Los resultados macroeconómicos del país nos muestran un crecimiento acelerado en la industria conocida como Ciencias de la Vida, se trata de insumos médicos, partes o productos que surten a la industria farmacéutica, médica, biomédica, odontológica y cosmética.

Costa Rica cuenta con un ecosistema con más de 70 multinacionales en la industria de tecnología y dispositivos.  Veamos las principales cifras de participación en las exportaciones del 2024 según Procomer: dispositivos médicos 43%, piña 7%, banano 6%, jarabes y concentrados para la preparación de bebidas gaseosas 4% y café 2%.

Celebramos su éxito y la visión de las pasadas administraciones con CINDE como articulador, que lograron estructurar estas cadenas de valor y ofrecer al país como el paquete ideal de inversión a las empresas extranjeras: ubicación estratégica, condiciones de infraestructura, alto nivel de educación y talento humano, logística, estabilidad macroeconómica y seguridad jurídica. Caso similar ocurrió cuando años atrás floreció la industria de los servicios compartidos, que aún representa una importante fuente de empleo para miles de personas.

Estas actividades económicas, junto al ecoturismo han aportado ingresos y reconocimiento en las últimas décadas, y configuran gran parte de nuestra marca país.

Pero mientras las Ciencias de la Vida que exportamos crecen a este ritmo de doble dígito, las actividades que realmente permiten la vida internamente se han estado encogiendo sistemáticamente: hablo de la agricultura y abastecimiento de alimentos, de la disponibilidad y protección de las fuentes de agua potable, también de la calidad y prontitud de la atención médica y sanitaria, y también la educación, cuyo propósito fundamental es proveernos con las herramientas para entender mejor nuestro entorno y tomar mejores e informadas decisiones para la vida. Finalmente, todo lo anterior ocurre en el ambiente, que según lo establece nuestra Constitución Política debe ser sano y ecológicamente equilibrado.

Ambiente, agua, alimentos, salud y educación: cinco condiciones indispensables para la vida, una vida que merezca ser vivida, que permita el bienestar, el disfrute, la tranquilidad y como consecuencia, la expansión del espíritu y la verdadera felicidad. Una persona hambrienta, enferma o siempre preocupada por su entorno adverso no puede ser creativa ni disfrutar del arte, del ocio ni de la cultura, no es soporte para su familia o su comunidad, no es productiva, difícilmente genera valor para sí misma y su sociedad.

Ambiente, agua, alimentos, salud y educación: cinco áreas que la actual administración ha descuidado, ya sea con recortes intencionales y justificados con mentiras y desinformación, caprichos personales, visión de túnel o por pura desidia, poniendo a la mayoría de la ciudadanía en una situación insostenible que debe generarnos la mayor de las preocupaciones.

Ambiente, agua, alimentos, salud y educación: cinco prioridades que requieren un golpe de timón, con políticas públicas inclusivas, con visión de largo plazo y basadas en ciencia y datos.  Veamos qué está pasando:

Alimentos

La agricultura para consumo interno ha decrecido y solo por citar un caso, la Ruta del Arroz, en dos años, dejó a miles de productores fuera del mercado favoreciendo mayormente a los importadores y sin reducción real de precios para las personas consumidoras.  En el escenario de crisis climática, sequías, inundaciones, pérdida de cosechas y problemas en las cadenas de abastecimiento globales, una de las prioridades del Estado debe ser diseñar un plan de abastecimiento local de alimentos para todos y todas, así como un cambio cultural para la adopción de dietas más adaptadas a los productos locales, más saludables y de temporada, menos dependencia de productos de origen animal y procesados, y reducción en los desperdicios de alimentos.  Los expertos prevén que habrá escasez de alimentos en el corto y mediano plazo, los suelos han perdido su fertilidad, hay más plagas y agroquímicos y la consecuencia lógica de la escasez será la inflación.  Seguridad y soberanía alimentarias requieren políticas de Estado a la mayor brevedad.

Ambiente

No es casualidad que decenas de organizaciones estén exigiendo la salida del ministro de Ambiente Franz Tattenbach, por permitir actividades ecocidas y desmantelar las instituciones que fueron creadas precisamente para garantizar la conservación ambiental. Y, desde la Asamblea Legislativa, la existencia de proyectos de ley que buscan la explotación de combustibles fósiles o minería a cielo abierto, son simplemente absurdos en un país cuya reputación se sostiene de la protección de la biodiversidad y las energías renovables. Tanto el Ejecutivo, como algunos diputados y diputadas de varias fracciones, con miopía o ceguera, están perdiendo la oportunidad de profundizar aún más en la diferenciación y posicionamiento único del país frente al mundo que busca salirse de los fósiles, en momentos de crisis climática. El cumplimiento del mandato constitucional de protección ambiental y la inclusión de delitos como el ecocidio en el Código Penal deben ser prioridad de la próxima administración.

Agua.

Ya sabemos que el agua potable no es un recurso infinito, sin embargo, el Estado, las empresas y las personas no conectan sus comportamientos con esa realidad. En el país se desperdicia casi la mitad del agua a causa de mala gestión, fugas y sobreconsumo en actividades que no requieren de agua potable. Parece que se ha ido normalizando la contaminación de fuentes de agua con químicos e hidrocarburos, los cortes de agua, especialmente en las comunidades vulnerables, son pan de cada día, y el saneamiento o tratamiento de aguas residuales es bien sabido que representa una de las grandes y viejas deudas del país en lo que respecta a protección ambiental. La protección de las fuentes de agua, el castigo económico frente al desperdicio y la inversión en saneamiento, son prioridades ahora sí impostergables.

Salud.

Las listas de espera se alargan, hay fuga de especialistas, la inversión en infraestructura y la construcción de nuevos hospitales (como el de Cartago) se politiza, las alianzas con universidades y centros de investigación se congelan, los sobreprecios por las contrataciones para atención de los EBAIS tienen a la Caja en parálisis; la población envejece y se enferma cada vez más por estilos de vida sedentarios y por dietas altas en calorías huecas, comida chatarra y productos procesados.  Por otro lado, este estilo de vida consumista se traduce en toneladas diarias de basura que tienen a los rellenos sanitarios al punto del colapso, los ríos y el mar con alta contaminación por plásticos y microplásticos.  Sí que urgen autoridades de salud que entiendan de salud.

Educación.

¿Cómo es posible que 4 de cada 10 niños y niñas vivan en condiciones de pobreza y vulnerabilidad? El apagón educativo continúa y el túnel se hace más largo; cada día son menos con acceso a una educación de calidad, condenados a una vida de menos oportunidades, miseria económica y emocional. El recorte a los presupuestos de la educación, desde preescolar hasta universitaria, además de ser contrario al mandato constitucional, es la mejor condición para llevarnos a un ciclo de exclusión, es la receta al fracaso de un país, tal como lo han descrito los recién reconocidos con el premio Nobel de Economía Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson en sus investigaciones acerca de las desigualdades .  Sí que urgen autoridades de educación que entiendan de educación.

Entonces, bien por la industria ganadora en el crecimiento económico, la de los catéteres, los implantes y las válvulas; en una sociedad cada vez más enferma tienen un mercado asegurado. Y mientras tanto en Costa Rica con visión estratégica e inclusiva es el momento de diseñar políticas de Estado que permitan acoplar ese éxito de la industria de Ciencias de la Vida con la verdadera protección de la vida de los habitantes. Se requiere creatividad y pero sobre todo valentía, algo como por cada dólar de una válvula, un centavo para el cuido de la biodiversidad; por cada dólar de un implante, un centavo para la protección del agua y por cada dólar de un catéter un centavo para garantizarlos alimentos o educación de calidad.  ¿No creen que sería un verdadero ganar-ganar en el país del Pura Vida?

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