Desde 2011, las Naciones Unidas declararon el 15 de junio como el «Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato a la Vejez», en reconocimiento a que la violencia, el abuso, la discriminación y los malos tratos a las personas mayores es un problema social grave. Este problema se agrava en aquellas sociedades como la costarricense donde el valor y la dignidad de una persona están asociados a su capacidad productiva, estableciendo una matriz estructural de discriminación.

La violencia contra las personas adultas mayores se manifiesta de muchas formas. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) 1 de cada 6 personas mayores de 60 años sufre malos tratos. Este número es aún mayor cuando las personas mayores se encuentran en instituciones de cuidado. A su vez, la tendencia mundial es al alargamiento de la expectativa de vida. Se estima que entre 2019 y 2030, el número de personas de 60 años o más aumentará en un 38%, de mil millones a 1.4 mil millones, superando en número a la juventud a nivel mundial.

La OMS define el abuso y maltrato en la vejez como un acto único o repetido que causa daño o sufrimiento a una persona mayor, así como la falta de medidas apropiadas para evitarlo, que se produce en el marco de una relación basada en la confianza. Estos abusos pueden ser de orden físico, psicológico, económico, sexual, desatención y el no cuidado.

Formas de violencia y discriminación hacia los ancianos en costa rica

En Costa Rica, la violencia se extiende a muchos otros ámbitos, a menudo desconocidos por las personas adultas mayores, lo que los lleva a reflexionar sobre conductas tan normalizadas que no las perciben como actos violentos. Desde la violencia sexual hasta la patrimonial, las personas mayores de 65 años pueden ser víctimas de diversos tipos de violencia. El abandono es la forma de violencia más denunciada y la peor forma de maltrato a un adulto mayor. El Conapam informó que al menos 115 adultos mayores fueron abandonados en Costa Rica durante el año 2023.

Los factores de riesgo son variados. Entre los más destacados esta la dependencia de las personas adultas mayores hacia otros por razones de salud, y la dependencia económica de personas en etapa productiva hacia las personas adultas mayores. Existen además situaciones normalizadas de violencia en el entorno familiar.

La violencia contra las personas adultas mayores ha comenzado a visibilizarse debido a sus efectos en la salud y el bienestar de esta población. Los distintos tipos de violencia pueden causar enfermedades, traumas, depresión, ansiedad, estrés y baja autoestima en las víctimas, quienes suelen no denunciar por miedo a romper lazos familiares y sociales, y a menudo se culpan a sí mismas. Aunque la mayoría de las heridas físicas sanan con el tiempo, la salud física y psicológica de las víctimas ya ha sido perjudicada.

¡La violencia por su nombre!

La normalización de las formas de violencia, aceptándolas como parte de las relaciones humanas, es la falacia que impide detenerla y denunciarla. Aquí les comparto formas definidas de violencia que sufren las personas adultas mayores más comúnmente:

  • Abuso físico: Golpes, empujones, uso inapropiado de medicamentos o restricciones físicas.
  • Abuso psicológico: Insultos, amenazas, humillación, aislamiento social y manipulación emocional.
  • Abuso económico: Robo, fraude, coacción para firmar documentos, mal manejo de fondos y bienes.
  • Abuso sexual: Cualquier contacto sexual no consentido o exposición a situaciones sexuales.
  • Desatención: Falta de atención médica, nutricional o higiene personal adecuada.
  • Negligencia en el cuidado: Abandono y falta de asistencia para realizar actividades básicas diarias.
  • Violencia institucional: Malos tratos y negligencia en instituciones de cuidado, falta de personal capacitado y condiciones inadecuadas.
  • Discriminación laboral: Despidos injustificados, falta de oportunidades de empleo y jubilación forzosa.
  • Discriminación en el acceso a servicios: Limitación en el acceso a servicios de salud, transporte, recreación y otros servicios públicos.
  • Entornos urbanos inaccesibles: Falta de infraestructura adaptada como rampas, ascensores, y transporte público adecuado, limitando su movilidad y participación en la vida comunitaria.

La importancia de promover una cultura de buenos tratos

Ante estas realidades, es crucial que como sociedad promovamos una cultura de buenos tratos hacia nuestros mayores. Si en Costa Rica existe una alta expectativa de vida, lo mejor que le puede pasar a una persona adulta mayore es recibir buenos tratos para tener buenos años. La prevención del maltrato y el abuso debe ser una prioridad, no solo por cuestiones éticas y morales, sino también por el impacto que tiene en la calidad de vida y la salud de las personas mayores.

Algunas medidas para promover buenos tratos son:

  • Educación y sensibilización: Es fundamental educar a la sociedad sobre los derechos y necesidades de las personas mayores. Programas de sensibilización pueden ayudar a reducir los prejuicios y estereotipos negativos asociados a la vejez.
  • Apoyo a cuidadores: Los cuidadores, tanto formales como informales, necesitan formación y apoyo emocional para gestionar el estrés y las demandas del cuidado, previniendo así situaciones de maltrato.
  • Fortalecimiento de políticas públicas: Es necesario implementar y reforzar políticas públicas que protejan a las personas mayores y garanticen su acceso a servicios básicos y a un entorno seguro y adecuado.
  • Promoción de la participación social: Fomentar la inclusión y participación activa de las personas mayores en la comunidad ayuda a mantener su autonomía y sentido de propósito.
  • Accesibilidad urbana: Adaptar las ciudades para que sean amigables con las personas mayores, asegurando que puedan desplazarse y participar en la vida comunitaria sin barreras físicas.

Termino aquí. Promover una cultura de buenos tratos es esencial para garantizar que las personas mayores puedan vivir con dignidad y respeto. Es un esfuerzo que debe involucrar a todos los sectores de la sociedad, desde las familias y comunidades hasta las instituciones y gobiernos. Al proteger y valorar a nuestros mayores, no solo honramos su contribución a la sociedad, sino que también construimos un futuro más justo y equitativo para todos.

Importante:

  • Si usted es víctima de violencia o conoce a alguien que la vive, puede recibir orientación e información en el teléfono 1165 Línea Dorada del Conapam.
  • Llame a la Línea Confidencial del OIJ Tel: 800 8000 645. Indique que su denuncia se ampara en la Ley 7935 Artículo. 57.

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