Como todos los años de cara al Día Internacional de la Mujer la Organización de las Naciones Unidas nos invita a reflexionar sobre una temática en específico. En esta ocasión nos invitan a reflexionar sobre los avances y desafíos en la lucha por la igualdad de género. Bajo el lema "Para TODAS las mujeres y niñas: Derechos. Igualdad. Empoderamiento".
Este año es particularmente relevante porque se cumplen 30 años de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing. Este plan de las Naciones Unidas fue adoptado por 189 gobiernos y es un programa que tiene por objetivo generar crear condiciones necesarias para potenciar el papel de la mujer en la sociedad. A pesar de las tres décadas que han transcurrido, los avances no han sido los esperados debido a las presiones que implican la creciente inseguridad y las crisis acumuladas han generado desconfianza en la democracia y reducido la participación cívica.
Aunque algunos crean que en Costa Rica la realidad de las mujeres y la equidad de género va a años luz de muchos otros países de la región, es importante evidenciar que las desigualdades siguen presentes y representan grandes desafíos pendientes por atender. Por ejemplo, a pesar de que las mujeres representamos el 50,1% de la población total del país, nuestra participación en el mercado laboral es alarmantemente baja, con una tasa del 45%. Este porcentaje es inferior al promedio de los países de ingreso medio alto (54%), de la OCDE (53%), de Latinoamérica (52%) y del mundo en general (49%).
Las barreras que impiden a las mujeres insertarse en el mercado laboral abarcan aspectos desde las responsabilidades de cuido, la inacción de los gobiernos hasta la discriminación empresarial y la interacción de la sociedad. Esto aporta a que la tasa de desempleo femenino sea mayor que la de los hombres a pesar de que, las mujeres costarricenses superan a los hombres en logros educativos. Esto evidencia una brecha persistente entre educación y acceso al mercado laboral formal. Además, a esto sumemos el hecho de que las mujeres en Costa Rica ganan en promedio un 40% menos que los hombres por un trabajo similar, y el ingreso promedio de una mujer con educación universitaria sigue siendo un 18,5% menor que el de un hombre con la misma formación y las mismas funciones.
La violencia de género es otro problema grave que ha incrementado su afectación en Costa Rica. En los dos primeros meses de 2025, se contabilizaron al menos 10 femicidios, una tercera parte del total de casos de 2024. Es pertinente recordar que en Costa Rica se tipifica como femicidio el asesinato de una mujer por el hecho mismo de ser mujer, especialmente cuando el crimen lo comete la pareja o expareja de la mujer; y por conexión, cuando la víctima es asesinada por alguien en el contexto de matar a otra mujer. Dicho esto, en 2024, de los 81 homicidios de mujeres, 30 fueron clasificados como femicidios, pero este número podría ser mayor una vez se terminen de clasificar al menos 31 muertes violentas pendientes de estudio. Estos datos reflejan una realidad alarmante que requiere atención urgente.
Uno de los argumentos usados frecuentemente para desacreditar las luchas feministas es el tema de la “discriminación” sufrida por los hombres, que se refleja en sus altas tasas de suicidio. Si bien es cierto este es un tema también urgente de atender, no se pueden menospreciar las acciones afirmativas y luchas de las mujeres porque respecto a otras poblaciones aún quedan asuntos que atender. Además, cabe señalar que actualmente en términos de salud mental, las mujeres son las más afectadas por la depresión y los intentos de suicidio. De los 2.648 intentos de suicidio registrados en Costa Rica en 2024, el 66,6% fueron de mujeres.
Las estadísticas son claras. La Declaración adoptada hace 30 años sigue siendo la ruta hacia la igualdad de género y los derechos de las mujeres, las promesas hechas siguen sin ser cumplidas plenamente en todo el mundo. Aunque se han logrado importantes avances en algunos ámbitos clave de la Plataforma de Acción de Beijing, persisten importantes desafíos que se han visto exacerbados por la oposición a nivel global, promovida particularmente por ciertos grupos religiosos conservadores y actores políticos, que han intentado socavar, debilitar e incluso revertir los avances obtenidos en materia de derechos de la mujer e igualdad de género, logros que requirieron un esfuerzo significativo para alcanzar.
El Día Internacional de la Mujer, como siempre es bueno recordar, no es una celebración, es un recordatorio de que la lucha continúa por los derechos que las que somos hoy y de las que ya no están. El 8M es una oportunidad para renovar el compromiso como sociedad con la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas.
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