Una barra de chocolate artesanal se lanza al mercado marcando un hito de inclusión en la industria nacional del cacao.
Desde las montañas de Hone Creek, en el Caribe Sur, surge una propuesta que fusiona sabor, accesibilidad y sostenibilidad: el nuevo empaque de Morena Clara, una marca de chocolate artesanal que transforma el cacao en experiencias sensoriales e inclusivas.
Morena Clara es el resultado del proyecto impulsado por Andreas Cordero Ramírez, fundadora de la marca y primera periodista del cantón de Talamanca. Tras 25 años en medios de comunicación, Cordero estableció una finca de cacao y frutales, hoy convertida en modelo de producción consciente, respeto ambiental y justicia social.
“Desde el inicio supe que no quería hacer cualquier chocolate. Quería que cada barra contara una historia, que tuviera alma, que llegara a todos”, explicó Cordero..
El nuevo diseño del empaque integra, por primera vez en el país, el Braille y la LESCO. Cada barra incluye un folleto en Braille con la descripción del producto, lo que permite a personas con discapacidad visual acceder a la información de manera autónoma.
Según la Encuesta Nacional sobre Discapacidad 2018 del INEC, el 18,2% de la población costarricense vive con alguna discapacidad, incluyendo personas con discapacidad visual y auditiva.
Para implementar esta propuesta, Cordero contó con el apoyo de personas expertas en accesibilidad: Graciela Lackwood, intérprete de LESCO y subdirectora del Colegio Diurno de Limón, y Marco Chavarría, persona no vidente y colaborador del CENAREC, quien asesoró la implementación del Braille.
Las barras de chocolate Morena Clara están disponibles en las siguientes presentaciones:
- 70% cacao con coco y pimienta.
- 70% cacao.
- 100% cacao sin azúcar.
Cada barra tiene un precio de 4.000 colones. Todo el proceso se realiza en la finca ubicada en Hone Creek, cantón de Talamanca, provincia de Limón, bajo un modelo de producción “de la finca a la barra”.
Queremos demostrar que se puede emprender con propósito, cuidar el planeta y abrazar la diversidad humana sin renunciar a la calidad”.
El proyecto también funciona como espacio de turismo, producción sostenible y empoderamiento femenino. Morena Clara se describe, finalmente, como “una declaración de amor por el Caribe, por la tierra, por la justicia y por la belleza de incluir a todos”.