Complejo hotelero está bajo el ojo público ya que se busca levantar en la zona próxima al manglar del Río Lagarto.
Un grupo de 366 vecinos de la comunidad de Playa Sámara, en el cantón guanacasteco de Nicoya, solicitaron detener un proyecto inmobiliario que pretende construir un total de 3.000 habitaciones distribuidas en un condominio vertical de 37 torres de 10 pisos, y uno horizontal de 333 lotes.
Se trata del complejo hotelero Vistas de Sámara que está bajo el ojo público ya que se busca levantar en la zona próxima al manglar del río Lagarto en esa comunidad.
En la mensaje enviado a la Municipalidad de Nicoya, los vecinos señalan que la construcción incrementaría de manera desmedida la población de la localidad de Cangrejal de Playa Sámara sin que antes se hayan tomado las previsiones del caso en temas como agua potable.
Puntualizaron que en febrero pasado la Asociación Administradora del Acueducto Rural denegó una petición de tres mil pajas, infraestructura vial, disposición final de residuos sólidos y líquidos, disposición de energía eléctrica y otras obras complementarias para soportar el eventual incremento poblacional.
La solicitud de los samareños fue promovida por la Asociación de Desarrollo Integral (ADI) y la Coalición por los Derechos Humanos y el Medio Ambiente (CODEHEMA).
El documento indica que el gigantesco desarrollo inmobiliario, valorado en $34 millones según datos de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena), se llevaría a cabo en un área de apenas 9 hectáreas.
La tramitación del Proyecto Vistas de Sámara está contenida en el expediente administrativo de la SETENA Nº D1-0112-202 entidad que aprobó el análisis de la Evaluación de Impacto Ambiental el pasado 28 de febrero presentado apenas 16 días antes, denunciaron los vecinos.
Al respecto, Álvaro Sagot, abogado especialista en Derecho Ambiental, indicó que la aprobación de la viabilidad ambiental de una obra de semejante tamaño en apenas 16 días le deja “una gran espina”.
Existen muchas dudas en relación con este paso tan apresurado de poco más de dos semanas, pero una de ellas es que de la lectura se desprende que la Setena nunca hizo una inspección de campo, una visita al lugar, tal como exige la Ley Orgánica del Ambiente”.
Según el experto los detalles del mega desarrollo se deben “analizar con lupa” para considerar el verdadero impacto que puede ocasionar en la disponibilidad de los recursos naturales de una comunidad tan pequeña como Playa Sámara.
En 25 años que tengo de práctica profesional analizando estudios de impacto ambiental desde el punto de vista jurídico, habiendo escrito varios libros e impartido lecciones de esa materia en universidades jamás había visto tanta celeridad en la Setena, a uno lo deja pensando”.
Recientemente el medio de comunicación regional La Voz de Guanacaste informó que la Sala Constitucional le ordenó en julio al Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) que en un plazo de 12 meses, que se cumplen en julio del 2025, debe investigar el estado del terreno donde se ubicó el manglar, determinar cuál es el área real del ecosistema y “brindar una solución definitiva”, dicta la sentencia.
La directriz del tribunal se dio por un recurso de amparo que presentó un vecino de la comunidad, con la colaboración de Sagot. Los denunciantes reclaman que las autoridades no protegieron el manglar. Además, señalan que desde el 2022 solicitaron información al Sinac sobre el manglar, así como la delimitación y la restauración del terreno afectado, pero no obtuvieron respuesta.
La comunidad de Cangrejal, donde se piensa desarrollar el megaproyecto, fue el epicentro del terremoto de Sámara del 5 de septiembre del 2012 con una magnitud de 7.6. Ese movimiento fue considerado el segundo terremoto más fuerte en la historia de Costa Rica, sólo superado por el terremoto de Limón en 1991.
La Voz de Guanacaste dio a conocer que el proyecto Vistas de Sámara está a nombre de Parkside Inmobiliaria Sociedad Anónima, cuyo representante es el desarrollador Michael Tarcica Galindo, quien también preside Vistas de Santa Bárbara (en la provincia de Heredia): un complejo de 835 casas y 1385 parqueos en ese cantón herediano. Ese proyecto también contó con el rechazo de vecinos del lugar por el caudal de agua requerido por los condominios, recordó el medio local.
Además, agregaron que Tarcica es miembro fundador de Urbania, una empresa dedicada a proyectos inmobiliarios a lo largo del país. Un ejemplo es Almare, un complejo residencial frente a playa Bejuco, en Puntarenas, cuyo principal atractivo es una laguna artificial de dos hectáreas. El costo de estas propiedades va desde los $120 millones hasta los casi $200 millones, según el sitio web de la empresa.