Estudio encontró que el 83% las empresas se concentran en la GAM, dejando margen para expandir la generación de empleo a zonas periféricas.

La Fundación CRUSA y la Kirchner Impact Foundation presentaron los resultados del estudio denominado Análisis del ecosistema de inversión de impacto en el sector de bioeconomía a nivel nacional”, el cual se elaboró entre enero y diciembre de 2023 en el marco del primer programa de la Kirchner Fellowship en el país, un programa diseñado para formar a la nueva generación de colocadores de capital en ecosistemas de inversión de impacto nacientes.

El informe identificó que Costa Rica se encuentra a la vanguardia en bioeconomía, con más de 100 emprendimientos identificados en diversas fases de desarrollo en esta vertical; sin embargo, presentan brechas en términos de su preparación para recibir inversión.

El estudio identificó las principales características de las empresas en bioeconomía en diferentes áreas que reflejan su nivel de madurez para recibir inversión. Además, el reporte destaca las oportunidades y desafíos del ecosistema en el sector de bioeconomía, así como el rol que puede tener la inversión de impacto en el desarrollo de las empresas.

Entre los principales hallazgos del informe, desde Crusa destacaron que el mercado de la bioeconomía costarricense muestra un gran potencial sin explotar, con un número de empresas mayor (102) al previamente reportado, lo que sugiere amplias oportunidades en este ecosistema, además, el 67% de las empresas identificadas están enfocadas en agricultura y alimentos.

Sobre la ubicación geográfica, se encontró que el 83% las empresas se concentran en la Gran Área Metropolitana (GAM), por lo que el informe señala que existe margen para expandir la generación de empleo a zonas periféricas, y destaca que la inversión de impacto puede ser un catalizador para la expansión de la bioeconomía fuera de la capital, impulsando tanto el crecimiento económico como la conservación de los ecosistemas.

La inversión de impacto se refiere a la colocación de capital en empresas que no solo busca un retorno financiero, sino también generar un impacto positivo medible en el medio ambiente y la sociedad.

La directora ejecutiva de la Fundación Crusa, Flora Montealegre Guillén, agregó:

Habilitar financiamiento en cada etapa de desarrollo de las empresas en bioeconomía es clave para impulsar este sector y con ello la transición hacia un modelo productivo más sostenible. Este reporte permite entender la situación actual de los emprendimientos enfocados en bioeconomía y los retos que se enfrentan”.

 Montealegre destacó que el estudio logró identificar que, aunque el 81% de las empresas ya generan ventas, estas aún no son rentables, y añadió:

Solo un 4% cuenta con un “Data Room”, que es una herramienta que permite a los inversionistas acceder a la información de las empresas para su análisis como candidatos de inversión. Aún hay trabajo por hacer y en CRUSA estamos articulando diversas acciones para que estas empresas y el mismo ecosistema pueda crecer”.

El informe subraya la importancia y el potencial de la bioeconomía como una respuesta a la diversificación productiva y al desarrollo sostenible en Costa Rica y destaca la necesidad de preparar a las empresas para acceder a financiamiento y atraer inversión privada.

La directora del programa de la Fundación de Impacto de Kirchner en Costa Rica, Abigail Napsuciale, concluyó:

A través de este informe, buscamos poder compartir principalmente el estado de las empresas en el sector de bioeconomía en Costa Rica, haciendo un particular énfasis en sus fortalezas, así como en sus oportunidades de mejora. Además, desde la Fundación nos interesa que este informe sea una herramienta que favorezca continuar conversaciones en el ecosistema con vías a desarrollar intervenciones puntuales desde el sector público y privado”.

El informe dio una serie de recomendaciones para fortalecer las capacidades empresariales del sector, y dio tres áreas clave de mejora:

  • La medición del impacto: Implementar estrategias de medición y gestión de impacto en las empresas para dar seguimiento cuantificable a la información que ya está siendo recolectada, y por el lado de los inversionistas, buscar la homologación de métricas para facilitar su seguimiento en el ecosistema.
  • La gestión financiera: Preparar a los emprendedores en conocimiento y manejo de información financiera para una estructuración adecuada que facilite las interacciones con inversionistas.
  • La accesibilidad de información para inversionistas: Estructuración e información clara que esté disponible para compartir con los potenciales inversionistas para facilitar los procesos y tiempo de diligencia debida a través de “Data Room”.

En agosto del 2020 Costa Rica se convirtió en la primera nación en la región en lanzar una Estrategia Nacional de Bioeconomía, cuyo objetivo es posicionar al país como una economía basada en el conocimiento con una producción sostenible de alto valor añadido y el uso justo y equitativo de su biodiversidad.