Leí el artículo que usted, señor presidente, escribió para el diario La Nación y que lo tituló “El instrumento y la toalla”. Me voy a referir a este artículo, porque me parece, que desde mi punto de vista es necesario hacerle ver lo que omite decirnos.

Creencias Religiosas

Me parece que ha hecho usted una manifestación que permite visibilizar su orientación religiosa, que lo ha llevado a apoyarse en oraciones que le soporten su diario vivir como ciudadano y presidente de Costa Rica. Es lo que interpreto. Lo respeto, me parece bien, pero no veo necesidad de que nos lo haga saber para querer hacerse ver como instrumento de paz, perdón, esperanza, amor. Es una máxima de cualquier ser humano actuar en esa dirección no importa cuál sea la orientación religiosa que se profese, incluso sino se profesa ninguna.

Llamado a Gobernar

Efectivamente usted fue llamado a gobernar, fue el elegido por una mayoría que le dio ese mandato y debe de actuar conforme. Es el presidente de todas y todos los costarricenses.

El utilizar lo que otros no han hecho o han dejado de hacer en el pasado evidencia que usted y su gobierno conocen las acciones que hay que tomar y que aún no se deciden a tomar. Aprovechar la pandemia para decirnos que con ella la crisis que vivimos nadie o ningún gobierno anterior experimentó ó descalificar a tecnócratas y especialistas que no necesariamente critican si no por el contrario han ofrecido soluciones a la crisis que estamos enfrentando, pero en la cual ya veníamos navegando, es solamente un acto de justificación para hacernos ver que no la ha tenido fácil. Estas posiciones dividen, separan, polarizan y para eso usted no fue llamado.

Esto sólo riñe con el acto de gobernar y que consiste en educar, liderar, animar, dejar los viejos esquemas que nos estancan, innovar, hacernos ver el camino para llegar a convertirnos en un país desarrollado, moderno, dinámico, solidario, con mayor equidad, y al que todos con seguridad aspiramos. Es un deber de quienes nos gobiernan tomar las acciones que se requieren para enderezar el timón con fuerza, determinación, visión y valentía cuando se requiere, y es precisamente eso lo que requerimos. No hoy, lo requeríamos desde el primer momento en que asumió el poder.

Volver la vista atrás para dejarnos saber que otros no han hecho el trabajo o criticar a quienes proponen soluciones, nos desnuda a un gobernante con visión limitada y de estadista muy poco.

No debe olvidar que ha pasado el tiempo, mucho tiempo, y que las muestras que usted y su gobierno han dado para rectificar han sido insuficientes. No basta con la aprobación e implementación de la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, que de paso resultó ser una ley que la mayoría de las fracciones que componen la Asamblea Legislativa apoyó porque este congreso ha sido consciente de la necesidad de generar legislación para mejorar la gobernanza del país. No basta con un tímido recorte al presupuesto nacional de 2021 como lo hacer ver en su artículo. No basta con el cierre del Banco de Crédito, de Fonabe, con la reestructuración de Japdeva (pero a la mitad), con el ingreso a la OCDE o la reactivación de obra pública. Esas acciones no son suficientes, y me parece que no lo ha entendido o si lo ha entendido no desea actuar. Si fuera esto último estaría actuando sin sentido de urgencia y entrando en ese terreno populista al cual usted no desea pertenecer.

Un buen gobernante no menciona lo que ha hecho, porque los ciudadanos se darán cuenta del desempeño que ha tenido a través de las acciones que se transforman en obras y que serán visibles para la mayoría. No se queja de lo que otros no han hecho. Un buen gobernante nos deja ver con objetivos concretos qué requerimos o qué acciones tomar para ser un país más competitivo, donde se pueda emprender sin mayores trabas burocráticas, menos costos de producción, un estado ofreciendo los servicios que le corresponde con calidad y prontitud, un estado que se renueve conforme a la nueva dinámica mundial.

Manifiesta que muchos desconfían. Y no se equivoca con esta afirmación. Desconfiamos porque muchas y con frecuencia han sido las acciones erráticas que su gobierno ha generado, un día sí y otro también. Descoordinación y falta de articulación en su gobierno ha sido una muestra más para provocar esa desconfianza, pero sobre todo generar pérdida de credibilidad.

Don Carlos, usted es nuestro presidente, le restan 17 meses en el poder, tiene la oportunidad de cambiar el rumbo que llevamos. Como le manifesté, para eso fue elegido. Y sobre todo si a usted no le importa el costo político personal o la vanidad, que incluso no es la primera vez que lo manifiesta. De lo contrario pasará a la historia como un instrumento más que formará parte de aquellos a los que usted se refiere, como los que estuvieron o asumieron cargos de poder y no hicieron la tarea.

Pero entiendo que mis apreciaciones y que representan a un ciudadano más, a la larga no importan en este momento como usted mismo lo manifiesta en un par de ocasiones al escribir su nota y cuando se refiere a algunos asuntos específicos.

La toalla le servirá para cuando entregue el poder al próximo gobernante, se tome unas vacaciones merecidas y pueda decirse a sí mismo que cumplió con el mandato que se le asignó.

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