Después de un día largo de trabajo, luego de una semana difícil, una ruptura, un descalabro financiero, la partida de seres queridos… nada nos devuelve a la luz de la vida como las mascotas y su apoyo emocional. Pero no solo las mascotas cumplen ese papel, a veces puede ser un amigo, una charla inesperada, una planta en la maceta, hasta una bola de vóley en una isla desierta (le sirvió a Tom Hanks)… o, en el caso específico de nuestro tema, un pequeño y adorable chef verde, que habla con voz suave.

Para quienes no se han topado con el Tiny Chef, Cheffy, para sus amigos (The Tiny Chef Show), él es una especie de criatura regordeta y musgosa, con forma indefinida entre una papa y una pelusa, que canta mientras cocina de las formas más disparatadas posibles (sí, la dicción no es el fuerte de Cheffy). Usa cáscaras de nuez como cacerolas, botones viejos como platos, y utensilios hechos con ramitas y ganchos. Su cocina es un mundo en miniatura y su lenguaje —una mezcla de murmullos, balbuceos y algunas cuantas palabras entendibles— logra, sin embargo, decir mucho más que muchos discursos de autoayuda.

The Tiny Chef Show fue un programa de Nickelodeon que vio la luz en dos temporadas, aunque su presencia en redes sociales, particularmente en Instagram y TikTok, sigue más viva que nunca. La suerte —o el marketing— quiso que se catalogara como un programa infantil. Nada más errado. Es un espacio de consuelo emocional, de contención suave y sin complejos, que funciona especialmente para adultos. Porque, seamos honestos, somos los adultos quienes arrastramos las semanas pesadas, las noticias inquietantes, las pérdidas pequeñas y grandes.

Sin embargo, este año, la producción del programa trató a Cheffy como si fuera una simple marioneta y canceló su programa. Le dijeron el clásico: “you're fired” (léase con voz de presidente estadounidense color naranja). Posiblemente porque los ejecutivos del canal lo asimilaron solamente como contenido para niños e ignoran su potencia emocional, su simbolismo para muchos adultos que ven en él un bálsamo frente al mundo. Y al cancelarlo, algo se rompió. Literal y simbólicamente, porque una empresa comercial redujo a rating y merchandising lo que para muchos era un pequeño lugar seguro.

La escena no se queda solamente en la anécdota. Es una metáfora de los tiempos actuales: ver cómo un sistema frío e inhumano rompe los sueños de un ser diminuto y desprotegido es tan actual como inevitable. Todos hemos estado ahí: pequeños, desplazados, desbordados. Todos hemos hecho igual que Cheffy: contener una lágrima, arremangarse y tratar de levantar los pedazos rotos de nosotros mismos.

 

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Y fue ahí donde apareció Florence Pugh.

Conocida por su papel en Midsommar, celebrada en Little Women, reconocida por los fans de Marvel como parte de los Avengers y admirada por los más exquisitos desde El Rey Lear (con Anthony Hopkins y Emma Thompson, allá en el lejano 2018), Florence ha sabido combinar intensidad dramática con un carisma cálido y desarmante. Una faceta menos conocida es su amor por la cocina, que comparte en su programa Cooking with Flo, donde prepara recetas mientras conversa, bromea, canta y, sobre todo, se muestra humana (pues muy parecido a Cheffy, excepto que él no es humano).

Florence es una de las personas más influyentes del mundo audiovisual que colaboró con Tiny Chef para salvar su programa, como ella, cientos de fans han sumado su apoyo, pero el resultado ha sido agridulce. Nickelodeon aún no se anima a apostar por otra temporada de Cheffy.

El mundo corre como una locomotora sin freno, y los Tiny Chefs de nuestras vidas —los pequeños aliados emocionales, los espacios seguros, las miradas de ternura y juego, los abrazos del pasado, los días de campo al sol de verano— son más necesarios que nunca. Y cuando alguien como Florence intenta salvarlos, aunque falle, al menos nos recuerda que vale la pena intentarlo. ¡Eres grande, Florence!

Si bien todos estamos constituidos a base de “polvo estelar”, algunos seres son, claramente de luz; dan tranquilidad, apaciguan al corazón y reconfortan. Uno de ellos es el Tiny Chef. Él ganó un Emmy y verlo llorar porque cancelaron su programa desgarra hasta un corazón de piedra.

¡Eres grande, Cheffy!

Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio.