El poder corrompe, pero el poder absoluto corrompe absolutamente”. — Lord Acton.

Esta semana, nos llega la noticia de que, con 57 votos (de 60) el Congreso de El Salvador aprobó la reelección presidencial indefinida, aumenta el periodo de gobierno a 6 años y elimina la segunda vuelta. Fue irregularmente reelecto en 2024 y todo apunta a que irá por su tercer mandato continuo en 2029.

El autoritarismo se campea a sus anchas en Centroamérica, Daniel Ortega va por su quinto gobierno (4 de forma consecutiva 2007-2027), y lejos de parecer una excepción, cada vez más, parece la norma.

Rodrigo Chaves, Oscar Arias y el caso de Costa Rica

En Costa Rica, la Asamblea Constituyente permitió la reelección alterna, así fue como Figueres Ferrer se reeligió, en dos periodos constitucionales no consecutivos (53-58 y 70-74). En 1969, el congreso reformó el artículo 132 de la Constitución Política, prohibiendo la reelección presidencial en cualquiera de sus formas.

Así se mantuvo, hasta que, en 1999, (todavía con el esplendor del Nobel de la Paz), don Oscar Arias comunica su intención de volver a la presidencia. La única vía legal que tenía era promover una reforma constitucional, pero al no contar con apoyo, presentó una acción de inconstitucionalidad, con el fin de volver a la reelección alterna. En el 2000 la Sala en Resolución N° 7818 la rechazó con una votación de 4-3.

En el año 2003 volvió a presentar la misma acción de inconstitucionalidad, aprovechándose de un cambio de magistraturas (salieron Rodolfo Pizza por fallecimiento y Eduardo Sancho por jubilación y entraron Ernesto Jinesta y Gilbert Armijo). En esta ocasión, la votación se invirtió, solo dos magistraturas rechazaron la acción, el resto votó a favor de acoger la acción de inconstitucionalidad. Ese voto del 2003, violentó al menos dos artículos de la Ley de Jurisdicción Constitucional (arts. 73 y 76).

Ya conocemos el final, todos esos movimientos (más políticos que legales), llevaron a Oscar, por segunda vez, a la presidencia, de una manera irregular y cuestionable, pero además abrió la posibilidad de la reelección presidencial alterna.

Hoy, Rodrigo Chaves, en un momento de alta popularidad, (al igual que Arias o Bukele), nos hace vivir un déjà vu. 

El autoritarismo y la ambición por el poder, no pasan de moda. Cisneros, exige 40diputados (38 son suficientes) para tomar el poder de manera absoluta. Sabemos que su intención es terminar de desmantelar el Estado Social y de Derecho (desinversión social, clientelismo, conflicto de intereses y nombramientos a dedo en el Poder Judicial). Se ha creado el caldo de cultivo perfecto para el autoritarismo; los discursos violentos, la demagogia y la mentira como discurso, son, las nuevas formas del fascismo. Décadas de abandono y corrupción nos han traído a las puertas del averno con este gobierno; sin duda alguna por aquí, no es.

Manuel Mora, uno de los grandes fundadores del Estado Social en Costa Rica y quien, en una alta demostración de madurez y espíritu democrático, dialogó y llegó a acuerdos con sus más grandes opositores político ideológicos, hablaba de las formas a la tica, de nuestra tradición demócrata y del orden constitucional. Hoy, más que nunca, estas formas, tampoco pueden pasar de moda, el dialogo democrático es la mejor vacuna contra el fascismo y es nuestra única vía.

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