Aceptamos y agradecemos la invitación de la nueva ministra de Salud, Mary Munive, para hablar en serio sobre el uso adulto de cannabis en nuestro país. Desde la presentación del proyecto de ley 23.383, en octubre del año pasado por parte del Gobierno de la República, hemos impulsado una discusión desde la perspectiva de la Salud Pública, la Seguridad Humana y los Derechos Humanos construyendo puentes en este tema con diferentes fracciones políticas.
Reconocemos que la legalización de la marihuana de uso adulto es un tema de salud pública dado que su regulación permite reducir los riesgos y los daños asociados al uso de esta sustancia, así como prevenir los daños que causa el mercado ilícito debido a la prohibición, como la violencia entre bandas de crimen organizado rivales o la adulteración de la marihuana con sustancias como goma, orina, pegamento, huevo, entre otras, a la hora de ser traficada.
Como usted misma destaca, señora ministra, el uso adulto del cannabis psicoactivo se refiere a adultos a quienes asiste la autonomía de la voluntad; y sin embargo, además de los daños ya mencionados del mercado ilícito, la prohibición ha conducido a una estigmatización sobre su consumo y discriminación de las personas usuarias que podría profundizarse si la iniciativa de ley al respecto no asegura la autonomía y seguridad de las personas consumidoras, ni el derecho humano al libre desarrollo de la personalidad. Ese ha sido un tema de preocupación en medio del debate.
Así, defendemos la necesidad de profundizar la discusión pensando este proyecto como una oportunidad de acercar a las personas consumidoras a entornos lícitos y seguros de consumo, también de cultivo de cannabis, es decir, como una oportunidad para atacar al mercado ilícito, y sus estigmas, que afectan a comunidades y personas usuarias de cannabis. Y por eso es que resulta impostergable hablar de auto cultivo, como una forma efectiva de garantizar un abordaje integral de los ejes mencionados.
El auto cultivo garantiza el derecho a las libertades individuales, y la autonomía con respecto al mercado ilícito de drogas asegurando vías no comerciales para obtener la planta, por lo tanto, es un eje de Salud Pública y Seguridad Humana. El auto cultivo en Costa Rica no es penado por la Ley 8204, si no se demuestra que es para fines comerciales o con intención de lucro, pero creemos que esta figura debe ser fortalecida en el proyecto de ley 23.383 y en el avance de los derechos humanos de la población, contemplando figuras como asociaciones de autocultivo y seguridad jurídica de las personas auto cultivadoras.
Hasta ahora, todas las legislaciones a nivel mundial incluyen el auto cultivo con diferentes cantidades de plantas permitidas y distintos mecanismos de regulación, con lo cual se garantiza este derecho. En ese camino, hemos encontrado resistencia para su inclusión en el proyecto y más bien algunos sectores buscan eliminar los artículos relacionados a esta posibilidad de producción.
Finalmente, realizamos la excitativa respetuosa a la ministra de Salud, y por lo tanto al Poder Ejecutivo, para avanzar al mismo tiempo en pequeñas reformas hacia la legalización mediante la protección de derechos humanos y garantías sociales. En esta línea, presentamos el proyecto 23.550 para proteger los derechos de las personas consumidoras garantizando protocolos de abordaje de la Fuerza Pública para la tenencia de sustancias en la vía pública.
Hoy las personas consumidoras se enfrentan a malos tratos, persecución y decomiso de sustancias (que no son para la venta), mientras los grandes narcotraficantes no son afectados. Mientras otras fuerzas políticas continúan apostando por la fracasada experiencia de la prohibición, nosotros y nosotras desde el Frente Amplio continuaremos con la discusión por el fondo del auto cultivo, la educación y la prevención desde ópticas de reducción de riesgos y daños, contemplando inclusive la gestión de riesgos y placeres, abordajes seguros y dignos para las personas con consumo problemático, fortalecimiento del IAFA y las instituciones encargadas para avanzar hacia un mercado lícito, seguro y equitativo.
Muchas gracias, señora ministra, por abrir este debate, ojala podamos seguir planteando una discusión responsable sobre este tema tan importante.
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