El Tribunal Supremo de Elecciones ha convocado oficialmente a los comicios nacionales del 2026; una nueva oportunidad para que la ciudadanía costarricense ejerza su derecho y su deber: elegir al próximo Poder Ejecutivo y renovar la Asamblea Legislativa. Cada voto cuenta, cada decisión pesa. La democracia se fortalece cuando participamos con conciencia, sin miedo y con esperanza.

¿Para qué votamos? Para seguir construyendo un país libre, plural y justo, mantener nuestro legado histórico y construir un futuro de prosperidad para nuestra niñez. La elección no es un trámite, es un acto de soberanía, un momento en que la ciudadanía se pronuncia y define el rumbo nacional. Renovar los liderazgos significa también renovar la confianza en las instituciones, en la convivencia y en la posibilidad de un futuro común.

¿Cómo hacer la diferencia en estas elecciones?

  1. Informarse. Votar sin conocer es ceder el poder a otros. Investigar quiénes son las personas candidatas, conocer sus trayectorias y sus equipos nos permite decidir con criterio; una ciudadanía informada es el mejor antídoto contra la manipulación.
  2. Leer y comparar propuestas. No todas las promesas son viables; cada propuesta debe leerse con realismo y en contexto nacional. Leer los programas y contrastarlos con la realidad nacional nos permite distinguir entre la demagogia y las soluciones serias.
  3. No reproducir mensajes de odio. Las campañas se ganan con ideas, no con insultos, amenazas, noticias falsas o campañas de odio. Cada mensaje compartido puede construir confianza o sembrar división. La democracia se oxigena con respeto, no con fanatismo.
  4. Escuchar antes de descalificar. La pluralidad es la esencia de la vida democrática. Escuchar a las demás personas, no debilita nuestras convicciones: las enriquece. Costa Rica necesita diálogo abierto.
  5. Participar con civismo. Votar, dialogar y debatir con alegría son gestos de madurez democrática. Que las aulas, los auditorios, los salones comunales, los parques y los medios sean espacios de encuentro, de conversación y no de confrontación.
  6. Defender la verdad. Las noticias falsas son veneno para la democracia. Antes de compartir, confirmemos. La verdad no tiene dueño, pero sí guardianes: los ciudadanos conscientes, las personas que evitan reproducir noticias falsas por no compartir una ideología política.
  7. Respetar el resultado. La grandeza democrática no está solo en votar, sino en aceptar la voluntad de las mayorías y el resguardo que hacen nuestras instituciones. En una democracia nadie gana ni pierde; el resultado de una elección nos beneficia o perjudica a todas las personas habitantes. Después de una elección, debemos convivir bajo los mismos ideales de la Patria, sentirnos respetados e incluidos, nunca amenazados ni segregados por nuestras ideas.

Hacer la diferencia es retomar la altura cívica que ha distinguido a Costa Rica por más de siete décadas: el respeto al adversario, la confianza en las instituciones y el amor por la Patria. Que esta campaña no sea una contienda de agravios, sino una oportunidad para reconciliarnos, compartir una visión de país y recuperar el orgullo de participar.

Veinte partidos, veinte visiones, una sola nación. Hagamos que esta elección sea recordada como el momento en que Costa Rica reafirmó su fe en la democracia, en el respeto y en el poder del diálogo. ¡Hagamos la diferencia! ¡Hagamos que cuente!

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