Costa Rica es un país reconocido internacionalmente por su compromiso con los derechos humanos, la democracia, la institucionalidad y las personas. Hoy por hoy Costa Rica enfrenta uno de los mayores desafíos de su historia: enfrentar los impactos del COVID-19 y tomar las medidas necesarias para que esos logros históricos, esa sólida institucionalidad y todas sus poblaciones puedan salir adelante y superar la pandemia.
Desde Naciones Unidas hemos identificado al menos 6 retos que consideramos fundamentales para la acción del país en época de pandemia.
Reconocemos el liderazgo que las autoridades estatales de Costa Rica han asumido para atender la pandemia y desde Naciones Unidas ofrecemos todo nuestro apoyo al país para enfrentar estos desafíos:
La salud es primero
El mundo ya superó los 2.5 millones de infecciones por COVID-19 y nos acercamos a las 180 mil muertes. En Costa Rica tenemos cerca de 670 personas infectadas y 6 personas fallecidas.
Es fundamental seguir con las recomendaciones de las autoridades sanitarias de Costa Rica al pie de la letra. Distanciamiento físico, lavado constante y adecuado de manos, seguir el protocolo del estornudo y la tos, evitar la concentración de personas y mantener la distancia de al menos dos metros. También debemos mantener el teletrabajo y respetar la restricción vehicular sanitaria.
Asegurar la salud de las personas es fundamental para poder llevar a cabo todas las acciones urgentes para atender la pandemia.
No podemos flexibilizar medidas si no hemos logrado la contención de los contagios. Este será un proceso gradual que las autoridades de salud irán definiendo gradualmente. Escuchémosles con atención y hagamos caso.
Decisiones basadas en la ciencia, la evidencia y los hechos verificables
Como bien lo ha dicho el Director de la Organización Mundial de la Salud: epidemiólogos, científicos, autoridades sanitarias son quienes deben dictar las medidas para superar la pandemia. Luego entonces, los Poderes del Estado, grupos políticos y de seguridad, medios de comunicación, sector privado, sociedad civil, cooperación internacional y las poblaciones debemos asumir nuestras responsabilidades y actuar basados en tales guías.
Dejemos que la gente que tiene el conocimiento y la experiencia nos indiquen las medidas de acción y todos los demás desde nuestros espacios apoyaremos y vigilaremos su avance y el cumplimiento.
No es tampoco momento de aprovechar estas pandemias para hacer política con fines electorales. La salud de las personas debe ser en todo momento nuestra prioridad.
En esta área es clave además rechazar y detener la circulación de noticias falsas que pueden inducir a las personas a errores y a no tomar las medidas adecuadas. Debemos hacer caso solamente de las fuentes oficiales y verificables como el Ministerio de Salud y la Organización Mundial de la Salud.
Promover la igualdad de género, la eliminación de violencia y la discriminación
En ningún país del mundo se ha alcanzado la igualdad de género y Costa Rica no ha sido la excepción. En temas de acceso al trabajo y a salarios equitativos, las mujeres siempre hemos estado atrás. Justo antes que iniciara la afectación por COVID-19, en el país el trabajo informal, el desempleo, el subempleo y los menores salarios ya golpeaban a las mujeres y ahora con el impacto del COVID-19 las consecuencias pueden empeorar la situación.
También las mujeres antes de empezar la pandemia dedicaban tres veces más tiempo que los hombres a realizar tareas en el hogar y han sido siempre a quienes les ha tocado el trabajo de cuido de niñas, niños y personas adultas mayores.
Por otra parte, el distanciamiento y confinamiento en el hogar, pueden provocar que se incremente la violencia doméstica, donde son las mujeres y niñas en su gran mayoría las más afectadas.
Sobre este tema tenemos que enfocar dos cosas:
En el abordaje inmediato, debemos asegurar que las mujeres están protegidas y seguras y que viven una vida libre de violencia. Es fundamental que hagamos el llamado para denunciar la violencia de género y que erradiquemos el machismo de los patrones educativos en hogares y centros educativos. También requerimos que hombres asuman su responsabilidad compartida en las tareas domésticas y el cuido. Este es un muy buen momento para hacerlo.
Para el proceso de recuperación socioeconómica, debemos asegurar que las mujeres serán enfocadas como una prioridad, de tal manera que aprovechemos este contexto para tomar acción hacia la igualdad económica de las mujeres, asegurando el acceso a trabajos dignos y con salarios justos.
Iniciar el proceso de recuperación socioeconómica desde ya mismo
El Banco Mundial proyecta que América Latina tendrá un decrecimiento económico del 4,6% en 2020. La economía de Costa Rica caerá también en un 3,3%. La ONU prevé también que resultado de la pandemia este año la región llegará a 220 millones de personas pobres.
La OIT informó que se podrían perder cerca de 25 millones de empleos en todo el mundo. En Costa Rica el gobierno indica que hay cerca de medio millón de solicitudes del subsidio PROTEGER, lo que evidencia el fuerte impacto en las familias del país.
Para evitar mayores perjuicios, el proceso de recuperación socioeconómica del Costa Rica debe empezar ya mismo. Hay acciones muy claras que desde ya podemos empezar a realizar.
Requerimos hacer un inventario de las capacidades, conocimientos y recursos públicos, pero también los posibles aportes privados, de la cooperación, de gremios y sociedad civil. Esta compilación debe alimentar un gran diálogo multisectorial, en el que todos los grupos y sectores de la sociedad deben tener participación.
De estos diálogos deben salir acuerdos muy claros que consideren: la priorización de los sectores y poblaciones más afectadas, la salud de las finanzas públicas y la generación de trabajo digno para las personas más excluidas.
NO DEJAR A NADIE ATRÁS: protección a personas y grupos excluidos
Ligado al punto anterior, el país debe seguir incluyendo en su respuesta a las personas que más lo requieren: quienes perdieron su empleo, mujeres, niñas, niños, población indígena, migrantes, personas refugiadas, solicitantes de refugio, comunidades que dependían exclusivamente del turismo, por ejemplo.
Las medidas sanitarias también afectan las expresiones y prácticas culturales de las comunidades, desde las más cotidianas hasta las ceremoniales. Esto afecta no solo la economía, sino también la cohesión social. Es importante encontrar nuevas maneras de expresarnos, protegiendo la diversidad cultural, rechazando la xenofobia y promoviendo la solidaridad con los grupos más vulnerables de la sociedad, como las personas indígenas, migrantes y refugiadas.
Algunos de los sectores productivos más afectados son los que se encontraban en mayor situación de vulnerabilidad aún antes de la pandemia. Por ejemplo, el sector de la cultura es altamente informal y está compuesto por 32,479 personas se identificaron como trabajadoras creativas, artísticas y de entretenimiento. Del total de estas personas, 1.310 están en extrema pobreza y 2.718 son pobres. 58% de los trabajadores que están en ocupaciones básicas en este sector sobreviven con un salario promedio cercano al mínimo.
Vemos como un avance importante la iniciativa PROTEGER y el reciente anuncio de las autoridades del IMAS para atender población en vulnerabilidad. Tal y como está sucediendo, el Estado debe seguir buscando y tomando las medidas para evitar que la pobreza extrema se dispare.
Es fundamental también cerrar la brecha entre la educación pública y privada, de tal manera que aseguremos que todas nuestras niñas, niños y adolescentes continúan con su proceso educativo adaptado a las condiciones actuales, tal y como el Ministerio de Educación Pública lo está haciendo.
Desarrollo Sostenible en hogares y comunidades en tiempos de COVID-19
En este momento las autoridades están muy ocupadas atendiendo de lleno el impacto de la pandemia de COVID-19. Es fundamental entonces que desde las casas, comunidades, grupos organizados a nivel local tomemos el liderazgo y la responsabilidad de impulsar todas las acciones posibles para promover y cumplir con el Desarrollo Sostenible.
Desde hacer ejercicio físico y alimentarse sanamente para mantener la buena salud, hasta ser solidarios con quienes no tienen alimento, promover el consumo en empresas y comercios de la localidad, aprovechar los contenidos que los gremios culturales ponen a disposición a través de internet u otros medios, prevenir el desperdicio de agua y electricidad, asumir la responsabilidad compartida del trabajo doméstico y el cuido, denunciar la violencia doméstica, son algunas de las cosas que debemos hacer.
Desde ONU hemos elaborado una serie de recomendaciones para cada uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (en cuatro infográficos), que dan guías muy concretas para que todas y todos apliquemos en casa y comunidad.
Las Naciones Unidas están comprometidas con Costa Rica y todas sus poblaciones para apoyar las acciones y respuesta de país al COVID-19. Trabajamos junto a ustedes para superar estos tiempos difíciles y NO DEJAR A NADIE ATRÁS.
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