La vida es generosa. Cuando menos lo esperamos, nos conduce hacia nuevos descubrimientos. Nos abre puertas. Nos lleva por caminos que, como ramas, se bifurcan hacia hojas y flores. Algunas veces llegamos a una flor especial. Esta vez llegué a una flor que, cuando se conoce y se usa adecuadamente, nos permite funcionar mejor, vivir más sanos e incluso curarnos de ciertas enfermedades: la flor del cannabis, específicamente de la planta hembra, no fertilizada.

Hasta ahora se trata de un descubrimiento intelectual. Nunca he visto una de estas plantas y menos una en floración. Mi relación con el CBD, el cannabinoide que es permitido en Costa Rica para uso medicinal, se ha limitado a la compra de un aceite muy caro que adquirí porque estaba de moda y porque nunca está de más tener a mano una ayuda para lidiar con el estrés.

Ahora ya sé qué es el CBD, por qué podría ser importante para mi salud y por qué es importante combinarlo con otros cannabinoides para potenciar sus efectos medicinales. Todo esto gracias al último episodio del podcast La Telaraña, titulado “Cannabis”, en el que participaron la Dra. Giselle Amador, médica, exministra de salud y especialista en medicina cannábica y Jorge Albán Dobles, artista visual y especialista en cannabis, como confirma todo el conocimiento que nos compartió durante el episodio.

Entre los fitocannabinoides, los más conocidos son el CBD y el THC, que están presentes en la flor de cannabis, pero también en nuestro cuerpo, en una forma similar, que conocemos como endocannabinoides. Un fitocannabinoide como el THC es capaz de actuar como sustituto de un endocannabinoide, ya que ambos funcionan como llaves que se unen a los receptores de nuestras células, que actúan como cerraduras. En ese proceso, son capaces de corregir un desequilibrio de nuestro cuerpo. Estabilizarnos. Nivelarnos.

Cuando nuestras células funcionan correctamente y se mantiene un equilibrio saludable en el organismo se habla de homeostasis. La misión del llamado sistema endocannabinoide es la de regular el flujo de mensajes químicos entre las células para preservar la homeostasis. ¿Qué ha pasado con la difusión de este conocimiento tan importante? ¿Por qué nos hemos dejado llevar por el prejuicio? ¿Cómo una persona que estudió ciencias, como yo, no tenía idea de que los seres humanos tenemos un sistema endocannabinoide, que nos ayuda a reequilibrar nuestro organismo?

“La magia está en las proporciones equilibradas”, comentó Albán en La Telaraña. Nos habló también del “efecto séquito” de los cannabinoides, que implica que estas sustancias son más eficaces juntas que por separado. Estas sinergias potencian y modulan los efectos de estos compuestos con un resultado beneficioso. Diversos estudios demuestran que el THC aumenta su potencia analgésica cuando se toma junto con CBD.

Todo esto lo explica la Dra. Bonni Goldstein, en el libro “El cannabis es medicina” (2023), que fue recomendado en el programa, así como “Los efectos en la salud del cannabis y los cannabinoides” (2017), publicado por las academias de ciencias, ingeniería y medicina de los EEUU, que puede descargarse en este link.

La doctora Amador indicó que Costa Rica ha sido uno de los países latinoamericanos que ha tardado más en utilizar cannabis como medicamento. Tenemos una ley; sin embargo, el reglamento aún no existe. Además, la discusión a nivel legislativo, en relación con un uso responsable del cannabis, que reduciría los riesgos asociados a su prohibición, como la violencia entre bandas de crimen organizado o la adulteración del cannabis, es un asunto pendiente.

Existe mucho por hacer a nivel de legislación en nuestro país, pero todavía más por descubrir en relación con el sistema endocannabinoide y las llaves internas que nos podrían ofrecer una mejor salud y orientar hacia un mayor bienestar.

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