Esta es la transcripción literal del discurso pronunciado por Rodrigo Chaves Robles ante la Asamblea Legislativa el 5 de mayo de 2025, con motivo del tercer informe de labores. Al ser una transcripción literal, su contenido puede diferir del contenido oficial del discurso escrito que Casa Presidencial suministró a los medios de prensa. Para ver las diferencias entre ambos discursos visite este enlace.

San José, Costa Rica
5 de mayo de 2025
Hora de inicio: 15:19:36

Muy buenas tardes pueblo de Costa Rica.

Saludo a la señora Signe Zeikate, primera dama de la República; al señor Rodrigo Arias Sánchez, presidente de la Asamblea Legislativa, al señor Orlando Aguirre Gómez, magistrado presidente de la Corte Suprema de Justicia; a la señora Eugenia Zamora Chavarría, magistrada presidenta del Tribunal Supremo de Elecciones.

Sñores vicepresidentes de la república, señoras y señores ministros, excelentísimas y excelentísimos señores embajadores, y honorables representantes del pueblo… cuerpo diplomático perdón, acreditado ante el gobierno de la república.

Señoras y señores diputados, señoras y señores magistrados propietarios de la Corte Suprema de Justicia y del Tribunal Supremo de Elecciones.

Señora Marta Acosta… Perdón, doña Marta, la contralora no vino, entonces saludo al señor Bernal Aragón Barquero, subcontralor general de la república; al señor Iván Vincenti Rojas, procurador general, señor Juan Carlos Pereira, defensor adjunto de los habitantes, me saluda a doña Angie, que aparentemente no pudo venir.

Sobre todo, sobre todo, y desde el fondo del corazón, compatriotas costarricenses.

Hoy me presento aquí como desde el primer día de este gobierno, con la frente en alto para rendirles cuentas a los únicos y legítimos dueños de esta patria bendita, y lo hago en una democracia viva, no en una república del silencio, de los pactos oscuros o de los informes llenos de humo.

Lo hago de frente y como decimos los costarricenses, sin pelos en la lengua, sin palmaditas en la espalda y con los datos en la mano.

Sé que las palabras fuertes y sinceras incomodan a muchos, paradójicamente, hay personas a las que les molesta mucho que hoy Costa Rica tenga un gobierno que cumple, que construye, que no roba, que no afloja, que no calla y que no le rinde pleitesía a las élites de siempre.

Sí, sí, eso les incomoda a algunos, les molesta porque sacude los tronos de algunos ticos que se creen tener corona.

Para mi es un deber seguir incomodando, para mi es un deber seguir molestando, seguir señalando lo que no funciona.

Algo compatriotas, algo estamos haciendo muy bien, porque gracias a Dios ya no son los pobres los que protestan, sino los ricos, los miembros de la vieja casta política que se sienten agraviados, aunque resulte difícil creerlo, por el creciente bienestar de nuestra gente, porque la prosperidad ya se asoma e ilumina el horizonte, poblaciones que sufrieron el olvido hoy se sienten de nuevo parte de un país que sí les está dando oportunidades para desarrollarse y prosperar.

Nosotros demostramos que con un trabajo arduo, y con buenas políticas públicas hemos logrado una mejor calidad de vida, más y mejores empleos, una increíble reducción de la pobreza, y la mayor tranquilidad de miles, miles de familias que hoy, por fin, tienen un trabajo y un techo dignos.

Demostramos que pudimos llevar desarrollo a nuestras costas, nuestras fronteras, a donde hasta donde no llegaban las miradas de Zapote, y francamente ni de Cuesta de Moras.

Hablaré de la batalla que estamos librando por la seguridad y la paz de nuestros ciudadanos, mientras el egoísmo y las rencillas políticas pasan una factura que el pueblo paga con las vidas de nuestros compatriotas y su intranquilidad.

Si molesto entonces, si molesto entonces, es porque mis palabras vienen respaldadas con hechos, con las obras por las que clamaban los costarricenses.

¿Saben qué? La verdad no peca, pero incomoda. Y a muchos les incomoda muchísimo.

Nos enorgullece incomodar a los que ustedes, pueblo de Costa Rica, conocen e identifican.

En tres años de gobierno, gracias a Dios,hemos logrado resultados simplemente asombrosos, pese a la resistencia de muchas de las personas que ocupan instituciones, instituciones que se convirtieron en fines en sí mismas, porque fueron capturadas por personas que se sienten muy superiores a los demás, que no ven al ciudadano como el legítimo soberano, sino como personas que deben mendigar a quienes se les pueda despreciar sin misericordia, el “ruégueme”, el “deme una mordida”, “le atraso lo que quiero porque quiero”, “le resuelvo si me da la gana”...

¿Y por qué ocurre esto costarricenses? Porque nuestras leyes, y especialmente la Constitución, han sido manipuladas para proteger la continuidad de personas que se enquistaron por décadas en sus puestos, gracias al cambalache, al intercambio político, a los patrocinios partidarios, a los amigos y amigotes, y a las componendas que los tienen aferrados a su propio bienestar egoísta y completamente alejados de su obligación de servir al soberano.

Admitamos, todos, que los tiempos han cambiado drásticamente, la época de la ideología demagógica ya pasó, la única ideología válida hoy es una sola: que la democracia produzca resultados tangibles, palpables, reales, que se puedan medir en bienestar, seguridad y prosperidad para cada ciudadano de esta patria.

Si la democracia no logra mejorar la calidad de vida de su gente, entonces el pueblo la puede llegar a despreciar, dejará de creer en ella.
Por eso, nuestra obligación es entender que el Estado tiene que transformarse, que la estructura de gobierno, el Poder Judicial y el Congreso y todas las instituciones requieren reformas de leyes obsoletas para eliminar trabas, para proteger la propiedad, la vida, y sobre todo la dignidad de cada costarricense.

Por eso hemos insistido desde el gobierno, tantísimo, en leyes más duras y eficaces, y la verdad, justas. Como dictar prisión preventiva para quienes representan de manera clara y evidente un peligro para la sociedad, castigar más duramente a quienes reclutan a menores de edad, mandar a la cárcel a quienes destruyan los escáneres a propósito, y los equipos tecnológicos que usamos para mantener a raya al narco.

¿O por qué no? ¿Por qué no permitir la extradición de costarricenses que se meten a jugar en las grandes ligas del terrorismo o del crimen organizado? Esto último bajo el expediente número 23.701 que debería estar avanzando aún más rápido en este Congreso y al que les pido, de acuerdo al mandato constitucional, continuar su trámite.

Por eso, debemos entender todos que es un absurdo demandar respeto para los diferentes poderes de la república porque el respeto no se exige, el respeto se gana con eficiencia, con trabajo duro, y con resultados que se puedan medir, por eso considero irrespetuoso que quien no merece respeto se lo demande al pueblo y a otros poderes del Estado. Muy irrespetuoso.

Aquí en esta sala estamos los representantes de los máximos poderes, y cada uno está cosechando lo que ha sembrado.

La verdad no peca pero incomoda. Mientras que el gobierno cuenta con un respaldo mayoritario sin precedentes, qué dolor me da decirlo, las instituciones peor valoradas por el soberano son precisamente esta Asamblea Legislativa, los partidos políticos aquí representados, y el Poder Judicial.

¡Uy! ¿No escucharon el clamor del pueblo ahora afuera, y en la marcha del 18 de marzo? No, ahí no hubo Photoshop, hubo una señal muy clara, ustedes: Rodrigo Arias, Orlando Aguirre, Marta Acosta, ausente hoy; Carlo Diaz, sí, ustedes presiden instituciones desprestigiadas y de manera muy lamentable, repudiadas por el pueblo de esta patria.

Eso es lo que han cosechado en su tierra infértil, incapaz de generar bienestar ciudadano. Eso es lo que han cosechado ustedes.

Este gobierno, y mi gran equipo de trabajo, en cambio, nos hemos esforzado por ejecutar acciones que cambian vidas, que abren nuevas oportunidades, mirándolos a los ojos y con la frente muy en alto les puedo decir que los costarricenses hoy tienen una calidad de vida que antes veían imposible alcanzar.

Así lo dicen las cifras de desempleo, pobreza, inflación, tipo de cambio, obras de infraestructura, inversión extranjera, reducción de la desigualdad y crecimiento económico. Aunque algunos quieran, [ríe] seguir haciendo el ridículo de desmentir nuestros logros poniendo en duda no solo las cifras oficiales, sino a entidades de talla mundial como la liga premier de los países más prósperos del mundo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Fondo Monetario Internacional, las calificadoras de riesgo Moodys, Fitch Ratings y Bloomberg, el Banco Mundial y CEPAL… ¡Ah no! Los analistas criollos saben más. [Ríe]

No, no voy a cometer el error, ahora, de hacer una larga y detallada, aburrida lista de los enormes logros que esta administración ha alcanzado.

Eso era propio de los gobiernos que tenían, tienen nada o poco que enseñar. Para quien quiera analizar el detalle completo aquí les dejo bien encuadernado, extenso, con las cifras y las citas de las fuentes un informe oficial que pueden consultar cuando gusten.

Pero yo prefiero no hablar sobre los logros, quiero enseñárselos al pueblo de Costa Rica, pueblo maravilloso, agradecido y ansioso de ser parte de los resultados que ellos demandan y merecen.

Nos dijeron que íbamos a caer, que este gobierno se iba a desmoronar, que la crisis del COVID y lo que siguió nos iba a aplastar, pero aquí rugió un jaguar que no se rinde.

Hoy la economía de Costa Rica es ejemplo en toda Latinoamérica y muchos lugares del mundo: baja el desempleo, sube la confianza, crecen las oportunidades, veamos compatriotas cómo le ganábamos a la tormenta. Aquí está la evidencia, número por número, en el siguiente video. Fíjense compatriotas por favor.

Qué honor, qué orgullo, decir que es obvio que vamos avanzando en la economía como nadie se podía imaginar y cómo aún hay algunos que rehúsan aceptar.

Pero también es obvio que empezamos a vencer, a triunfar, en algo aún más significativo e importante: la gran desigualdad entre los ciudadanos de un mismo país.

Ya la justicia social dejó de ser tan solo un discurso y un canasto al cual echarle dinero, y hoy se siente en la mesa, en el trabajo, en la vida diaria de miles, miles de familias. No lo digo yo, vean ustedes compatriotas, con sus propios ojos, cómo este gobierno está construyendo una Costa Rica más justa y real para nuestra gente. Les dejo otro video.

Compatriotas, justicia en la mesa, justicia en la vida, a los que se quieran desenterrar de la montaña de datos incuestionables, estudien. Aquí está la información con las fuentes.

Dije: justicia en la mesa y justicia en la vida. Y también justicia en nuestras calles.

Nos querían arrodillar, nos quisieron robar la paz, pero este gobierno, en lo que le toca, se plantó firme, con más policías, más tecnología, más lucha sin tregua.

Aquí manda el pueblo, no el crimen.

Nosotros desde el gobierno estamos dándolo todo para atrapar a los delincuentes, para profesionalizar y mantener motivados a nuestros cuerpos policiales, para eliminar la alcahuetería y los privilegios en nuestras cárceles.

No queremos darle más abrazos a quienes dan balazos, y lo estamos logrando a pesar de la oposición de muchos, obviamente el progreso hubiese sido mucho más si otros hubieran remado en la misma dirección, pero no ocurrió.

Lo que logró el gobierno, aquí ustedes lo van a ver, aquí está la prueba de nuestro enorme esfuerzo, y de los resultados que estamos logrando. Fíjense, porque las imágenes de este vídeo, demuestran la realidad de las cosas y no los discursos que algunos tratan de vender como si la gente fuera a pagar por humo. Adelante por favor.

Lo obvio no se debate, lo transparente no se cuestiona, y es obvio que el gobierno, nuestra Fuerza Pública, está protegiendo a nuestros ciudadanos en nuestras calles, pero también estamos educando a quienes forjarán el futuro de Costa Rica.

Cada niña, cada joven, cada maestro es una chispa de ese porvenir. Y por eso invertimos todo lo que podemos en aulas, tecnología, en cultura, porque así empieza el cambio permanente y la transformación hacia el bienestar.

Veamos, compatriotas, cómo estamos educando para formar a las futuras generaciones, y sí, en otro video, porque eso es mucho más elocuente que cualquier discurso que pueda dar nadie.

Fíjense con sus propios ojos. La evidencia apabullante que tanto le puede arder a unos pocos. Adelante por favor.

Es obvio, es claro, es transparente que el gobierno está ayudando a jóvenes y no tan jóvenes a cosechar sus sueños en las aulas y en otros lugares.

Pero también estamos construyendo los caminos que ocupa la patria, las carreteras que ocupa la patria para alcanzar el progreso y esos mismos sueños.

Se acabaron las promesas que no se veían, promesas de cosas que no ocurrían, hoy las obras son reales: puentes, escuelas, hospitales, plata bien invertida, porque el dinero nos está alcanzando, ustedes saben por qué.

Véamos cómo Costa Rica avanza con obras que cambian vidas, una vez más, estos videos son mil veces más elocuentes que mis palabras o cualquier palabra que se pueda decir de estas curules. Pueblo de Costa Rica, fíjense con sus propios ojos:

Sí, sí, muchas gracias. Sí, es clarísimo que estamos mejorando, modernizando y haciendo más segura la infraestructura pública, pero igual estamos haciendo un esfuerzo enorme para modernizar el corazón de nuestra salud pública.

Estamos luchando para que la Caja vuelva a brillar con obras sustanciales, para generar, para garantizar la buena salud de nuestro pueblo.

Estamos modernizando hospitales, reduciendo filas, la gente está recuperando la esperanza, no, no hemos terminado, la salud tiene que volver a ser un derecho real para todos, no el feudo de sindicalistas y empresarios enchufados.

No hemos llegado, no hemos llegado a donde tenemos que llegar, pero estamos avanzando al ritmo que nos permite “nuestro marco institucional”, ese que tantos aquí, y en otras partes defienden.

Veamos compatriotas, cómo estamos tratando de traer, de arrastrar casi, a la Caja Costarricense de Seguro Social, al Siglo XXI. Fíjense en este video por favor.

Ya lo vieron, compatriotas, no son promesas, no son palabras vacías, ni discursos llenos de citas de pensadores antiguos o modernos. No.

Hoy vine a rendirles cuentas con obras, hechos comprobados, acciones medibles y pasos concretos, cuyo único fin, compatriota, es servirle a usted, mejorar su calidad de vida y crear las oportunidades que usted necesita para labrarse un futuro mejor.

Ya hablé del preocupante pasado y del pujante presente por el que hemos trabajado muy duro y sin tregua, pero ahora quiero hablar sobre el futuro de esta patria.

Mi mayor deseo y objetivo con la rendición de cuentas de hoy es dejar un mensaje simple y claro: el Estado costarricense, en todas sus tres partes, tiene que sufrir una transformación profunda si queremos seguir avanzando para lograr el bienestar común.

Tenemos que cambiar Costa Rica, porque, ¿cómo es posible que el presidente de la República, electo por la mayoría del pueblo, no pueda, o tenga que luchar más de la cuenta para cumplir sus promesas, debido a la obstaculización de un grupo de funcionarios y mandos medios que se atribuyen el derecho de frenar arbitrariamente el desarrollo de la patria, aunque nadie, nadie los eligió?

Nunca entendieron que obstaculizando al gobierno no golpean a Rodrigo Chaves, no, sino a Costa Rica, y quien paga el precio de ese sabotaje institucional es únicamente el pueblo.

Tenemos que cambiar porque el modelo de nuestra institucionalidad ya, hace mucho, llegó a su fin. No hay que rescatar a las instituciones; es al revés, hay que rescatar al pueblo de los abusos, arbitrariedades, de quienes capturaron a nuestras instituciones.

Por ejemplo, de la Fiscalía General de la República, donde los últimos tres fiscales han decidido de manera arbitraria, y sólo Dios sabe bajo qué incentivos, a quién le aplican la ley y a quién lo eximen de la ley, como si tuviéramos una monarquía judicial.

¿Cuándo compatriota, usted votó o aceptó renunciar a nuestra democracia? ¿Cuándo aceptamos reyes con toga? ¿Cuántas denuncias ni siquiera se investigan? “Esta sí porque me conviene y esta no porque le conviene que no”...

¿Por qué será que todos los casos de corrupción en contra de la clase política tradicional continúan durmiendo el sueño de los justos y nunca llegan, ni creo que lleguen, a sentencia condenatoria ¿Es casualidad o una red de cuido que funciona tan bien como un reloj de lujo suizo? Increíble lo que está pasando con ese poder de la república.

Tenemos que cambiar porque, por la forma en que elegimos a los diputados, una gran mayoría llega a esta Asamblea Legislativa -hay buenos-, pero una gran mayoría llega con solo intereses partidistas, abandonando la meta, la meta patriótica.

Les pregunto a ustedes, diputados y diputadas: respetuosamente… ¿no sienten remordimiento? ¿No sienten remordimiento? ¿No les duele la conciencia al observar cómo le han fallado al pueblo y cómo el pueblo les reclama los fallos? Sí, pueden meter la cabeza en la arena, pero esa es la realidad.

Diputadas y diputados: este es el último discurso que daré delante de ustedes.

Y, cuando se vayan, cuando despeguen esa plaquita con su nombre, espero que recuerden lo que fueron, lo que hicieron, y lo que dejaron atrás en esta Asamblea Legislativa.

Dudo, honestamente, que muchos de ustedes puedan mirar al pueblo a los ojos y decirles cómo les sirvieron como el pueblo merecía.

[En este momento, varios miembros de la oposición empiezan a levantar carteles con críticas a Chaves]

Saquen los cartelitos, vayan llévenselos a los que están afuera. Gracias… [ríe] “el machismo”...

Tenemos que cambiar, tenemos que cambiar, porque Costa Rica llegó a un punto de inflexión.

Y yo volveré aquí mismo, a este Plenario, el 2 de mayo del 2026 ante otro grupo de diputados, solo que esta vez serán escogidos por un pueblo despierto, alerta, deseoso de impulsar los cambios que pueden transformar el destino de la patria.

Le pido a Dios, por el bien de Costa Rica, que aquí, en este plenario, haya una gran mayoría de diputados que sí estén dispuestos a transitar por el camino correcto, en la Y Griega histórica en la que nos encontramos.

Aquí y en ese entonces veré con mis propios ojos la sabiduría de este pueblo, y aquí y en ese entonces mediré el éxito de mi propio gobierno y gestión, porque sabré si logré despertar la conciencia civil sobre la imperiosa necesidad de cambiar el modelo que, quienes controlaron la Asamblea Legislativa en los últimos setenta años, moldearon en beneficio propio y en perjuicio de nuestro pueblo.

Ese sería el momento más feliz de mi vida, si logro constatar que mi patria tiene esperanza, o el más triste si sigue condenada al cambalache, al dame que te doy, a cerrar los ojos y a callar la boca ante los robos descarados, a las malas políticas públicas y a los jugosos beneficios para los eternos funcionarios y políticos anclados a sus puestos, aunque no tengan ni solo un solo voto ciudadano.

Les advierto, antes de que me traten de asustar una vez más con el fantasma de una beligerancia política que no existe, les digo que no estoy pidiendo el voto a favor o en contra de ningún partido político.

Lo único que les pido a ustedes, costarricenses, a los que están ahí afuera, a los que están en la barra, a los que están en la frontera norte, sur, en las costas, lo único que les pido es que tengan memoria histórica y la valentía de votar para permitir siquiera la posibilidad real del cambio que se requiere en nuestro país, con al menos treinta y ocho diputados, de acuerdo con nuestra Constitución Política.

Lo que voy a contar son las conciencias y el amor patriótico de quienes estén aquí, reemplazándolos a todos ustedes en mayo del 2026, y sabré si podré sentir el latido del optimismo para mi amada patria, o sentiré la tristeza más profunda en mi corazón, porque fallé en despertar a la ciudadanía para hacer posibles esos cambios ya impostergables desde hace mucho.

Lo que anhelo es darle a este pueblo noble la oportunidad de limpiar nuestras instituciones capturadas por quienes los han defraudado, una y otra vez, por quienes se reparten los puestos debajo de la mesa.

¿Qué bandera política tendrán esos diputados, ojalá patriotas? Pues la que decida libremente el pueblo de Costa Rica. Sólo esa.

Cada palo aguanta su vela, yo estoy llamando para la posibilidad de que haya un cambio verdadero en esta patria.

Compatriotas, a ustedes, a ustedes les hablo, para decirles que la posibilidad de un cambio decisivo está en sus manos.

Solo ustedes y nadie más pueden lograrlo.

Vengo a convencerlos, no desde las fortalezas de mármol o de concreto, de los que se aferran a un poder que ustedes nunca les dieron. Vengo a convencerlos como un simple servidor público al que nunca se le olvida por qué estoy aquí y a quién me debo.

A ustedes, a ustedes mi amado pueblo.

A la gente honrada, a esos que madrugan y trabajan los viernes para ganarse el cabito de pan, el vaso de leche, la taza de café, a los que crían a sus hijos con amor y miedo, con esperanza y con rabia.

A los que entienden, ahora mejor que nunca, que Costa Rica no puede ni debe seguir siendo rehén de unos cuántos.

¡Porque el enemigo, compatriota, no es invisible! ¡No señores! Tiene nombre. Tiene rostro. Tiene apellidos.

Se esconde en despachos judiciales, en algunas curules, en algunas oficinas donde se reparten privilegios, se intercambian puestos, y quién sabe qué más, mientras una parte del pueblo sufre lo que no tiene que sufrir.

Sufre al ver cómo los criminales salen libres en tiempo récord y sin consecuencias.

Sufre al ver que la justicia no tiene balanza, tiene calculadora.

Sufre al ver que los “intocables” siguen mandando… como si nada.

Sufre, pero ya no como quien agoniza hacia la muerte, sino usted, compatriota, sufre como quien se despierta aturdido de una larga pesadilla: feliz y esperanzado, porque cuando abre los ojos, comprueba que la vida nos está dando una segunda oportunidad a los costarricenses.

Y en ese despertar ciudadano, con Dios como mi testigo, les aseguro que ya no habrá una poderosa red de cuido, ni fiscales corruptos, ni contraloras obstruccionistas, ni una Corte Plena ineficiente, ni mandos medios corruptos que lo puedan volver a doblegar a usted compatriota, mucho menos mandarlo a dormir de nuevo la pesadilla de la cual usted se está despertando.

Porque sí, se ve y se siente: ese despertar ya puebla los hogares, las calles, los campos, los lugares de trabajo, hasta los centros de estudio universitarios ¡el monopolio de algunos! [ríe]

Y eso se refleja en este apoyo histórico e inédito hacia el gobierno.

Un despertar que se ve en la indignación de un pueblo unido que no clama, sino que ruge con la fuerza del jaguar por un Congreso, por un Congreso, que apruebe los proyectos empantanados que le cambiarían la vida a cientos de miles de costarricenses.

Ruge por los oficiales de policía caídos, que dieron su vida sirviendo a una patria, a una Asamblea Legislativa y a un sistema de justicia que no los protegió.

Ruge por los niños y niñas sin justicia y sin futuro.

Ruge por cada madre que entierra a un hijo porque un sicario andaba libre gracias a la puerta giratoria del Poder Judicial.

Ruge por la Costa Rica que no se resigna, que lucha con fuerza, pero que nunca se arrodillará.

Porque si este Gobierno ha encendido la chispa del cambio, ahora le conviene, le corresponde al pueblo convertirla en llama. Una llama fuerte que ilumine la ruta del desarrollo, la verdadera justicia, la libertad, y con una Asamblea Legislativa llena de patriotas, sin importar de qué partido político sean, unidos bajo única… bajo una única bandera de amor por Costa Rica.

Una llama que no se apague, hasta iluminar cada casa, cada calle, cada rostro despierto y dispuesto a luchar por esa Costa Rica que realmente merecemos.

Porque yo se los aseguro, se los aseguro como que me llamo Rodrigo Chaves, compatriotas, que lo mejor está por venir.

Compatriotas, nos veremos pronto, en una nueva página de nuestra historia, en una donde todos, absolutamente todos, podremos vivir mucho mejor.

Le doy gracias a Dios por su apoyo, les agradezco su apoyo compatriotas, y les digo: despidiéndome, que Dios bendiga Costa Rica y a cada uno de nuestros ciudadanos.

Muchas gracias.

Hora de finalización: 16:45:00
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