La empresa Intel anunció el cierre progresivo de su planta de ensamble y prueba en Costa Rica. De acuerdo con el comunicado, la compañía planea trasladar las tareas de ensamblaje y prueba a sus centros ya existentes en Vietnam y Malasia, donde ya había centralizado parte de esas actividades desde 2014. A pesar de este cierre que implica despidos, Intel mantendrá en Costa Rica sus operaciones de ingeniería y servicios corporativos, con alrededor de 2.000 empleados que seguirán trabajando en actividades de alto valor agregado.
Transcurridas unas horas de la noticia, analistas nacionales y “blogueros” en general, especularon sobre posibles factores que podrían haber incidido en el cierre de la planta de manufactura en Costa Rica, entre ellos, los altos costos de la electricidad, infraestructura nacional insuficiente, baja productividad, la no aprobación de la jornada 4/3 por parte del congreso y los efectos en competitividad producto de la política monetaria y cambiaria del Banco Central de Costa Rica; sin embargo, la combinación de resultados financieros en terreno negativo en el nuevo contexto de la innovación, podrían representar argumentos más robustos para explicar tal decisión.
El enfoque de Joseph Alois Schumpeter (1883-1950), abogado y economista de la provincia austriaca de Moravia (ahora una región de la República Checa), permitirá aclarar lo sucedido con Intel y su negocio de procesadores para computadoras personales mediante lo que denominó en su obra Capitalismo, Socialismo y Democracia (1942): una de las contribuciones más influyentes a la teoría económica moderna, en la que introdujo el concepto de "destrucción creativa" como motor del desarrollo capitalista a través de la innovación y el reemplazo de estructuras obsoletas.
Schumpeter construyó un esquema teórico donde manifestó que, en un sistema económico de mercado, la competencia del nuevo bien, el nuevo cambio tecnológico (o la constante innovación), la nueva fuente de la oferta, el nuevo tipo de organización de negocios es una competencia que impone una ventaja decisiva de costos o de calidad y que afecta no sólo los márgenes de utilidad de las empresas existentes, sino sus orígenes y su razón de ser en el modelo de negocio. Por tanto, las empresas que no logran adaptarse a estos cambios corren el riesgo de desaparecer.
En este proceso de innovación, los nuevos productos (o bien, nuevas formas de hacer las cosas) destruyen viejas empresas (o viejos productos), así como los paradigmas antiguos de hacer negocios y en el camino pueden afectar el valor de compañías bien establecidas. Según el sitio especializado Macrotrends, en 2024, Intel reportó una pérdida significativa de 18,8 mil millones de dólares (desde el 2021 los ingresos comenzaron a descender notablemente), comportamiento que se reflejó en las ganancias por acción en ese mismo año (-4,38 dólares con una caída de 1195% con respecto al 2023).
Así las cosas, este marco teórico de Schumpeter es razonable a la luz de los acontecimientos recientes. Intel lideró la era de la computadora portátil y de escritorio previo a 2007; sin embargo, como han señalado medios internacionales, la obsesión de la empresa por los ingresos derivados de las computadoras personales pudo haber obrado en su contra.
El uso masivo de nuevos y más potentes dispositivos móviles, como los teléfonos inteligentes que integran potentes chips ARM y la transición hacia arquitecturas de procesamiento en la nube, así como el auge de aceleradores para inteligencia artificial como los desarrollados por NVIDIA y AMD, y tecnología “wearable”, dieron un giro a su modelo de negocio que indudablemente ha afectado los resultados financieros de la empresa, particularmente, en el último quinquenio.
Según lo externado en distintos medios de comunicación por voceros de Intel, esta decisión forma parte de una reestructuración global encabezada por el nuevo CEO Lip‑Bu Tan, quien busca consolidar operaciones para mejorar la eficiencia operativa y reposicionarse nuevamente en el mercado.
Aunque es claro que en Costa Rica se debe trabajar con seriedad en el tema de la competitividad, el reciente caso de Intel representa un ejemplo tangible de lo que Schumpeter definió como "destrucción creativa": un proceso donde la innovación transforma los mercados y obliga a adaptarse o desaparecer. Este fenómeno, lejos de ser ajeno, se ha manifestado con claridad dentro de nuestras fronteras.
Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio. Delfino.CR es un medio independiente, abierto a la opinión de sus lectores. Si desea publicar en Teclado Abierto, consulte nuestra guía para averiguar cómo hacerlo.