El “Armagedón de las Abejas” o “masacres de abejas o apicidios” así definió la situación el presidente de la Cámara Nacional de Fomento de la Apicultura, Juan Bautista Alvarado. Tanto esa organización como expertos del Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas (IRET) de la Universidad Nacional señalan la responsabilidad del alto uso de plaguicidas en el modelo de producción agropecuario.

El comunicado detalla que la cantidad de muertes de abejas diarias equivalen a:

  • 92 millones de abejas menos por año.
  • Unas 50 toneladas de miel menos.
  • Unos 450 millones de colones menos cada año.
  • Un promedio de 1750 millones de flores menos polinizadas.

Lo que las abejas de nuestro país están pasando es una verdadera catástrofe cuyas consecuencias sí que son predecibles: pérdida de biodiversidad, diminución en la producción de alimentos, hambre y finalmente muerte” aseguró Bautista Alvarado.

Como ejemplo reciente, el presidente de la Cámara narró que hace una década La zona de Los Santos albergaba el 8% de las abejas Apis de Costa Rica. Contaban con aproximadamente 3.000 colmenas, hoy sólo les quedan unas 800.

Explica que la disminución representa un 73 % y equivale a la pérdida de aproximadamente 220 millones de abejas. Durante el mismo periodo, Los Santos, pasó de producir 90 toneladas de miel por año, a solo 20.

Tanto Bautista como el agrónomo del IRET, Fernando Ramírez Muñoz, apuntan al uso del Fipronil. El presidente de la cámara de apicultores aseguró que en todos los casos de envenenamiento masivo, cuyas muestras de abejas han sido analizadas por el SENASA, se ha encontrado un ingrediente activo de Fipronil.

Al fipronil ya deberíamos declararlo el terror de las abejas costarricenses. Además del terrorífico Fipronil, tenemos un grupo de plaguicidas altamente tóxicos para las abejas, y son los llamados neonicotinoides”, criticó Bautista. 

Sobre los productos neonicotinoides, Ramírez Muñoz del IRET, asegura que son insecticidas más usados en el mundo, un tercio de la venta y la principal problemática es que “son sistémicos y con alta persistencia dentro de la planta (hojas, semillas, frutos, polen, etc)”.

Para el agrónomo es “imprescindible restringir aquellas sustancias que dañen las abejas y empezar por los Plaguicidas Altamente Peligrosos (PAPs) y buscar alternativas de políticas agroecológicas ante la amenaza de los insecticidas neonicotinoides”.

Cabe recordar que el pasado mes de mayo el Servicio de Salud Animal (SENASA) realizó las pruebas de laboratorio como parte de la investigación por la muerte masiva de abejas detectada en un Apiario ubicado en Esparza de Puntarenas. Los resultados arrojaron que, las más de dos millones de abejas, murieron por intoxicación con el plaguicida FIPRONIL.

En ese momento, tras la consulta de Delfino.cr al Servicio Fitosanitario del Estado (SFE), - institución encargada de velar por la exportación, el registro, control y regulación de sustancias químicas y biológicas de uso agrícola (plaguicidas, fertilizantes, sustancias biológicas y otros productos afines), su control de calidad, entre otras - sobre el pedido de los apicultores la respuesta fue la siguiente:

Se está realizando un análisis interinstitucional para evaluar la posibilidad de que exista un verdadero impacto de los agroquímicos de la familia de neonicotinoides sobre las poblaciones de abejas en el caso específico de Costa Rica y sus condiciones agroclimáticas. Con respecto al problema que se generó con el uso de fipronil en el caso de muerte de abejas lo está investigando SENASA, serán ellos quienes determinen lo sucedido".

En diciembre del 2019 la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (conocida popularmente como la Sala IV) ordenó al Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) realizar un estudio científico sobre los efectos en la salud, el ambiente y las abejas productoras de miel que tiene el uso de agroquímicos que contengan el insecticida neonicotinoides.

El 3 de diciembre de 2020 se conmemoró el Día Mundial del No Uso de Plaguicidas. Se trata de un día el que se le llama la atención a la población mundial sobre la grave consecuencias socio ambientales originadas por el uso de los agroquímicos para los ecosistemas y el ser humano.

La fecha se estableció en 1984 en memoria de más de 500.000 personas intoxicadas y más de 16.000 personas fallecidas esa noche en Bophal, India, debido al escape de 27 toneladas del gas tóxico, utilizado por una transnacional agroquímica para fabricar plaguicidas.

En el país, el pasado mes de noviembre se aprobó en la Asamblea Legislativa un proyecto de ley bajo el expediente N.º 21982, donde se declara a las abejas de “interés público” y se decreta un día en su honor.

En un comunicado, varios ecologistas indicaron que

Este es un paso en la dirección correcta. Sin embargo, para consolidar una verdadera protección a las abejas hay que prohibir los agroquímicos que las asesinan".