Al jugar un partido decisivo se activa el famoso “a darlo todo”. El país se une con la euforia de los goles ticos. También se une al perder. Pero siempre se renueva la esperanza de ganar el próximo partido. El #VamosTicos captura la esencia de ese espíritu triunfador. “Sí se puede” se oye mucho en las graderías. Es una actitud vital ante la vida y mucho ganaremos si la aplicamos también al reto del cambio climático.

El futbol no solo genera pasión sino escrutinio: ¿Qué salió bien en Qatar? ¿Qué habrá que mejorar? ¿Quiénes son los mejores? En clima no hay preguntas. Y es irónico porque sí nos compete preguntarnos ¿Tenemos buena estrategia? ¿Cómo va el partido? Si el país viaja a Egipto a las negociaciones del clima ¿metimos goles o salimos goleados?

Meter goles climáticos

El Plan de Descarbonización y el Plan de Adaptación marcan un norte. El plan tuvo buena calificación internacional (la mayoría de los países quedan mal calificados). Además, el Banco Interamericano de Desarrollo mostró que cumplir con dicho plan tendrá beneficios netos para Costa Rica.

Ahora toca sacar músculo y jugar el partido con mentalidad ganadora. No hay más camino que dejar de pensar —como muchos aún lo hacen— que estos planes climáticos son opcionales. No. Hay que cumplir estos planes independientemente de quien esté en Zapote. Lo que cada gobierno sí puede definir es cómo lo cumplirá en los 4 años.

¿Cómo financiar un plan de inversión verde y quién invertirá? Esa es la pregunta clave. Se necesita un plan maestro que use todos los mecanismos y fuentes posibles y que apalanque fondos públicos y privados, internacionales, regionales y nacionales. El país deberá buscar préstamos amigables con el clima, proyectos de cooperación, así como “bonos verdes” - un tipo de deuda que emiten las organizaciones, públicas y privadas, para financiar proyectos con beneficios ambientales.

El BID, la Agencia Francesa para el Desarrollo y el Gobierno de Corea del Sur ya apoyan al país con 400 millones para ejecutar el cumplimiento del Plan de Descarbonización. Esto es un gol a favor de Costa Rica asumiendo que efectivamente se usarán para fines climáticos.

Y hay más goles que meter. Somos el primer país miembro del Fondo Monetario Internacional en recibir financiamiento bajo el recién creado Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad. La solicitud por 725 millones de dólares fue aprobada este año. Permitirá evaluar riesgos climáticos, descarbonizar la economía, fortalecer la resiliencia de la infraestructura y enverdecer las reservas del Banco Central de Costa Rica y el sector financiero.  Suena prometedor ¿lo haremos?

El Global Environmental Facility puso a disposición 400 millones de dólares para movilidad eléctrica. ¿Sabían que Costa Rica fue seleccionado en 2019 para usar esos fondos? Es vital entender en qué se están utilizando.

Y vienen nuevas oportunidades. Hace pocos días el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCEI) anunció que hay en la mesa 600 millones de dólares en bonos verdes para promover la movilidad eléctrica en la región.

Hay crecientes oportunidades de financiamiento verde. Pero no será suficiente que entren fondos al país, deberá haber claridad de cómo serán invertidos y por ello un interlocutor del gobierno en materia de inversiones climáticas.

Poner la bola en la cancha de Hacienda

Si la tarea es meter goles, la jugada realista es que el Ministerio de Hacienda sea uno de los grandes delanteros. Es vital conocer el nivel de inversión climática que necesita Costa Rica para cumplir cada meta por sector. Hacienda es el punto de enlance con la banca internacional de desarrollo y el FMI respecto a dichos créditos climáticos. Ahora se necesita que él (o alguien del ministerio) sea un punto de enlace en finanzas climáticas con el país – no solo a lo externo.

Ya el FMI, el Banco Central Europeo, y la Organización Mundial del Comercio argumenta que lo climático sí se relaciona con la economía, finanzas y comercio. Si lo hacen las grandes organizaciones económicas, es más factible que lo haga el Ministerio de Hacienda también.

Al ministro de Hacienda le tocará hablar de lo climático en lenguaje económico y fiscal. La Unión Europea tiene su “Green Deal” y Estados Unidos su ley climática - Inflation Reduction Act. Ambos bloques buscan catalizar tecnologías verdes. Se aborda como un tema de inversión no como un tema ambiental.

La brecha está en no tener una lista de prioridades para cumplir con los objetivos de los fondos climáticos que entran al país. El Ministerio de Hacienda tendrá que crear un equipo a cargo de las finanzas climáticas para definir los instrumentos financieros que son necesario para cumplir metas de descarbonización y adaptación.  Hay mecanismos para apoyar a los países a abordar estas tareas, como la Plataforma 2050, que podrían ayudar si el Ministerio de Hacienda les solicita apoyo técnico.

En el partido climático es hora de meter goles. Las metas climáticas ya existen, los fondos están entrando y deben catalizar inversiones. Claro que hay dificultades y adversarios pero ahora más que nunca, tal y como se oye en el estadio, ¡sí se puede!

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