Las Naciones Unidas han pedido un paquete de $2.5 billones ($2.500.000.000.000) para ayudar a los países en desarrollo a hacer frente al impacto devastador de la pandemia por COVID-19, según publicó The Guardian el día de hoy.  Las Naciones Unidas instaron a los países desarrollados miembros a proporcionar asistencia económica al mismo tiempo que hacen frente a su propia crisis.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Mercado y Desarrollo de la ONU (Unctad), con sede en Ginebra, solicitó asistencia por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI), el alivio de la deuda y un nuevo plan Marshall para fortalecer los sistemas de salud.

El costo de $2.5 billones del paquete sería un equivalente a que los países desarrollados cumplan con el objetivo de gastar un 0.7% de su ingreso nacional en ayuda, monto que solo Gran Bretaña y algunas otras pocas naciones han logrado.

Unctad comunicó que la velocidad con la que la pandemia había afectado a las economías en desarrollo es aún más dramática que la crisis financiera del 2008. Tanto el FMI como el Banco Mundial han expresado su preocupación por la posibilidad de una nueva crisis de deuda entre los países en desarrollo, en momentos en que el FMI ha sido inundado con solicitudes de ayuda de mas de 80 países desde el inicio del impacto del COVID-19.

En su reporte Unctad señala que en los dos meses desde el comienzo de la infección por coronavirus más allá de China, los países en desarrollo recibieron un enorme golpe.

“Las consecuencias económicas de la crisis son continuas y cada vez más difíciles de predecir, pero hay indicios claros de que las cosas empeorarán mucho más para las economías en desarrollo antes de que mejoren”, dijo el secretario general de Unctad, Mukhisa Kituyi.

El reporte también señala una brecha de $2-$3 billones para llenar en los países en desarrollo debido al panorama global, las restricciones presupuestarias y cambiarias esperadas para el transcurso del año. La ONU señaló que la falta de recursos y capacidad para enfrentar las consecuencias de una pandemia de salud combinada con una recesión global sería catastrófica para muchos países en desarrollo y detendría el progreso de los objetivos hacia los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), objetivos planteados contra la pobreza y hacia el desarrollo responsable, adoptados por la comunidad internacional para el año 2030.

En las últimas semanas, los miembros del grupo G20 han anunciado paquetes de estímulo individuales por un total de $5 billones y se comprometieron a apoyar a las naciones más pobres. Unctad dijo que las expresiones de solidaridad internacional debían convertirse en acciones concretas con un plan de cuatro puntos que incluiría : inyección de $1 billón provista por el FMI,  con la capacidad de aumentar las reservas de los países miembros con derechos de giro para ayudar a los países que quedan atrás, la suspensión de los pagos de la deuda para economías en dificultades, un plan Marshall para la recuperación de la salud, servicios de salud, y programas de asistencia social; y controles de capital para reducir el aumento  en salidas de capital, reducir la falta de liquidez, y detener las caídas de los precios de las monedas y activos.

Richard Kozul-Wright, director de globalización y desarrollo de Unctad dijo: “Las economías avanzadas, han prometido hacer “lo que sea necesario” para detener que sus empresas y hogares sufran una gran perdida de ingresos. Pero si los líderes del G20 deben cumplir con su compromiso de “una respuesta global en el espíritu de solidaridad”, debe haber una acción proporcional para los 6 billones de personas que viven afuera del G20”.