El Gobierno de Costa Rica no reconocerá a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela a partir del 10 de enero, cuando iniciará un nuevo mandato del sucesor de Hugo Chavez, luego de las cuestionadas elecciones del 20 de mayo de 2018.

El país suscribió la declaración del Grupo de Lima en la que se califica de "régimen" la administración de Maduro y reitera que su elección carece de legitimidad por no haber contado con la participación de todos los actores políticos venezolanos, ni con la presencia de observadores internacionales independientes, ni con las garantías y estándares internacionales necesarios para un proceso libre, justo y transparente.

La medida fue adoptada luego de una reunión de cancilleres celebrada en Perú y contó con el apoyo adicional de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Guatemala, Guyana, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía. México se negó a firmar.

La manifestación suscrita por Costa Rica también reitera que la Asamblea Nacional de Venezuela ---electa el 6 de diciembre de 2015 y de mayoría opositora-- tiene su pleno respaldo y reconocimiento, además que insta a Nicolás Maduro a no asumir la presidencia y transferir el poder de forma provisional a ese órgano constitucional, hasta que se realicen nuevas elecciones presidenciales y democráticas.

Asimismo, el país condenó la ruptura del orden constitucional y del Estado de Derecho en Venezuela, reiterando que solo por medio del restablecimiento de la democracia y el respeto de los derechos humanos, se podrá atender las causas de la crisis que vive ese país.

Costa Rica propuso, por otro lado, suspender la cooperación militar con Venezuela, incluida la transferencia de armas y seguir adelante con la aplicación de la Carta Democrática Interamericana.

La Cancillería costarricense informó que dada la situación en la nación sudamericana, mantendrá su representación diplomática en ese país con un "encargado de negocios interino" y dijo que no asistirá a la toma de posesión de Maduro.