Soy ingeniero agrónomo de profesión y tuve la oportunidad de vivir fuera del país durante muchos años debido a mi trabajo, siempre me sentí inmensamente complacido de los comentarios positivos que recibía sobre Costa Rica, cada vez que leía alguna noticia sobre nuestro país en un medio europeo, me llenaba de orgullo por pertenecer a una nación reconocida mundialmente por su desarrollo humano, paz, estabilidad, biodiversidad y dedicación a la conservación ambiental.
A lo largo de los años, hemos construido una imagen positiva que ha traído beneficios económicos, sociales y ambientales al país. Sin embargo, en los últimos años esta imagen ha sido dañada a nivel internacional debido a estudios divulgados por algunas organizaciones internacionales.
Aunque regresé a mi país desde hace algunos años, sigo manteniéndome informado a través de medios internacionales y es doloroso ver cómo el panorama ha cambiado radicalmente, ahora me encuentro con titulares que dicen: “Costa Rica es el mayor consumidor de agroquímicos de la OCDE”, “Sembrar orgánico en la tierra de los agroquímicos” y “Costa Rica es el consumidor más voraz de plaguicidas en el mundo”.
Estas publicaciones surgen principalmente por la divulgación de cifras no oficiales reportadas por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Costa Rica, en un estudio llamado: “Uso Aparente de Plaguicidas en la agricultura de Costa Rica” donde se afirma que nuestro país utiliza aproximadamente 35 kilogramos de ingrediente activo por hectárea (kg/ha), posicionándonos erróneamente como el mayor consumidor de plaguicidas en el mundo.
El estudio, publicado en 2022, ha circulado por medios nacionales e internacionales, alcanzando a los principales países donde Costa Rica exporta su producción agrícola, esto no solo ha perjudicado la imagen de nuestro país, sino también la de nuestros agricultores, quienes se esfuerzan diariamente por hacer las cosas bien, alimentando al pueblo costarricense y produciendo para el mundo. Yo me pregunto, si los datos divulgados por el PNUD estuvieran cerca de la realidad, cómo hacen nuestros sectores de exportación de cultivos como café, piña, melón, tubérculos, banano para cumplir con los estrictos requisitos solicitados por los compradores en mercados como el europeo o en los Estados Unidos en temas de residuos.
Afortunadamente, este año, un informe oficial del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), titulado 'Uso aparente de plaguicidas en Costa Rica, Período 2017-2023', elaborado por la Secretaría Ejecutiva de Planificación Sectorial Agropecuaria (SEPSA) y el Servicio Fitosanitario del Estado (SFE), aclaró que en Costa Rica se utilizan aproximadamente 9.15 kilogramos de ingrediente activo por hectárea (kg i.a./ha) en 2023. Sin embargo, este dato de la fuente oficial continúa siendo ignorado por autoridades y ha recibido escasa cobertura en los medios de comunicación.
Entiendo que diversos sectores utilizan los datos que mejor se alinean con sus intereses para respaldar sus ideales, sin embargo, no todos parecen comprender el impacto negativo que estas cifras inexactas pueden tener sobre la economía y la estabilidad de Costa Rica de cara al impacto que esto puede tener en la imagen del país en mercados internacionales. Por eso es fundamental que se utilicen los datos oficiales del MAG, no solo para tomar decisiones informadas sobre el uso de estos productos en el país, sino también para garantizar que esta información se difunda correctamente en los países con los que mantenemos relaciones comerciales clave.
No sé si el daño a la imagen de Costa Rica se pueda reparar a corto plazo, aún no sé cuándo dejarán de atacarnos internacionalmente acusándonos de un uso indiscriminado de productos fitosanitarios. ¿Qué si usamos plaguicidas? Si por supuesto, tenemos un país con un maravilloso clima tropical y estos insumos han sido las herramientas más importantes para atacar todo tipo de plagas y enfermedades, productos que al ser utilizados de manera correcta no representan riesgo para la salud y el ambiente.
Gracias al apoyo de autoridades como el MAG y el SFE, junto con el aporte de la industria y las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) utilizadas por nuestros agricultores, hemos logrado reducir en un 20% el uso de estos productos en los últimos 7 años. Ya no se emplean las mismas cantidades de antes; las moléculas actuales son más efectivas con menor cantidad, y seguimos a la espera de nuevos registros para continuar innovando.
Además, existen varias iniciativas y proyectos que han generado un gran impacto en el sector. En los últimos cinco años 13.053 productores agrícolas han sido capacitados en el uso correcto de agroquímicos a través de los programas CuidAgro y Campo Limpio de la Fundación Limpiemos Nuestros Campos (FLNC).
A través de estos programas, también se han recuperado más de 290 toneladas de envases vacíos de productos fitosanitarios en el primer semestre del 2024 e involucra la participación de agricultores, Servicio Fitosanitario del Estado (SFE), municipalidades e industria agropecuaria. La cifra recolectada casi iguala la recolección total de 2023, donde se registraron 296 toneladas métricas, principalmente en los cantones de San Carlos, Guápiles, Bagaces, Cartago, Pérez Zeledón, Pacayas y Nandayure.
Estas acciones demuestran que, en nuestro país, especialmente en el sector agrícola, trabajamos cada día para garantizar la seguridad alimentaria, al mismo tiempo que nos esforzamos por proteger la salud de las personas y el medio ambiente. Recordemos que el sector agrícola representa 500 mil empleos directos e indirectos, es el mayor empleador en zonas rurales y aporta aproximadamente el 5% del PIB. No podemos permitir que continúen ensuciando el nombre de Costa Rica, seguiremos demostrando que somos un ejemplo a nivel mundial en conservación ambiental y en la producción de alta calidad.
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