Los ataques documentados contra las personas defensoras de la tierra y el medio ambiente continúan en aumento. Una vez más, nos vemos obligadas a reportar que este es el año con más asesinatos registrados. 212 personas perdieron la vida en 2019 mientras protegían sus hogares, bosques y ríos, de industrias dañinas para el medio ambiente. En promedio, cuatro defensores han sido asesinados semanalmente desde diciembre de 2015, el mes en que se firmó el acuerdo climático de París, en medio de esperanzas por una nueva era de progreso climático. Muchos más son silenciados con ataques violentos, arrestos, amenazas de muerte, violencia sexual o demandas judiciales".

Con esas palabras Global Witness sentencia lo que el 2019 significó para la lucha climática del globo, según su informe Defendiendo el mañana: La crisis climática y amenazas contra defensores de la tierra y el medio ambiente, presentado este miércoles 29 de julio.

El documento de esta ONG reveló que en el 2019, el mundo registró el mayor número de personas defensoras de la tierra y el medioambiente asesinadas en un solo año. En total, la organización documentó 212 homicidios. Además, el informe reveló que un incontable número de personas defensoras son silenciadas mediante ataques violentos, arrestos, amenazas de muerte o demandas judiciales.

Global Witness agregó que más de la mitad de todos los asesinatos reportados el año pasado ocurrieron solo en dos países: Colombia (con el mayor número registrado: 64 asesinatos en un año) y Filipinas (que aumentó de 30 asesinatos en 2018, a 43 en 2019). Sin embargo, es probable que, a nivel mundial, el número real de homicidios haya sido mucho mayor, ya que normalmente los casos no son documentados.

Estos asesinatos incluyen a Liviu Popun guardaparques rumano que trabajaba protegiendo uno de los bosques primarios climáticos más grandes de Europa (Liviu fue asesinado a tiros por proteger árboles en un país donde el crimen organizado está diezmando estos bosques); y a Datu Kaylo Bontolan, asesinado en Filipinas por oponerse a la minería ilegal en la zona.

De hecho, la minería fue el sector más letal a nivel mundial, con 50 personas defensoras asesinadas en 2019, mientras que la agroindustria sigue siendo una amenaza, particularmente en Asia, donde el 80% de los ataques producidos estuvieron relacionados con este sector.

Entre las y los activistas que aún sostienen su lucha y están bajo amenaza se encuentra Angélica Ortiz defensora Wayuu de La Guajira, quien durante años se ha opuesto a la mina de carbón más grande de América Latina, como parte de los esfuerzos para proteger el derecho al agua de las comunidades que viven en una de las regiones más pobres de Colombia. A lo largo de esta labor, ha sido amenazada y hostigada.

La encargada de campañas de Global Witness, Rachel Cox, señaló que:

La agroindustria y el petróleo, el gas y la minería aparecen como los principales detonantes de los ataques contra personas defensoras de la tierra y el medio ambiente. Al mismo tiempo, son las industrias que propician el cambio climático a través de la deforestación y el aumento de las emisiones de carbono. Muchos de los peores abusos contra el medio ambiente y los derechos humanos en el mundo son consecuencia de la explotación de los recursos naturales y la corrupción en el sistema político y económico mundial. Las personas defensoras de la tierra y el medio ambiente son quienes se oponen a esto. Si realmente queremos hacer planes para una recuperación ecológica que posicione la seguridad, la salud y el bienestar de las personas en el centro, debemos abordar las causas fundamentales de los ataques contra las personas defensoras y seguir su ejemplo para proteger el medio ambiente y detener el cambio climático".

Personas indígenas: el sector más afectado

En su informe, la organización también destacó la tendencia desproporcionada de comunidades indígenas atacadas por defender sus derechos y territorios, a pesar de que las investigaciones también demostraron el impacto positivo de estas en la protección del medio ambiente.

Junto a la afectación de pueblos y comunidades indígenas por el colapso climático, las cifras de 2019 exponen que más de una de cada 10 personas defensoras asesinadas en 2019 eran mujeres. Las defensoras enfrentan amenazas específicas, incluidas campañas de desprestigio centradas a menudo en su vida privada, con contenido sexista o sexual explícito. La violencia sexual también se usa como una táctica para silenciar a las defensoras, y normalmente no se denuncia.

A pesar de enfrentar estas violentas amenazas y la criminalización de sus actos, las personas defensoras de todo el mundo obtuvieron varios logros en 2019. En Ecuador, la tribu indígena Waorani ganó un fallo histórico evitando que el gobierno subaste su territorio para la exploración de petróleo y gas. En Indonesia, la comunidad indígena Dayak Iban del centro de Borneo, aseguró la propiedad legal de 10.000 hectáreas de tierra, luego de una lucha que se extendió por décadas.

En un caso presentado ante el Tribunal Supremo del Reino Unido por parte de las comunidades afectadas por una mina de cobre a gran escala en Zambia, un juez dictaminó significativamente que la demanda puede ser escuchada en los tribunales ingleses, lo que podría tener implicaciones más amplias para las empresas que no cumplan sus compromisos públicos con las comunidades y el medio ambiente.

El informe de Global Witness concluye señalando que, bajo una mayor vigilancia durante el confinamiento por la pandemia de la COVID-19, "la protección de las y los activistas resulta aún más crítica para la reconstrucción de un planeta más seguro y más verde".

Datos clave del informe:

  • En América Latina más de la mitad de los asesinatos están relacionados con comunidades afectadas por la minería. Sin embargo, Filipinas es el país donde existe un vínculo más estrecho entre los homicidios y la minería, con un total de 16 personas asesinadas.
  • La explotación forestal fue el sector con el mayor aumento de asesinatos a nivel mundial desde 2018, registrando un aumento del 85% de ataques contra personas defensoras que se oponen a esta industria.
  • Más de dos tercios de los asesinatos sucedieron en América Latina, que ha sido clasificado constantemente como el continente más afectado desde que Global Witness comenzó a publicar datos en 2012. De los 33 asesinatos en la región amazónica, casi el 90% ocurrió en Brasil.
  • Asia se mantiene como una de las regiones más vulnerables respecto a ataques relacionados con la agroindustria, siendo uno de los principales focos de ataques contra las y los defensores desde hace mucho tiempo. En 2019, más del 85% de los ataques registrados relacionados con la agroindustria se produjeron en Asia. El 90% de estos fueron documentados en Filipinas.