El artículo en Delfino.cr sobre la tesis doctoral relacionada con la aplicación de video juegos en la enseñanza de cultura tributaria, elaborada por Manuel Vargas y además catalogada como pionera, me trae a la mente un esfuerzo ya realizado en ese sentido: la creación del Programa de Educación y Cultura Fiscal, un área dedicada a la cultura fiscal que ya existe y que podría tener oportunidad de ser relanzada y potenciada.
Durante los años 2009 y 2010 el Ministerio de Hacienda a través de la Dirección General de Tributación y la Subdirección de Educación y Cultura Fiscal diseñó, en colaboración con EUROsociAL Fiscalidad (Cooperación Europea), un programa para incentivar la educación y cultura fiscal en Costa Rica el cual tuve la oportunidad de dirigir y lanzar públicamente. El proyecto constaba de 4 grandes áreas: Creación de la página Web, Creación de un espacio de juegos en el Museo de los Niños, Creación del Programa de Capacitación a Docentes y Creación del Programa Papás y Mamás de Hacienda van a la Escuela.
Siguiendo el paradigma del aprendizaje a través del juego, centro de atención de la tesis referida, el 30 de junio de 2010 se inauguró la sala de juegos “Un Tributo a mi País”, ubicada en el Museo de los Niños. Además, se crearon tres videojuegos que enseñan el concepto de bienes públicos y cómo estos son financiados por los impuestos que pagamos todos.
De igual forma, se diseñó una capacitación para docentes de primaria y secundaria, cada una con su respectiva guía didáctica, y la capacitación a docentes se comenzó a impartir a través del Plan 200 que tenía en aquel momento el Ministerio de Educación Pública. Esto con el fin de que la cultura tributaria tuviera un curso de acceso a las aulas.
El programa de “Papás y mamás de Hacienda van a la Escuela” consistía en capacitar a los funcionarios con hijos, sobrinos y ahijados en edad escolar para que fueran a las escuelas a contar cuál era nuestro trabajo en el Ministerio, igual como lo hace un médico o un bombero. Y para acompañar las visitas se diseñaron cuatro juegos diferentes, un memotest que consistía en hacer parejas de los bienes públicos y que permitiera transmitir a los estudiantes cómo se financiaban esos lugares públicos y destacar el aporte de los impuestos a la sociedad; un segundo juego denominado “La vuelta a mi país” era un mapa gigante de Costa Rica, con dos dados gigantes que guiaban una visita por el país, a través de lugares financiados por los impuestos; el tercero era un juego de rompecabezas de lugares públicos y, por último, un juego relacionado con las aduanas, que enseñaba cómo es que la mercancía entra y sale del país y los efectos perniciosos del contrabando.
Este esfuerzo condujo a que a inicios del 2013 se firmara un decreto ejecutivo (N.º 007-2013-H-MEP) que declaró la Educación y Cultura Fiscal de interés público y que permitiría que se incorporara el tema en los programas de estudio de Educación Cívica, Educación para la Vida Cotidiana y Estudios Sociales. Y, al lado, se creó un programa junto con la Universidad de Costa Rica, denominado “Núcleos de Asistencia Fiscal (NAF)” que buscaba dar asistencia a las pequeñas empresas y al pequeño contribuyente por medio del trabajo de Trabajo Comunal Universitario, el cual sigue en vigencia.
El objetivo de todo este esfuerzo fue enseñar el fin social que cumplen los impuestos, cómo a través del principio de solidaridad, establecido en la Constitución Política, se debe colaborar con la Hacienda Pública, enseñando a cada persona de la importancia de pagar impuestos, haciendo énfasis en el tema de la ciudadanía y cómo, a través del voto y del sistema democrático, el ciudadano puede ejercer control sobre el uso de los impuestos, eligiendo adecuadamente a nuestros gobernantes, denunciando anomalías, cumpliendo nuestros deberes tributarios y, sobre todo, cuidando nuestros bienes públicos, al hacer conciencia de que los pagamos todos.
La Subdirección la echamos a andar 3 funcionarias y ha ido creciendo con el tiempo, actualmente cuenta con 6 funcionarios y aunque ya no formo parte de ese equipo no me cabe ninguna duda de que es necesario dar más recursos a este esfuerzo. Sin embargo, quiero señalar algo que me parece trascendental, esta no es una labor sólo del Ministerio de Hacienda, sino de todas las instituciones del país y, finalmente, de toda la ciudadanía que, como señala el artículo antes referido, creen que pagar impuestos es un robo al ciudadano, cuando la verdad es que, a pesar de todos los errores y desaciertos que puedan existir en la gestión de lo público, sin los impuestos sólo los ciudadanos ricos podría tener acceso a los servicios públicos esenciales que actualmente tenemos.
Desearía que esta tesis, y el tema de la educación y cultura tributaria pueda dar el despegue que imaginé cuando arrancamos aquel esfuerzo y en el que sigo empeñada ahora desde mi esfuerzo privado. Nada me gustaría más ver a los niños y niñas, jóvenes y no tan jóvenes siendo conscientes del fin social que cumplen los impuestos, defendiendo el espacio público, defendiendo la educación pública, defendiendo la salud pública, defendiendo el país que tenemos y que desde hace unas décadas algunos se han empeñado en destruir.
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