El pasado mes de febrero, el Gobierno de la República anunció con bombos y platillos el Plan Nacional de Descarbonización 2018 - 2050 (PND), propuesta realizada con el objetivo principal de convertir a Costa Rica en un país sin emisiones de carbono. El PND, se encuentra dividido en ochos ejes de acción, cada uno con planteamientos y objetivos altamente ambiciosos.
Analizando de manera detallada cada eje, es evidente que muchos planteamientos se han realizado de manera esporádica como, por ejemplo, tener plena claridad que en treinta años existirá una cultura ciudadana que instará por la separación de residuos, sin embargo, este planteamiento resulta preocupante que se plasme con tal certeza, ya que generar cualquier cambio social siempre implica un proceso gradual y principalmente si se refiere a la cultura de las personas.
Un ámbito determinante del PND que debería dar una respuesta y solución concreta hacia una problemática ambiental agravante que sufre Costa Rica hoy día, es el crecimiento abusivo de monocultivos de la industria agroalimentaria, ya que según datos del INEC, en la zona norte del país principalmente, la producción de naranja y piña, ha presenciado un crecimiento de un 1500% en los últimos 15 años, lo cual se traduce en hectáreas de bosque primario y secundario que han sido eliminadas, poniendo en contradicción el discurso ambientalista y proteccionista costarricense ante el mundo, además dejando a este ámbito del PND en jaque. Pese a lo mencionado anteriormente, la propuesta de descarbonización, únicamente menciona en su eje ocho, que se aplicarán métodos y tecnologías más avanzadas para tener una agricultura más sostenible, sin embargo, únicamente menciona que esto será aplicado pero, carece del alguna especificación de cuáles serán y cómo el Estado puede impulsar a los agricultores para que esta sea de su acceso, tampoco existe una alternativa clara de cómo harán para sustituir de manera gradual este modelo de agricultura que ha generado un alto impacto en los ecosistemas, ya que no se puede eliminar de manera inmediata ni se pueden tomar medidas que afecten económicamente a los comerciantes debido a que en la actualidad significa la principal fuente de empleo para miles de trabajadores en la región.
Consecuente al aspecto anterior, es determinante tener plena claridad a la hora de poner en ejecución el PND, principalmente para el sector industrial costarricense (ya sea de capital nacional o extranjero) ya que la propuesta de una economía libre de carbono debe ser llamativa para quienes deseen establecer sus compañías y negocios en suelo nacional y que estas iniciativas le permitan a los comerciantes obtener beneficios y ganancias por realizar una producción verde que permita darle un valor agregado al producto final, por ende, es obligación del gobierno central, como ejecutor del PND, crear incentivos para que las empresas lleguen, se instauren en suelo nacional y además obtengan la sostenibilidad económica necesaria, sin embargo la propuesta oficial, no es ampliamente explícita sobre cómo se abordará esta situación.
Así también, un pilar determinante para la puesta en práctica de una estrategia que desee eliminar el carbono de la economía, debe contemplar de manera detallada y específica los costos que este significarán para el Estado, tomando en cuenta la actual situación fiscal y la falta de fluidez, ya que para el mejoramiento de las tecnologías libres de carbono, se deben realizar altas inversiones económicas y debería existir una estrategia detallada donde se incluyan detalladamente el origen de los recursos necesarios, situación la cual no se presenta con completa claridad en el PND.
Soñar con un país libre de carbono en el siglo XXI, significa una propuesta muy ambiciosa y relativamente factible para un país como Costa Rica, el cual ha tenido una imagen en el ámbito internacional como líder en temas ambientales, tanto así a ser el primer país en ser catalogado como “Campeón de la Tierra”, dándole la responsabilidad a las autoridades, de alcanzar las metas propuestas para una descarbonización de la economía, por lo cual estas deben tener plena claridad de cómo se logrará obtener los resultados en los periodos planeados, ya que el país, posee el compromiso global de mantener este liderazgo medioambiental, para mantener y elevar una imagen de un Estado pequeño pero visionario que posee la capacidad de romper paradigmas con paso firme.
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