A unos 250 kilómetros de San José, vecinos del PILA comprenden la necesidad de cuidar a la fauna silvestre.
Freddy Acuña y Hugo Solano son dos habitantes de Tres Colinas de Potrero Grande, en Buenos Aires de Puntarenas, un pueblo que habitan menos de 10 familias y que se ubica en la zona de amortiguamiento del Parque Internacional La Amistad (PILA) que comparten Costa Rica y Panamá.
Alejados de los problemas cotidianos que suelen tener las personas que habitan en el centro del país, como las presas, por ejemplo, ellos tienen otros inconvenientes como tener que abastecerse de paneles solares debido a que los sistemas eléctricos del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) no llegan a la zona.
Pero hay otro muy particular: Felinos, dantas y demás fauna silvestre que habita el PILA se suele pasar con frecuencia al terreno donde viven y acostumbraban devorarse los alimentos que siembran.
Las familias de Freddy y Hugo se abastecen mayormente de lo propio que cosechan y además tienen pequeños emprendimientos de alojamiento llamados Finca Los Colibríes y Soda Villa del Campo que se ubican en las cercanías de la entrada al Cerro Kamuk, una de las montañas más altas del país que se ubica en el PILA a 3.549 metros. Este es sumamente atractivo para los amantes del senderismo debido a su alta complejidad ya que se duran cerca de cuatro días para alcanzar su cima.
Cuando reciben visitantes, que son generalmente personas que se preparan para subir la cima o posterior a esto, deben ofrecerles diferentes tiempos de comida entre otras comodidades. Por tanto, darse cuenta de que algún animal se comió sus cosechas era una muy mala noticia.
Con las patas en los cultivos
Hace 37 años, cuando se dio la fundación del PILA, la comunidad de Tres Colinas que se encuentra a 44 kilómetros del centro de Buenos Aires quedó muy afectada por la protección que se debía implementar en toda la zona al punto de que la escuela de la zona tuvo que cerrar, cuenta el gerente de Áreas Protegidas del Área de Conservación La Amistad-Pacífico (ACLAP-Sinac), Gravin Villegas Rodríguez, a este medio de comunicación.
Si bien antes de la creación del parque y por mucho tiempo persistía la cacería ilegal de mamíferos, el aprovechamiento ilegal de productos y subproductos del bosque y la presión constante por el cambio de uso del suelo para cultivos agrícolas, hoy la realidad es otra.
En ese momento teníamos muchos incendios forestales y muchos delitos ambientales, pero la comunidad de las personas que quedaron ahí poco a poco se fueron concientizando y la cobertura forestal ha aumentado bastante. Eso ha hecho que los animales regresen a este sitio”.
Con la intención de acercarse a las bases comunales y la responsabilidad de que la fauna silvestre deje de dañar los cultivos de las familias, el Sinac implementó el programa “Convivencia con la vida silvestre y prevención de incendios forestales”.
Como parte de este, y con ayuda de terceros como organizaciones, se dio la instalación de cámaras trampa. Con esta herramienta la intención, entre otros fines, fue implementar un sistema de monitoreo para verificar qué animales y de qué manera se acercaban a los cultivos, con la idea de buscar métodos que puedan ayudar a contrarrestar la afectación sin tener que tomar medidas extremas.
Los resultados delataron a especies como cabros de monte, dantas, zainos, conejos, manigordos, aves, tepezcuintles, entre otros, dándose un manjar de diferentes frutos como papas, frijoles, chayote, lechuga, mora, níspero, zanahoria y hasta gallinas.
Por ejemplo, entre un Cabro de Monte y una Danta se dieron gusto comiéndose los frijoles de la finca de don Freddy.
También observaron un pequeño manigordo que se metió a su gallinero y no dejó ningún ave con vida, además de aves que visitaban el estanque de tilapias y llenaban su estómago de peces.
En ocasiones arrasaban con todo al punto de que se cuestionaban seguir sembrando, detallaron Freddy y Hugo.
Topar con cerca
Una vez con los videos que mostraban los animales y su modo de operar, llegaron las soluciones. Estas consistieron en unas cercas eléctricas de bajo impacto que funcionan como barrera para la entrada a los cultivos.
El proyecto forma parte de un convenio entre el grupo AJE (AJECEN) y la Fundación de Parques Nacionales de Costa Rica, y consiste en la instalación de equipos solares con cercas eléctricas en las fincas de ocho propietarios de la comunidad de Tres Colinas y otra cercana llamada La Cuna, como es el caso de Freddy y Hugo.
Junior Porras Quirós, administrador del PILA, comentó a Delfino.cr que ahora con el monitoreo de cámaras trampa logran ver los resultados.
Este sistema lo que hace es que cuando el animal toca el cable que tiene electricidad, le da una pequeña descarga, que no es tan impactante y más bien hace un rechazo en el animal y se devuelve hacia el bosque. No pasa a la finca”.
El Cabro de Monte que solía hacer un festín con los cultivos de frijol, ya conoció la cerca y al pegar con ella dio marcha atrás. Además notaron que los animales una vez que pegan, normalmente no vuelven a intentarlo.
Para Hugo Solano, quien incluso comentó que hace mucho tiempo fue cazador, este tipo de programa era lo que esperaba desde que el PILA se fundó, “que el parque le ayudara a uno para uno proteger”, afirma.
También dice que es un atractivo para las personas que llegan a hospedarse en su emprendimiento, porque con las cámaras trampa hay registro de donde pueden ver huellas de diferentes animales que circulan en las cercanías. Además del valor que da trabajar de la mano con el parque.
Es un beneficio muy grande para todos aquí en Tres Colinas”.
En esto coincide Freddy Acuña ya que dice que el turismo que llega, está muy interesado en ver las especies.
Lo menos que queremos, es que se le haga daño a la especie, y la especie en realidad no está siendo afectada porque ya lo hemos visto, la especie sigue caminando por la parte de los cables sigue visitando la zona, pero no entrando a las áreas de cultivo”.
Para Porras Quirós, funcionario del Sinac, los trabajos con comunidades aledañas al PILA son esenciales para la conservación, ya que se hace una concientización al punto de que más bien cuidan a las especies y estas vuelven al bosque a buscar sus propios alimentos.
Proteger al Jaguar
El Parque Internacional de La Amistad actualmente abarca 199.147 hectáreas, por lo que representa el área silvestre protegida continental más grande de Costa Rica.
Esta área protegida, declarada mediante decreto ejecutivo Nº 13324-A, entre los años 1982 y 1983 recibió dos declaratorias por la UNESCO, una como parte de la Reserva de la Biosfera La Amistad y posteriormente como parte del Sitio de Patrimonio Mundial de la Humanidad, debido a la gran importancia y diversidad de ecosistemas que protege. Actualmente es la única de carácter binacional, para ello deben atenderse compromisos internacionales con Panamá, mediante actividades de coordinación conjunta de carácter permanente.
Es decir, tiene un altísimo valor para la biodiversidad del país. Esta tiene como su principal depredador al jaguar, por lo que garantizar su protección es muy importante. Los programas de monitoreo que se instala en las comunidades aledañas y dentro del parque buscan en gran parte conocer su estado de salud y los movimientos que realizan.
Porras Quirós, administrador del PILA, asegura que al conservar a la especie sombrilla, "vamos a conservar a otros animales que se encuentran en el parque. Cuidamos el bosque, los ríos el suelo al mismo tiempo".
En ese sentido, uno de los retos que tiene en el ACLAP es llevar esa concientización a los ganaderos, ya que jaguares y pumas se pasan a las fincas y se comen a las reces.
Estas alianzas públicas privadas, lo que hace es apoyarnos con el equipo para nosotros realizar las diferentes actividades dentro del parque o en comunidades vecinas para tener más datos que nos muestren si lo que estamos haciendo está bien, o debemos hacer esfuerzos de conservación para tener la salud de los animales y de la biodiversidad en el parque".
Para esto, una de las iniciativas es adquirir un collar que tendrá el ganado y que tiene una campana que hace un sonido fuerte y emite una luz para que los felinos se alejen y no ingresen a las fincas.