Subsidios priorizaron a mujeres jefas de hogar, jóvenes y familias en situación de extrema necesidad, con alcance en las siete provincias del país.

Más de 5000 familias costarricenses lograron resolver su necesidad de vivienda en los primeros seis meses del 2025 gracias al programa de bonos habitacionales que financia el Banco Hipotecario de la Vivienda (BANHVI), con una inversión superior a los ₡60.578 millones.

Según informó la entidad, entre enero y junio se otorgaron 5082 subsidios, con enfoque en atender a las poblaciones más vulnerables del país: el 64% de los bonos se destinó a hogares con jefatura femenina (3257 casos), mientras que un 53,5% benefició a familias con jefaturas jóvenes, menores de 35 años (2720 casos).

El gerente general del BANHVI, Dagoberto Hidalgo, destacó el impacto social y económico de estos subsidios, que no solo brindan un espacio seguro a las familias, sino que generan alrededor de 30.000 empleos anuales (directos e indirectos) gracias a los encadenamientos productivos en la construcción.

"El impacto que tiene el subsidio de vivienda es relevante para el país, pues además de brindarle un espacio seguro a las familias, fortalece la economía y contribuye a la reducción del déficit habitacional", afirmó.

El bono familiar de vivienda es un subsidio solidario del Estado costarricense para hogares de ingresos bajos y medios, destinado a que, combinado con la capacidad de crédito de las familias, puedan adquirir o construir una vivienda adecuada y propia.

El informe del BANHVI subraya que las familias en situación de extrema necesidad, con ingresos menores a ₡476.874 mensuales, fueron las más beneficiadas: 2885 hogares accedieron a vivienda con una inversión de ₡38.260 millones. En términos de edades, se entregaron 2008 bonos a jefaturas de hogar entre 36 y 64 años, y 354 subsidios a personas de 65 años o más.

La construcción en lote propio se consolidó como la modalidad más popular, con 3276 subsidios otorgados y una inversión de ₡34.194 millones. Le siguieron la compra de lote y construcción (1061 casos, ₡18.538 millones), segunda vivienda (327 casos), compra de vivienda existente (298 operaciones) y ampliación, mejoras o terminación (120 bonos para reparar, ampliar, mejorar o terminar casa propia, RAMT).

Para Hidalgo, estas cifras muestran el impacto transformador del programa en las comunidades y la importancia de ofrecer diferentes soluciones según las necesidades de cada familia. “Podemos sumar a la seguridad que da una vivienda propia a la familia, la reducción de la desigualdad, el apoyo a la educación, la mejora en salud y la calidad de vida”, afirmó.

El programa llegó a las siete provincias del país. Alajuela lideró en número de bonos con 1.209 operaciones, seguida de Limón (975), Puntarenas (917), Guanacaste (692), San José (599), Cartago (404) y Heredia (286). Según el BANHVI, esta distribución evidencia el compromiso de la institución de atender las necesidades habitacionales de todas las regiones, incluidas las zonas rurales y costeras, donde el déficit habitacional suele ser más marcado.

El BANHVI también resaltó su compromiso con la construcción sostenible. Desde 2024, impulsa con fuerza el Programa de Bandera Azul Ecológica en su categoría de Construcción Sostenible (PBAES), en alianza con el Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos (CFIA).

Como resultado, ya hay proyectos y viviendas individuales que han recibido el galardón. Entre ellos se encuentran el Condominio Jacarandas en San José y la Urbanización Veredas del Río en Liberia, además de un diseño específico para viviendas en territorios indígenas.

"Gracias a este convenio con el CFIA se promueve la sostenibilidad en los nuevos proyectos de interés social, reduciendo el impacto ambiental y ofreciendo viviendas de mayor calidad para las familias beneficiadas", explicó el gerente.

En paralelo, el BANHVI resaltó la importancia del Programa de Variable Social, que ofrece capacitaciones para fomentar la organización comunitaria y la sana convivencia entre vecinos. Actualmente, familias de proyectos como La Bendición en Barranca de Puntarenas; Las Rosas de Río Jiménez en Guácimo; el Condominio Vertical Cerro Verde en Paraíso de Cartago; el Condominio Vertical Jacarandas en Sagrada Familia; y Veredas del Río II en Liberia participan en este programa.

“Estas capacitaciones buscan brindar a las familias herramientas para la construcción de comunidades organizadas, solidarias y con mejor calidad de vida”, señaló Hidalgo.

El BANHVI enfatizó que continuará trabajando para mantener e incrementar el acceso a vivienda digna y asequible, reforzando su compromiso con las poblaciones más vulnerables. “En el Banco estaremos atentos a desarrollar acciones complementarias que sumen a la mejora de la calidad de vida de las familias que acceden a nuestros recursos, con el apoyo de todos los aliados que integran el Sistema Financiero Nacional para la Vivienda”, concluyó Hidalgo.