El nuevo número de Tiempo de Paz reúne a especialistas internacionales que analizan la amenaza nuclear, sus costos humanos y ambientales, y las vías para su abolición.

Este 6 de agosto se cumplieron ocho décadas del bombardeo atómico sobre Hiroshima, un hecho que inauguró la era nuclear y que, junto con Nagasaki, marcó para siempre la historia contemporánea. Coincidiendo con la efeméride, la revista Tiempo de Paz publicó su número 156, monográfico titulado Hacia un mundo libre de armas nucleares, coordinado por el médico costarricense Carlos Umaña, Premio Nobel de la Paz 2017, que reúne aportes de especialistas sobre los riesgos, el marco jurídico, el gasto militar y las acciones de la sociedad civil frente a la amenaza atómica.

Un riesgo sin precedentes

La publicación advierte que, tras la invasión rusa a Ucrania y el deterioro de tratados clave, el riesgo de una guerra nuclear es el más alto desde 1945. Autores como Aurora Bilbao (IPPNW) recuerdan que existen más de 9.600 ovijas nucleares desplegadas en el mundo y que el Reloj del Juicio Final del Bulletin of Atomic Scientists marca hoy apenas 89 segundos para la medianoche, símbolo del colapso global.

Dato D+: El Reloj del Juicio Final es una metáfora creada en 1947 por el Bulletin of Atomic Scientists para ilustrar lo cerca que está la humanidad de una catástrofe global. La medianoche representa el fin de la civilización, y la distancia en minutos o segundos indica el nivel percibido de amenaza. El ajuste se realiza anualmente con base en riesgos como armas nucleares, crisis climática, pandemias o desinformación. En enero de 2025, el reloj se situó a 89 segundos de la medianoche, su punto más cercano desde que se creó.

Debido a su fecha de cierre editorial (mayo 2025) la revista centra su diagnóstico en el aumento del riesgo nuclear tras la invasión rusa a Ucrania y el debilitamiento de tratados de control y no aborda de forma específica la tensión creciente en Medio Oriente. En los últimos meses, el deterioro de las relaciones entre Israel e Irán, sumado a incidentes militares directos y amenazas explícitas, ha elevado significativamente la preocupación internacional por un posible choque que involucre capacidades nucleares, añadiendo una dimensión adicional al panorama de riesgo global.

Dato D+: El número total de armas nucleares existentes ronda las 12.121 ovijas, según el informe de la Federación de Científicos Estadounidenses del 2024, aludido por María José Cervell en la revista. Cifras más recientes lo ubican cerca de las 12.134.

Costos humanos y ambientales

El número incluye testimonios de hibakusha —sobrevivientes de Hiroshima y Nagasaki— como el de Shigemitsu Tanaka, quien era niño en 1945 y sobrevivió a Hiroshima, donde unas 38.000 personas menores de edad perdieron la vida. Los artículos señalan que los efectos de una explosión nuclear son especialmente graves en la población infantil, tanto por la radiación como por el impacto a largo plazo en su salud y desarrollo.

La revista también repasa las secuelas de accidentes en centrales nucleares —como Chernóbil, Fukushima o Three Mile Island— y los daños provocados por más de 2.000 ensayos atómicos desde 1945, incluido el “Test Bravo” de 1954 y la “Bomba del Zar” de 1961. A ello se suman los episodios de “flechas rotas”, incidentes que involucran pérdidas, daños o riesgo de detonación de armas nucleares, y que en varias ocasiones estuvieron a punto de causar una catástrofe.

En el plano ambiental, se advierte que la producción, almacenamiento y eventual uso de armas nucleares genera residuos radiactivos de altísima peligrosidad, algunos activos durante miles de años, sin que exista una solución definitiva para su gestión. Además, los recursos destinados al desarrollo y mantenimiento de arsenales nucleares implican menos inversión en áreas como salud, educación o mitigación del cambio climático.

La factura económica

Según Célia Beckmann, el gasto mundial en armamento nuclear alcanzó los 91.400 millones de dólares en 2023, con programas de modernización en todos los Estados poseedores. Estas inversiones, que involucran a grandes corporaciones y entidades financieras, desvían recursos de áreas como educación, salud y lucha contra el cambio climático.

Desafíos jurídicos y políticos

Expertos como Mª José Cervell y Vicente Garrido detallan el debilitamiento de acuerdos como el Tratado de No Proliferación y la suspensión de mecanismos de control como el New START. Aunque el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (2017) representa un marco legal innovador, ningún país con arsenal atómico lo ha firmado.

El papel de la sociedad civil

Iniciativas como la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear (IPPNW) y la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN) —impulsadas por Umaña— se centran en la educación y la incidencia política. Autoras como Ray Acheson abogan por cambiar la narrativa dominante, visibilizar los impactos reales y cuestionar la lógica de la disuasión.

El monográfico concluye que la eliminación de las armas nucleares es posible si se combinan compromisos políticos, presión ciudadana y una nueva narrativa que priorice la seguridad humana sobre la disuasión armada.

La edición completa de la revista está disponible en revistatiempodepaz.org.