Pese a que la humanidad vive una emergencia sanitaria sin precedentes por la COVID-19 e intrínsecamente una crisis socioeconómica, la misma pandemia, por las medidas que restringen la circulación y obligan al aislamiento social,  está dando efectos positivos en el aire del mundo entero. Se habían conocido casos como los de China, Italia, Corea del Sur y Nueva York, pero ahora, gracias a un estudio de la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA), se evidencia un impacto en la calidad del aire de la Gran Área Metropolitana (GAM) del país.

El estudio del Laboratorio de Análisis Ambiental de la Escuela de Ciencias Ambientales de la UNA comparó los datos de partículas sólidas en el ambiente y Dióxido de Nitrógeno (NO2) de marzo-abril del 2019, con las registradas este año en el mismo periodo. En el estudio participaron un grupo de investigadores del laboratorio antes mencionado, conformado por José Félix Rojas, Víctor Hugo Beita, Tomás Soto, Minor Vargas, Julio Murillo, y Jorge Herrera.

Los sitios de donde se tomaron fueron dos puntos en Heredia y siete en San José: Parque Los Arcos, Iglesia Asunción de Belén, Iglesia de Santa Ana, Consejo Nacional de Rectores, Ministerio de Salud, Municipalidad de Escazú, Nunciatura Apostólica, Parque Francia y el centro de acopio de Hatillo 2.

"Para este análisis se seleccionaron tanto sitios de muestreo que tienen un alto tránsito vehicular, así como otros donde no es tan marcado, esto con el fin de estudiar la variación en la concentración de NO2 producto de las medidas de restricción vehicular implementadas hasta fecha", señala la investigación.

Del estudio se desprenden algunas conclusiones de las que destacamos:

  • La evidencia muestra que, en general, las restricciones parciales impuestas por el Gobierno han reducido los niveles de contaminación del aire en varios sitios de la GAM.

    Comparación de la concentración de dióxido de nitrógeno para la campaña de marzo-abril por año. Fuente: UNA

  • Las medidas más restrictivas tomadas durante Semana Santa muestran una mayor disminución en las concentraciones de dióxido de nitrógeno y partículas tipo PM10, lo que se traduce en una mejora temporal de la calidad del aire.
  • Es claro que la respuesta de la población ante estas medidas puede generar reacciones adveras que disparan los niveles de estos contaminantes en momentos determinados.

    Promedios diarios de la concentración de dióxido de nitrógeno. Fuente: UNA

  • En cierta medida la cuarentena y sus restricciones mejoran la calidad del aire lo que a su vez disminuyen distintas afectaciones a la salud que podrían aumentar el riesgo de mortalidad ante una infección con COVID19.

La relación entre el COVID-19 y la calidad del aire podría tener un trasfondo aún más complejo que se está empezando a estudiar.

Recientemente la Escuela de Salud Pública de la Universidad Harvard, Estados Unidos, publicó una investigación sobre cómo la mayoría de las enfermedades preexistentes que aumentan el riesgo de muerte por COVID-19, son también ocasionadas por la exposición crónica a una mala calidad del aire, lo que sugiere un aumento en la vulnerabilidad de las personas frente a la nueva enfermedad.