Frente a este escenario, el ente defensor planteó una revisión de los programas destinados a garantizar el acceso a viviendas dignas, para su fortalecimiento.

Este martes, la Defensoría de los Habitantes alertó, por medio de un comunicado de prensa, sobre los persistentes desafíos que enfrenta la población costarricense para acceder a una vivienda digna, según un estudio elaborado por la institución en torno a la ejecución y alcance de los programas sociales del sector vivienda.

El estudio subraya que una parte significativa de personas no logra calificar para préstamos de vivienda debido a sus bajos ingresos, lo que les obliga a optar por el alquiler. Esta situación, advierte la Defensoría, limita su capacidad de ahorro y perpetúa un "círculo vicioso en detrimento de las personas en situación de pobreza básica y extrema".

El ente defensor destacó que en cuanto al programa de Bono por Necesidad Extrema, dirigido a familias sin lote propio y con una situación económica calificada de extrema necesidad, "los datos del presupuesto asignado en el periodo 2019-2024 muestran que los años de mayor reducción en la asignación presupuestaria son el 2020 (con una disminución del 17,1%) y el 2022 (con una caída del 18,7%). En contraste, para el año 2024, se registra el presupuesto más alto asignado con un incremento del 19% respecto al 2023. En cuanto a las personas beneficiarias la mayor cantidad fue en el 2019 con un total de 8.542 beneficiarios. En el caso del programa Bono Ordinario, que se otorga a las familias de escasos recursos económicos y de clase media, familias en riesgo social o en situación de emergencia, se destaca que, en los dos últimos años, se registró un aumento significativo en el presupuesto asignado".

La Defensoría subrayó que este tipo de bono es esencial, ya que el acceso a una vivienda digna es un derecho básico. Sin embargo, advirtió que el déficit habitacional no ha mostrado una reducción significativa en la última década, manteniéndose entre un 3% y un 5% entre 2020 y 2022. Además, agregó que factores como el incremento en los costos de insumos de construcción y el aumento del IVA al 13% han impactado directamente en la disponibilidad de soluciones habitacionales, de acuerdo con advertencias del Banco Hipotecario de la Vivienda (Banhvi).

Ante este panorama, la Defensoría planteó la necesidad de revisar y fortalecer los programas de vivienda, así como de abordar las limitaciones de gobernanza en el sector. En esa línea, resaltó la falta de un marco normativo claro que defina con precisión las competencias de los distintos actores involucrados. "Aunque el Ministerio de Vivienda ha generado insumos para orientar la toma de decisiones en la definición de prioridades del Fondo de Subsidios para la Vivienda (FUSOVI), persisten desafíos asociados a la dispersión de responsabilidades dentro del Sistema Financiero Nacional para la Vivienda (SFNV) y a la ausencia de una ley que consolide su rol rector", añadió.

Adicionalmente, el ente defensor indicó que la inversión de los recursos del FUSOVI no logró una priorización territorial efectiva, debido a que la asignación de fondos respondió principalmente a la oferta de empresas desarrolladoras y constructoras, en lugar de enfocarse en las zonas con mayor déficit habitacional. Para la Defensoría, esta situación evidencia un desajuste entre la planificación estatal y la dinámica del mercado de vivienda, lo que afecta la efectividad de las políticas habitacionales y limita su capacidad para reducir las desigualdades en el acceso a una vivienda digna. 

“Finalmente, la solución del déficit habitacional debe ir más allá de la entrega de una vivienda. Se requiere una articulación con programas de inserción laboral, atención de asentamientos informales y planificación urbana, de manera que se aborden las causas estructurales del problema. Además, la modernización de los sistemas de información y seguimiento del FOSUVI es esencial para mejorar la transferencia y rendición de cuentas en la gestión de los recursos públicos”, declaró la defensora de los Habitantes, Angie Cruickshank.