sánchez eventualmente a optar por estudiar la carrera de biología en la Universidad de Costa Rica (UCR) y posteriormente, a cursar su maestría en Conservación y Manejo de Vida Silvestre en la Universidad Nacional (UNA).

Sánchez recuerda esos años y señala que:

Cursando biología, empecé a estudiar el canto de aves en un proyecto en el que estudiamos el canto del yigüirro. Ahí, con un profesor y otro colega, en ese momento compañero, nos interesamos en ver si los yigüirros cambian el canto a través de los años, y sí lo cambian, entonces, eso salió publicado en una revista que se llama Congnition y fue buenísimo porque apenas estábamos empezando”.

Empecé a estudiar aves porque creo que me gustaba muchísimo ver los cantos, es que uno los escucha, pero también al verlos en la computadora uno hace más asociaciones, ve que ese canta diferente, hace otra cosita que tal vez uno en el oído no lo detecta”, agregó.

Este es el camino profesional que llevó a esta bióloga a trabajar su tesis de doctorado en la Universidad de Alberta, en Canadá, desde donde desarrolla el proyecto que trabaja actualmente.

Andar en diferentes lugares viendo a ver qué se ve, cuáles faltan, sí, como coleccionando pajarillos”. 

Fuente: Wildlife Ecology North of the 49th Parallel

Conservando a las aves

En el 2014, y tras trabajar en Monteverde dando clases a estudiantes estadounidenses de Biología, Sánchez empezó a trabajar en su primer proyecto de conservación de aves migratorias (es decir, las aves que se reproducen en América del Norte y migran hacia Latinoamérica desde agosto a mayo).

Este fue el primer trabajo que la especialista desarrolló en conjunto con la organización Guanacaste Dry Forest Fund.

Natalie nos comentó que este proyecto nace con el objetivo de entender por qué el número de aves que están cruzando anualmente este camino, se ha visto reducido tan drásticamente como ha sucedido en los últimos años (un tema que también se trata a profundidad en el documental de Nat Geo).

En este proyecto de aves migratorias lo que hacemos es una contribución para entender en cuáles sitios en Costa Rica están llegando las especies que tienen decline de más de un 50% de la población, las cuales ya están identificadas en Estados Unidos y Canadá. Entonces, con estas especies estamos viendo dónde están, qué hacen y qué comen, porque no se entiende bien por qué están declinando así tan drásticamente.”

El proyecto consiste en la recolección de heces de los animales para obtener los datos necesarios que requiere la investigación.

Así, y en 2016, gracias al primer proyecto realizado con la organización no gubernamental en Costa Rica, Natalie y su equipo fueron invitados a un evento de una organización llamada Partners in Flight, en México que tenía como objetivo unir a todas las organizaciones que estaban trabajando con aves migratorias y crear un trabajo conjunto entre todas.

Fue ahí donde se gestó su conexión con el programa de monitoreo de aves en sobrevivencia invernal (es decir, el proceso que se da cuando las aves migratorias están pasando el invierno del norte en Centroamérica) y que dieron paso al trabajo actual de la bióloga.

Proyecto Paisaje Genómico de Aves

Ahora, junto con Guanacaste Dry Forest Conservation Fund y también con Costa Rica Birds Observatories, el proyecto colecta plumas de aves migratorias que tengan un 50% o más de declive en su población, con el objetivo de crear una base de datos y trazar el recorrido migratorio de cada especie.

Según Sánchez, el propósito del proyecto es conocer a dónde están yendo las aves para poder crear planes de conservación que ayuden a protegerlas.

Reinita de alas doradas, una de las especies prioritarias del estudio.

Según explica Sánchez Ulate:

Estamos colectando las plumas con un protocolo. Se recolecta una plumita de la cola nada más, por eso no se daña al ave. El ave puede seguir volando, ya que las aves reemplazan esas plumas, así que no es un problema".

En total y hasta el momento, en el Proyecto Paisaje Genómico de Aves tienen datos suficientes de 20 especies de aves migratorias cuya población está en declive.

La meta es llegar a 100 especies y posteriormente exportarlas para realizar sus análisis respectivos, un proceso que sigue en trámite de obtención de permisos.

Además, el proyecto no se queda únicamente aquí. Aunado a lo anterior se desarrollan algunas de las iniciativas paralelas para la conservación de las aves que se manejan en el proyecto.

Estas son por ejemplo, el pago por servicios ambientales donde se realizan convenios con finqueros o productores de café para que tengan más variedad de árboles en sus terrenos y a cambio, ellos reciben un reconocimiento financiero; y el proyecto Torres Motus que desarrolla torres para el registro del paso de aves migratorias cerca de ellas. Esto contribuye para saber dónde y cuándo están pasando las aves. 

Según Sánchez, quien es una de las representantes del Proyecto en Costa Rica, iniciativas de este tipo son de vital importancias pues:

Si no se hace algo ya es muy peligroso porque son especies que se pensaban que eran comunes. Ni siquiera son las especies que se pensaban que eran muy específicas de ciertos sitios o como que solo les gusta cierto tipo de lugar. Son las que la gente veía en todos lados y que de repente ya no están. Es una alarma de que algo estamos haciendo mal”.

Averiguar qué es lo que se está haciendo mal es el objetivo de este proyecto, que ustedes pueden conocer con más detalle en este documental de National Geographic: