Casi nadie. Me temo que el 90% o 95% de la gente que ha salido a las redes sociales o a la calle atacando las Guías de Educación Sexual del MEP ni siquiera las ha leído. Se ha dejado llevar por una propaganda falsa.
Yo sí hice la tarea la tarde de ayer. Mandé a conseguir las Guías impresas, las originales del MEP, íntegras, y las leí cuidadosamente de cabo a rabo, de arriba abajo. Las leí con objetividad. Y me encontré con lo siguiente: en ningún lado las guías proponen Sodoma y Gomorra, como he leído por allí, ni el sexo libre o el desenfreno desbocado. Tampoco promueven dudas sobre identidad de género, transexualismo, u otro tipos de ismos, como he leído en otros alegatos. No tienen tendencias conductuales... (Hasta me parecieron parcas y redactadas en forma neutra) Después de leerlas, llegué a la conclusión de que casi todo lo que se ha dicho es falso.
Búsquenlas y léanlas.
Las Guías se refieren a cinco cosas básicas: a) Educan a los adolescentes sobre la parte biológica del sexo y los peligros de las enfermedades de transmisión sexual. b) Educan sobre los peligros de los embarazos de adolescentes; c) Educan sobre las formas de protección física; d) Buscan que los adolescentes no discrimen a las personas que tienen diferentes formas de vida o puntos de vista, lo cual promueve la tolerancia y evita estereotipos, y eso es proteger derechos humanos ; d) Y, finalmente, educan sobre un tema que me parece especialmente inteligente y pertinente: buscan comunicar que el sexo y el amor son cosas distintas (lo cual se sabe desde el inicio de la Humanidad...) pero que es mejor cuando van juntos.
Este último punto (la relación entre sexo y amor) es casi el mismo argumento que las abuelas y los padres del tiempo de antes le decían a uno en la adolescencia. ¿Puede haber algo más sensato?
Y, además, son totalmente opcionales. Los padres de familia que no quieran que sus hijos las lean ni lleven los cursos de educación sexual, pues simplemente reportan que no. ¡Y punto! Es decir hay absoluta tolerancia: los que quieran llevar los cursos, pues que los lleven. Y las familias que no lo deseen, pues cancelado! No están obligados. Tolerancia significa que nadie obligue a nadie, y que todos respeten el punto de vista del otro. El principio de Voltaire y de Benito Juárez. Así funciona una democracia. Que unos respeten a otros, sin importar quién es mayoría o minoría.
Ahora bien, ¿tiene sentido educar sobre lo anterior? ¡Desde luego! En las últimas décadas casi un 20% de las mujeres embarazadas en Costa Rica han sido adolescentes, a veces niñas de 10, 11 o 12 años. Y el SIDA y las enfermedades de transmisión sexual van en aumento. Más bien las guías del MEP lograron bajar el embarazo adolescente en el último lustro.
¿El hogar es el mejor lugar para educar sobre sexo? Tengo mis sinceras dudas. Varias estadísticas dicen lo contrario. Me encuentro con un dato escandaloso y alarmante: del 45% al 50% de las embarazadas menores fueron preñadas dentro o en las inmediaciones del propio núcleo familiar. O un padrastro, o un tío, o un familiar cercano, un amigo de la familia, o en ocasiones hasta el padre o un hermano. El otro día salió una noticia ominosa en la prensa de Costa Rica: "Abuelo deja preñada a nieta de 12 años". A la prueba me remito.
¡A mis hijos los educo yo! ¿Es lo que argumentan por allí? El mito de que el hogar es el mejor lugar para educar sobre sexo parece ser eso, sólo un mito. En la Costa Rica real, a veces es el lugar donde más se agrede a los jóvenes.
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