Este primero de mayo, Día Internacional del Trabajo, fecha en que a nivel mundial se reconoce y se conmemora el valor histórico del trabajo desde la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria queremos hacer un homenaje y un merecido reconocimiento a los miles de compatriotas que con su esfuerzo diario impulsan la seguridad alimentaria, las exportaciones y la economía de Costa Rica.

Los trabajadores del agro representan la fuerza de trabajo que sostiene gran parte del Producto Interno Bruto nacional, preservando a la vez tradiciones culturales y modos de vida que forman parte esencial de nuestra identidad costarricense.

Sin embargo, pese a su incalculable aporte, estos trabajadores son muchas veces invisibilizados en los grandes debates nacionales. Su realidad ignorada cuando se diseñan políticas públicas, acuerdos comerciales o reformas legales que impactan directamente su estabilidad laboral y su calidad de vida.

Lamentamos que muchas de las decisiones políticas y comerciales se sigan definiendo sin tomar en cuenta la realidad que estamos viviendo en las zonas rurales en donde le están bajando los niveles de atención a la educación, la seguridad y la vivienda digna.

La apertura comercial sin considerar las sensibilidades que tiene el sistema agropecuario nacional, el exceso de burocracia y las limitaciones para acceder al crédito para los pequeños y medianos productores, así como la coyuntura global en el comercio internacional hacen cada vez más difícil la sobrevivencia de las pequeñas empresas del agro y pone en alto riesgo el empleo y la paz social.

La política monetaria del gobierno en los últimos dos años ha repercutido negativamente en la competitividad de las empresas del agro en el mercado internacional, así como para las que producen para mercado local ya que los productores del mercado interno están ayunos de los incentivos que se les ofrecen a las empresas exportadoras especialmente a las ubicadas en las zonas francas.

Hoy, más que nunca, el agro costarricense enfrenta retos enormes: desde el cambio climático hasta la competencia internacional desigual. Pero nada es más grave que el abandono político. Cada hectárea sembrada, cada kilo proveniente de la pesca y acuicultura, cada producto agroindustrial procesado es fruto de una cadena de trabajo donde participan alrededor de medio millón de costarricenses de forma directa o indirecta.

No podemos continuar con un modelo en donde exista una Costa Rica próspera y boyante en la GAM y otro en las zonas rurales y las costas. Es necesario fortalecer el desarrollo rural y el fortalecimiento de la seguridad alimentaria de nuestro país, que cuenta con clima, suelos y ubicación geográfica óptimas para producir la mayor parte de nuestros alimentos y venderle al mundo los excedentes de alimentos que produzcamos favoreciendo así condiciones sociales apropiadas a fin de que los trabajadores del campo tengan una vida digna con mayores oportunidades.

Celebremos esta fecha honrando a los trabajadores del sector agropecuario, la acuacultura, la pesca y la agroindustria que con su trabajo diario bajo el sol y la lluvia cultivan los alimentos que día a día llegan a nuestras mesas.

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