El proyecto busca fortalecer competencias digitales, lectoescritura y empleabilidad en más de un millón de estudiantes.

El Directorio Ejecutivo del Banco Mundial aprobó este viernes un financiamiento de $200 millones para transformar el sistema educativo de Costa Rica, con énfasis en la lectoescritura, las competencias digitales y las habilidades laborales de los estudiantes en el sistema público gestionado por el Ministerio de Educación Pública (MEP).

El proyecto, titulado “Resultados en Educación para Costa Rica”, beneficiará directamente a un millón de estudiantes de preescolar, primaria y secundaria, de los cuales el 51% son mujeres. Según el Banco Mundial, el proyecto también impactará a unos 90.000 docentes y funcionarios administrativos, quienes tendrán acceso a nuevas plataformas pedagógicas y sistemas digitalizados, así como a 18.000 empleados del MEP que emplearán herramientas tecnológicas avanzadas en sus labores diarias.

El ministro de Hacienda, Nogui Acosta Jaén, destacó la relevancia del proyecto:

Costa Rica requiere hacer una transformación educativa y generar un impacto positivo y sostenible en los estudiantes, de forma que cuenten con las herramientas para enfrentar los desafíos del mercado laboral, los cambios en materia digital y la sostenibilidad ambiental".

El plan incluye la implementación del Programa Nacional de Formación Tecnológica (PNFT) para posicionar a Costa Rica como líder regional en la enseñanza del pensamiento computacional. Este programa aborda áreas como algoritmos, programación, robótica y ciencia de datos, además de incorporar nuevas tecnologías en las aulas.

El proyecto también priorizará la inclusión de 50.000 estudiantes indígenas, migrantes y refugiados, así como de 180.000 jóvenes en programas de formación técnica.

Carine Clert, gerente del Banco Mundial para Costa Rica y El Salvador, subrayó el compromiso de la institución con el desarrollo inclusivo:

Esta colaboración es clave para avanzar hacia el desarrollo de una educación de calidad, inclusiva y accesible para todos, impulsando el progreso y el bienestar de la sociedad costarricense".

La iniciativa se diseñó en coordinación con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) bajo un Memorando de Entendimiento entre ambas instituciones, compartiendo análisis técnicos para maximizar el impacto de los programas educativos y reducir la brecha digital en la región.

El financiamiento, proporcionado por el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), es un préstamo a tasa variable con un plazo de 33.5 años, que incluye un período de gracia de seis años.